La victoria de Meghan y Harry: seis policías, imputados por sus mensajes racistas sobre ellos

Ha pasado algún tiempo desde que los duques de Sussex comenzaran a insinuar que en la familia real había racismo, verbalizándolo después en aquella entrevista con Oprah Winfrey que supuso un punto de inflexión en su relación con Buckingham. Unas acusaciones que también trasladaron a la prensa británica y a gran parte del Reino Unido. Ahora, Harry y Meghan disfrutan de una victoria agridulce, ya que seis policías británicos han sido imputados por escribir mensajes racistas, con la pareja entre las víctimas de sus comentarios.

Todo salió a la luz tras una investigación del programa 'BBC Newsnight', que destapó un grupo de Whatsapp de varios policías, algunos ya retirados, en el que se habían compartido comentarios con tintes racistas sobre la política del Gobierno de Ruanda o se bromeaba sobre tragedias como las inundaciones en Pakistán, que dejaron casi 1.700 muertos. Tampoco los Sussex escaparos a estas bromas de mal gusto que destapó el programa. Unos mensajes que vendrían a dar la razón a la pareja, que ha repetido hasta la saciedad que en Reino Unido existía el racismo.

En total, son seis los policías que han sido imputados y que tendrán que comparecer ante el Tribunal de Magistrados de Westminster el 7 de septiembre, todos ellos por "mensajes racistas extremadamente ofensivos por comunicación pública". El encargado de la investigación se mostraba satisfecho con el resultado, especialmente porque estas informaciones dejan en muy mal lugar al cuerpo de policía.

"Están cansados ​​de que una minoría los decepcione y son conscientes del daño que el mal comportamiento puede causar en nuestra relación con las comunidades a las que servimos. Reconozco que los anuncios sobre el resultado de nuestras investigaciones pueden tener el potencial de causar más preocupación pública, pero espero que demuestre nuestro compromiso absoluto de investigar cualquier comportamiento corrupto y abusivo", aseguraba.

Los Sussex y el racismo, una relación larga

Como decíamos, fue en la entrevista que concedieron a Oprah Winfrey cuando los duques de Sussex verbalizaron que habían sufrido el racismo de la familia real británica, asegurando que el color de la piel de su hijo supuso un problema en Buckingham desde el principio. Aunque ni uno ni otro quisieron desvelar el nombre de la persona en cuestión, afirmaron que un miembro de los Windsor había dicho a Harry que pensaba que la piel del pequeño podría ser "perjudicial" y que estaba preocupado por que Archie fuera "demasiado moreno".

Un tema al que también recurrieron para la docuserie de Netflix que se estrenaba el pasado diciembre. En una de las escenas en las que Meghan y Harry hablan a cámara sentados en el sofá, el hijo del rey Carlos aseguraban que la familia real tiene "prejuicios inconscientes", afirmando también que es "parte del problema" general que hay en Reino Unido con respecto al racismo.

Aunque cierto es que el propio Harry se desdijo en cierto modo poco después, ya que en otra entrevista, esta vez con motivo de la publicación de sus memorias, cambió un poco la versión y reculó. Sentado frente a su amigo Tom Bradby en la británica ITV como parte de la promoción de su autobiografía, afirmó que los miembros de la familia que habían hecho esos comentarios no eran racistas, sino que mostraban un "sesgo inconsciente".

Consciente o no, lo único cierto es que, efectivamente y tal como han denunciado en muchas ocasiones, la pareja ha sido víctima de comentarios racistas. Y lo que es más grave: por parte de las mismas personas que supuestamente tienen que proteger a la ciudadanía. Un gesto por el que los seis policías tendrán que dar explicaciones ante los tribunales.