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Quién es Sophie de Liechtenstein, la heredera más desconocida (y rica) de Europa
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Quién es Sophie de Liechtenstein, la heredera más desconocida (y rica) de Europa

La princesa heredera de Liechtenstein acaparó la atención de los focos este lunes por su look, a pesar de que la discreción es una de las máximas de la familia real del principado

Foto: Sophie y Alois de Liechtenstein, este lunes en Postdam. (EFE)
Sophie y Alois de Liechtenstein, este lunes en Postdam. (EFE)

Parte de la actualidad royal de este lunes estuvo en Postdam, donde se reunieron los jefes de Estado de países de habla alemana. Entre ellos estuvieron el gran duque Enrique de Luxemburgo, el rey Felipe de los belgas o el príncipe heredero Alois de Liechtenstein, en representación de su padre, Hans Adam. Estos dos últimos con sus esposas, la reina Matilde y la princesa Sophie, que se llevaron toda la atención mediática. Especialmente la princesa de Liechtenstein, por algo que nada tenía que ver con el motivo de su presencia en Postdam. Y es que era imposible que su indumentaria no acaparara todos los focos, ya que escogió para su llegada un vestido de Oscar de la Renta con un estampado de limones que ya nos sonaba mucho: es el mismo que llevó Meghan Markle en su primera aparición tras conocerse que estaba embarazada de nuevo. Un vestido que -quizá muy a su pesar- ha puesto en primera línea de la actualidad a Sophie, la heredera más desconocida y rica de Europa.

No es habitual que algún miembro de la familia real de Liechtenstein acapare titulares en la prensa europea, más allá de alguna boda -como la de Annunciata, este pasado sábado- o alguna noticia puntual. Estamos mucho más acostumbrados a que sean otras las protagonistas de las noticias royal, como sus homólogas, la princesa Mary de Dinamarca o Mette-Marit de Noruega, futuras reinas consortes. Y eso que su caso es especial, ya que ya ejerce como esposa del soberano, aunque sin serlo aún oficialmente. El motivo de esta paradoja es que Hans Adam, príncipe soberano de Liechtenstein, está retirado desde 2004 y es su hijo el que ejerce de regente, preparándose así para el momento en el que asuma el trono. Pero ni siquiera el hecho de que Sophie esté ahora junto a su marido en primera línea de la actividad institucional ha hecho que sus nombres sean más mediáticos.

placeholder Sophie y Alois de Liechtenstein, en el 50º cumpleaños de Federico de Dinamarca. (Getty)
Sophie y Alois de Liechtenstein, en el 50º cumpleaños de Federico de Dinamarca. (Getty)

Sophie es una de las tres consortes de futuros soberanos europeos que pertenece a la aristocracia y la única que pertenece a la realeza, aunque proceda de una casa no reinante, como es la de Baviera. De hecho, nació con el título de princesa de Baviera hasta que, tras su matrimonio con el príncipe Alois de Liechtenstein, empezó a ser conocida oficialmente como princesa heredera de Liechtenstein y condesa de Rietberg, otro de los títulos que ostenta su marido. No solo adquirió en ese momento el título por su matrimonio, sino que también hizo suyos los principales rasgos que caracterizan a la familia real de Liechtenstein: la riqueza, la discreción y las profundas creencias católicas.

Porque la princesa Sophie no es el único miembro de la familia que es casi un absoluto desconocido para el gran público: todos son prácticamente ajenos a los medios de comunicación y están muy alejados de los escándalos, con alguna excepción puntual, como la investigación del príncipe Emanuel -sobrino del soberano- por matar un oso en Rumanía. La discreción de la familia real de Liechtenstein, de la pareja heredera y de la propia princesa llega hasta el punto de que apenas se habló del problema de salud que tuvo en 2003, cuando se le diagnosticó un tumor cerebral. Afortunadamente, fue benigno y se recuperó muy bien tras recibir el tratamiento correspondiente, con el mismo silencio mediático con el que llevó el proceso.

placeholder Sophie y Alois de Liechtenstein, junto al soberano, Hans Adam, y su esposa, en una imagen de archivo. (Reuters)
Sophie y Alois de Liechtenstein, junto al soberano, Hans Adam, y su esposa, en una imagen de archivo. (Reuters)

Junto al príncipe Alois, Sophie tiene cuatro hijos. Y con los cuatro pasa exactamente lo mismo. A diferencia de los otros royals de su edad del resto de Europa, la mayoría del público no conoce a Josep Wenzel, de 26 años, Maria Caroline, de 24, Georg, de 22, y Nikolaus, de 20. Ni siquiera al mayor, llamado en un futuro a ser el jefe de la Casa Real de Liechtenstein, del que lo único que se sabe es que se graduó en 2017 en la Real Academia Militar de Sandhurst. Y quizá el dato salió a la luz más relacionado con la historia y los antiguos alumnos del centro, como el príncipe Harry, el príncipe Guillermo o Hussein de Jordania.

A pesar de su deseo de discreción, hay un rasgo casi inherente a la familia real de Liechtenstein por el que es inevitable que acaparen noticias en los medios de comunicación, aunque estos sean económicos. Su fortuna superaría, según la revista 'Forbes', los 4.000 millones de euros, muy por delante de la Casa Real de Luxemburgo y de la de Mónaco, también en la lista de las más ricas de Europa. Y no se puede hablar ni de Sophie ni de la familia real de Liechtenstein sin hablar de sus fuertes convicciones religiosas, que también condicionan su trabajo institucional. Además de presidenta de honor de Cruz Roja -algo que comparte con la reina Letizia-, también es presidenta de la Fundación Sophie de Liechtenstein para Mujeres y Niños, que ayuda a mujeres que se quedan embarazadas sin desearlo, con la intención de que tengan una perspectiva positiva para sus bebés y su vida.

Parte de la actualidad royal de este lunes estuvo en Postdam, donde se reunieron los jefes de Estado de países de habla alemana. Entre ellos estuvieron el gran duque Enrique de Luxemburgo, el rey Felipe de los belgas o el príncipe heredero Alois de Liechtenstein, en representación de su padre, Hans Adam. Estos dos últimos con sus esposas, la reina Matilde y la princesa Sophie, que se llevaron toda la atención mediática. Especialmente la princesa de Liechtenstein, por algo que nada tenía que ver con el motivo de su presencia en Postdam. Y es que era imposible que su indumentaria no acaparara todos los focos, ya que escogió para su llegada un vestido de Oscar de la Renta con un estampado de limones que ya nos sonaba mucho: es el mismo que llevó Meghan Markle en su primera aparición tras conocerse que estaba embarazada de nuevo. Un vestido que -quizá muy a su pesar- ha puesto en primera línea de la actualidad a Sophie, la heredera más desconocida y rica de Europa.

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