Amalia y Máxima de Holanda, en Bonaire: looks, baile, gastronomía y mucha diversión

La princesa Amalia de Holanda y sus padres, Máxima y Guillermo, aterrizaban el viernes en Bonaire para dar inicio a su gira caribeña, que durará dos semanas.

Se trata de la primera gira protagonizada por Amalia, quien este pasado sábado comenzó con su agenda programada para la ocasión.

Los reyes de Holanda y su hija fueron recibidos por la mañana por el gobernador de la isla, Edison Rijna, ante una gran expectación por parte de los isleños y turistas holandeses que allí se congregaron para ver de cerca a la familia. Algunos de estos curiosos lucían camisetas naranjas con el texto "bon bini, Amalia", o "bienvenida, Amalia".

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Sara Castellanos

Durnate la recepción, la princesa, de 19 años, y sus padres también se reunieron con el Consejo Insular, el máximo órgano administrativo de Bonaire. Los miembros son elegidos por los ciudadanos y forman el parlamento.

La seguridad en la isla se reforzó considerablemente durante la visita del trío. Muchos agentes de policía y el Servicio de Seguridad Real y Diplomática se desplegaron en la zona donde también se agrupó un gran grupo de periodistas y fotógrafos holandeses y locales.

Amalia lució para este primer acto oficial un vestido floral azul y blanco, combinado con tacones color crema y un bolso.

Su madre se decantó por un vestido rosa con botones en la parte delantera y ceñido a la cintura con un cinturón que combinó con una diadema de color café que retiraba el pelo de su rostro, así como un bolso a juego y unos zapatos de tacón.

El rey Guillermo de Holanda vistió un traje azul y una camisa blanca.

Durante las primeras horas de la visita a Bonaire, Amalia, Máxima y Guillermo visitaron Mangazina di Rei, un gran edificio blanco que fue utilizado por el gobierno holandés en el siglo XIX para almacenar raciones para los esclavos del gobierno. Hoy el centro es símbolo de la cultura lugareña y en él la familia real holandesa pudo disfrutar de la comida autóctona y de la música y la cultura del lugar.

Todos degustaron las especialidades locales: polenta, carne, pescado y salsa de nopal. Amalia ayudó a hornear un sándwich elaborado con una receta familiar secreta, con queso Gouda, que luego probaron tanto ella como sus padres.

Durante la visita, Amalia posó ante los fotógrafos con algunos niños, con los que se mostró cercana y amigable.

Finalmente fueron deleitados con música. En el centro, los pequeños aprenden a tocar instrumentos musicales. La princesa y sus padres no dudaron en arrancarse a bailar.

La comitiva real formó parte de Nos Zjilea, un evento cultural en Bonaire que se celebra durante todo el año y que acoge distintas artes y artesanías locales hechas a mano, plantas, verduras, alimentos y presentaciones educativas para los asistentes. Se organiza en Rincón todos los últimos sábados del mes. Durante el evento, residentes y turistas se conocen y disfrutan juntos de la cultura bonaerense. Las ganancias del evento se destinan a programas educativos escolares.

Durante el día, la familia realizó un recorrido por Bonaire, visitando varios lugares, incluida la reserva Bonaire Mangrove, en el Parque Nacional Lac Bay.

Por la noche, Amalia y sus padres asistieron a una velada en el festival Taste of Bonaire. La princesa optó por un look muy llamativo compuesto por un vestido amarillo con una falda escalonada y mangas tres cuartos, rematado con un blazer blanco colgado sobre sus hombros. Complementó el estilismo con unos zapatos de tacón y un bolso tipo sobre de color blanco, más un par de pendientes colgantes.

Mientras tanto, la Reina Máxima optó por un look completamente blanco, vistiendo un blazer de ese color, sin mangas, combinado con una blusa sin mangas y pantalones a juego. En cuanto a las joyas, se decantó por unos pendientes de aros dorados, un collar con un colgante de gran tamaño en forma de flecha y un brazalete de oro.

Por su parte, el rey vistió una camisa rosa pálido, que combinó con pantalones azules.