La historia de amor de Mary Donaldson y Federico de Dinamarca: de su flechazo olímpico a su boda entre lágrimas

Los comienzos del siglo XXI estuvieron marcados, en lo que a royals se refiere, por los enlaces de numerosos herederos al trono en Europa. Así, en apenas dos años se vivieron acontecimientos históricos como el 'sí, quiero' de los ahora reyes Carlos III y Camila en Reino Unido, la boda de los reyes Felipe y Letizia en 2004 o el enlace de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en 2003.

Una celebración que recordaban el pasado mes de mayo con unas tiernas palabras por parte del príncipe danés hacia su actual esposa, en su aniversario. "Un día muy especial para los dos, como nos gusta marcar también con nuestros cuatro hijos. Este año el día coincide con el Día de la Madre. Por eso te mando mi amor especial para ti, Mary, como esposa y como madre", escribió Federico de Dinamarca en sus redes sociales.

Unas palabras que, contando los meses que quedan para que lleguen sus dos décadas de matrimonio, nos hacen recordar cómo ha sido la historia de amor entre Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. Una relación que comenzó, como ocurría años antes con el enlace de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, gracias a unas Olimpiadas.

Nos remontamos a las del año 2000, celebradas en Australia. Hasta allí se desplazaron deportistas y representantes de todas las partes del mundo, entre otros el príncipe danés junto a su hermano Joaquín y otros royals europeos como Nicolás de Grecia y Marta Luisa de Noruega. Allí sería donde encontraría el amor y, literalmente, a su princesa.

Mary Donaldson, original de la isla de Tasmania y licenciada en Derecho y Comercio, compartía cervezas en un pub junto a varios amigos cuando conoció al príncipe Federico. Un flechazo en un entorno olímpico que les llevó a comunicarse por email y por llamadas de teléfono durante meses de forma secreta. Además de los viajes de incógnito del heredero danés hasta el país austral.

La princesa Mary confesaría después en una entrevista que al principio no sabía quién era aquel hombre que coqueteaba con ella ni las personas que lo acompañaban: "Yo no sabía quiénes eran ellos. Una media hora después, uno de mis compañeros viene a mí y me pregunta: '¿Sabes que esas personas son príncipes?".

"No fue un encuentro al azar"

Aunque años después sabríamos, según una de las damas de honor de Mary Donaldson en su boda, que este encuentro casual en un bar no lo fue tanto, dado que ambos estaban junto a varios amigos en común que habían organizado una cena, sentándose uno en frente del otro en aquella quedada. Amber Petty, la mencionada dama de honor, explicó en el programa de televisión ‘Sunrise’ que el primer encuentro entre Mary y Federico fue en una velada exclusiva organizada en la que ambos estaban invitados.

"Lamento romper el corazón de todos, pero no siempre se trata de toparse al azar con príncipes en los pubs. No fue un encuentro al azar... Fue una pequeña cena organizada durante los Juegos Olímpicos y resultó que Mary estaba invitada y la mayoría de los invitados eran miembros de la realeza", añadía la amiga de la princesa.

Sea como fuere su primer encuentro, la realidad es que su relación fue creciendo hasta hacerse el anuncio oficial de su boda. Tras su primera foto juntos en 2001, Mary se mudó a Dinamarca en 2002, llegando el compromiso en octubre de 2003, celebrándose ahora los 20 años de este anuncio. La boda llegaría el 14 de mayo de 2004 en la catedral de Copenhague, con la histórica imagen del príncipe Federico estallando en un mar de lágrimas de emoción cuando vio llegar a Mary Donaldson hacia el altar.

La australiana lució un vestido de novia del diseñador danés Uffe Frank con velo de encaje perteneciente a la Casa Real danesa desde hace más de 100 años y una tiara de diamantes, regalo de la reina Margarita. Un matrimonio que daría la bienvenida en los siguientes años a sus 4 hijos, el príncipe y futuro heredero Christian, Isabella, y los mellizos Vincent y Josephine.

Una historia de amor que no ha estado exenta de polémicas, como las dos grandes crisis matrimoniales que rodean al matrimonio. La más sonada fue en 2011, pocos meses después de que nacieran sus hijos pequeños, cuando Federico de Dinamarca fue grabado en un pub favorito de la capital danesa bailando muy cerca de una joven rubia justo la noche anterior al bautizo de Vincent y Josephine.

Unas imágenes que hicieron recordar el pasado juvenil amoroso del príncipe danés y sus salidas de noche, que le llevaron incluso a terminar detenido en el calabozo. Más allá de esto, la pareja de príncipes se consolida con un peso institucional cada vez mayor en su país, siendo protagonistas de cada vez más actos oficiales.