Felipe VI emociona a su ahijado en el día de su boda: acude como invitado, pero sin Letizia

El rey Felipe VI ha ejercido como un auténtico padrino con su ahijado Felipe López y no ha faltado a uno de los días más importantes de la vida del joven, que ha contraído matrimonio este fin de semana con la gijonesa Lorena Meana.

La pareja se ha dado el ‘sí, quiero’ en la parroquia de Deva, en Gijón.

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Álvaro Rey

Media hora antes de que se celebrara la ceremonia comenzaron a llegar los invitados, pero el revuelo a las puertas del templo se acrecentó cuando miembros de seguridad de la Casa Real aparecieron. Poco después llegaba el Rey, dando una gran alegría al novio y a la familia de este. El monarca asistía a la boda solo, sin la compañía de Letizia. Felipe López recibió al monarca y se saludaron de manera cariñosa.

Todos disfrutaron de un emotivo enlace que se pudo celebrar bajo condiciones meteorológicas perfectas, sin rastro de lluvia en Gijón.

Tras la ceremonia religiosa, todos los invitados y los recién casados se trasladaron hasta el palacio de Valdesoto, en el concejo de Siero, para disfrutar del convite que allí se había preparado.

Según informa ‘El Comercio’, Felipe López se encontró con el Rey el pasado mes de octubre, en Oviedo, durante los premios Princesa de Asturias. La noticia de la boda del joven alegró mucho al padre de la princesa Leonor y de la infanta Sofía.

El joven, licenciado en Economía y Derecho, desarrolla su vida laboral en Madrid, donde reside con Lorena, licenciada en Farmacia, pero desde que tenía cuatro años ha estado muy vinculado a Asturias y Gijón, donde vive su familia.

Felipe López es uno de los pocos ahijados de Felipe VI que no tiene sangre real. Lo mismo le ocurre a Martina Jáudenes, empresaria e hija de Eugenio Jáudenes, uno de los más íntimos amigos del monarca, o al primogénito de Álvaro Fuster y Beatriz Mira, al que solo 'medio apadrinó', ya que finalmente no fue a la ceremonia, que se celebraba en diciembre de 2012 en Málaga.

En el caso de Felipe López Sánchez, este joven asturiano anónimo fue apadrinado por don Felipe cuando visitó San Esteban de Cuñaba en la primera edición del Premio Pueblo Ejemplar, en 1990. La aldea, de solo 30 habitantes, llevaba sin dar la bienvenida a un bebé muchos años. Pero coincidió que cuando el entonces Príncipe de Asturias visitó el pueblo, una vecina estaba embarazada. Don Felipe aceptó sin pensarlo la propuesta del alcalde, apadrinando al niño, que se iba a llamar Andrés antes del encuentro real.

Desde entonces, ambos han mantenido la relación a lo largo de todos estos años.