Charlène regresa a Mónaco, tras su enfado en televisión, luciendo bolso de Bottega Veneta de casi cuatro mil euros

Parece que la esposa de Alberto de Mónaco tiene difícil lo de tener una época tranquila. Es suficiente con que no aparezca en público durante unos días para que los rumores se disparen. Y su reciente viaje a Sudáfrica, unido al hecho de que su marido coincidiera con su ex, Nicole Coste, en la Oktoberfest de Múnich, los han encendido. Un asunto sobre el que la propia Charlène ha mostrado su enfado en una entrevista, antes de un regreso a Mónaco que ha resultado un tanto agridulce por las circunstancias.

Para saber cómo ha sucedido todo, nos tenemos que ir a Sudáfrica, donde la princesa estuvo hace unos días para participar en una iniciativa de su fundación. Y allí, quizá algo más relajada que cuando se encuentra en Mónaco, no dudó en atender a un medio del país, mostrando su enfado por los continuos comentarios a los que tiene que hacer frente, desde los que hablan de su actitud a los que hablan de su matrimonio: "Si hay mil fotos mías en un evento, eligen una en la que estoy mirando hacia abajo o sin sonreír, y luego dicen que parezco incómoda o infeliz", asegura en un ataque claro a los medios de comunicación.

Durante esta intervención, tampoco tuvo problema en abordar los constantes titulares sobre su relación. "Todo está bien en nuestro matrimonio", afirmó ante las cámaras de News24. "¡Los rumores me parecen agotadores! No puedo entender de dónde vienen. Me parece como si ciertos medios o personas quisieran vernos separarnos". De hecho, los últimos titulares apuntaban a que Charlène no tenía fecha de regreso al principado o que incluso tenía intención de quedarse una temporada en Sudáfrica, algo que ella misma ha negado, no con palabras, sino con una reveladora imagen.

Y es que la princesa reaparecía este domingo en una cita con un mensaje claro y que organizó ella misma para encontrarse con los miembros de la asociación Amicale de Mónaco. Una reunión festiva que tuvo lugar en la Place d´Armes, uno de los puntos neurálgicos de la Roca, y en la que la princesa pudo departir con los mayores de la zona, apareciendo ante un único medio acreditado -afín a Alberto, por supuesto- para dejar claro que no se quedaba en Sudáfrica y que su sitio está en Mónaco.

El regreso agridulce de Charlène a Mónaco y el lujo silencioso de su look

Y no podemos evitar que, más allá de lo significativo de esta reaparición, nuestros ojos se vayan a ese look, sobrio y sencillo, pero muy lujoso. Y es que, teniendo en cuenta que solo el top y el clutch rozan los 5.000 euros, ya nos podemos hacer una idea del valor del conjunto entero, compuesto principalmente por falda y top. Este último es el modelo Charlise, un diseño asimétrico en marrón ahumado de la firma The Row, perteneciente a las hermanas Olsen, que además de ser las fundadoras son también las creadoras de las prendas. Una marca que los más expertos en moda consideran representante del conocido como 'lujo silencioso', y que han llevado desde Taylor Swift a Jennifer Lawrence. Su precio, unos 1.600 euros.

Pero no es, ni de lejos, la pieza más exclusiva de su outfit. Porque en sus manos vimos un clutch que se ha convertido en imprescindible en los armarios de la realeza, ya que es un modelo que tienen royals como Máxima de Holanda, Rania de Jordania, la reina Letizia o Mary de Dinamarca, por mencionar solo unas cuantas. Hablamos del modelo Knot de Bottega Veneta. Este, en concreto, es de piel marrón y cuesta 3.600 euros. Una cantidad no apta para todos los bolsillos, pero sí para el de Charléne, muy acostumbrada a lucir las firmas más exclusivas.

Así, esta reaparición de Charlène era todo un golpe de efecto al dejar absolutamente claro cuál es, al menos de momento, su lugar.