La reina Camila rechaza cobrar un sueldo público de 360.000 libras
Su suegro, el duque de Edimburgo, sí que cobró esta prestación durante el reinado de Isabel II que ahora Camila rechaza
La reina Camila ha rechazado percibir la prestación anual designada por el Parlamento británico y valorada en 360.000 libras (420.000 euros). Un sueldo que sí que percibía su suegro, el duque Felipe de Edimburgo, mientras fue el marido de la reina Isabel II, hasta su muerte en el año 2021.
La decisión se ha dado a conocer tras la publicación de un informe de la Oficina Nacional Auditora (NAO), un organismo independiente que controla la financiación de instituciones británicas. Confirma que las funciones de la reina Camila serán financiadas a partir del Fondo Soberano. Un capital de carácter público y que es administrado por el Gobierno del país. Además de cubrir los gastos de la Casa Real, también destina dinero al mantenimiento de las propiedades.
Asimismo, el informe emite mejoras en la transparencia del reinado de Carlos III. Una de sus valoraciones ha sido el previsible aumento de actos a los que asistirá el rey y que, por lo tanto, harán aumentar el gasto. Un cambio que sí que tiene el beneplácito de la propia organización por la existencia de suficientes fondos que permitan ampliar los viajes oficiales tanto a nivel nacional como internacional.
Una modificación sustancial en la financiación de la realeza británica que lleva sin producirse desde el año 2011. Por aquel entonces, la reina Isabel II pasó de recibir un pago y varios subsidios del Gobierno para cubrir gastos oficiales a percibir ingresos a través del Fondo Soberano. Además, este patrimonio se vio mermado en sus últimos años de vida debido a la reducción de actos oficiales por la pandemia.
Sin embargo, su marido sí que percibió la prestación externa que ahora rechaza la nueva reina consorte Camila. El duque de Edimburgo cobró la citada suma de dinero pese a los cambios en la regulación, ya que se mantuvo una disposición para evitar cualquier tipo de modificación.
"Cada rey y reina tiene sus propios intereses y prioridades que afectan a su calendario de eventos", afirmaba el informe, resaltando las nuevas decisiones que se están tomando con el nuevo monarca y su consorte. La moderación en el gasto público también se debe a la inflación. El Palacio de Buckingham ha renunciado a la creación de un centro de visitantes externo y que tenía un propio presupuesto que ahora es visto como inviable.
El gasto total de la Casa Real británica durante el último año fiscal fue de 117,3 millones de libras, de los cuales 107,5 provinieron del mencionado Fondo Soberano, administrado por el Gobierno y financiado públicamente.
La reina Camila ha rechazado percibir la prestación anual designada por el Parlamento británico y valorada en 360.000 libras (420.000 euros). Un sueldo que sí que percibía su suegro, el duque Felipe de Edimburgo, mientras fue el marido de la reina Isabel II, hasta su muerte en el año 2021.