Rania y el segundo vestido en la boda de su hijo Hussein: capa y tiara sorpresa

La madre del novio era una de las asistentes a la boda de Hussein que más impactaban con su estilismo. Un diseño negro de Dior con el cuello, las mangas y la espalda plagados de pedrería y bordados hacía que su look fuera de los más admirados. Y unas horas después, en la recepción nocturna, Rania tampoco ha decepcionado con su segundo vestido. Ha elegido un diseño en color champán, también bordado, aunque esta vez con capa, añadiendo una tiara sorpresa, ya que era de las que menos opciones tenían en las apuestas.

Se trata de un vestido del libanés Elie Saab, el mismo que su nuera escogía para su primer look nupcial, ese cuyo escote drapeado y asimétrico nos recordaba mucho a algunas prendas que la propia Rania tiene en su armario. Es un diseño largo de alta costura, con un cuerpo superior joya, bordado a mano, de cuello alto y manga larga, con la parte inferior de tejido satinado y silueta lápiz, rematado con una capa lateral a conjunto, de corte al bies y con el mismo ribeteado que llevaba la pieza principal. El color, champán, radicalmente distinto al negro de la mañana.

Y decimos que ha elegido una tiara sorpresa porque no era la más esperada de las numerosas opciones que tenía, ya que se la ha puesto solo en un par de ocasiones. Al contrario, se apuntaba mucho más a otras piezas de su joyero, pero finalmente ha optado por esta, una diadema con motivos arábicos realizada en 2005 por la firma Fred Paris, la responsable de la tiara y los pendientes que ha llevado su nuera, Rajwa, tanto en la ceremonia como en la recepción. Lo ha llevado, además, con el pelo suelto, desprendiéndose de ese moño que veíamos en la ceremonia del palacio Zahran.

Un cambio, de ropa y de peinado, que ha tenido que hacer en tiempo récord, puesto que solo unos minutos antes la veíamos disfrutando al máximo de la fiesta en el palacio Al Husseiniya, para más de mil personas y en la que no faltaba el baile, las canciones y la tarta nupcial, que los recién casados cortaban con una espada. Al terminar esta celebración y poco antes de que comenzaran a llegar los invitados más relevantes, ya la veíamos en el interior del palacio, con este nuevo vestido de Elie Saab y el pelo suelto, solo adornado con esa tiara que ha escogido contra todo pronóstico.

Tras el desfile de invitados, entre los que hemos visto de nuevo a Kate Middleton, también con un segundo vestido, o la reina Sofía de nuevo con tiara después de muchos años, la familia real jordana disfrutaba del banquete nupcial. Una cena que ponía el broche de oro a un día lleno de celebraciones en el que Rania de Jordania lo daba todo, ejerciendo ese papel protagonista de madre del novio. Ponía así fin a unos meses de preparativos en los que ha estado muy implicada, con su participación en el diseño de las invitaciones de la boda hasta la organización de la fiesta de la henna que veíamos hace unos días y en la que disfrutó como la que más.