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De los 'dedos de salchicha' al cáncer: el largo historial médico de Carlos III
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De los 'dedos de salchicha' al cáncer: el largo historial médico de Carlos III

El reciente e inesperado diagnóstico del monarca británico nos ha hecho recordar todos los momentos en los que su salud ha estado en peligro a lo largo de sus 75 años

Foto: Carlos III, durante un partido de polo en 2003. (Getty)
Carlos III, durante un partido de polo en 2003. (Getty)

Desde que el palacio de Buckingham hiciera público en un comunicado que Carlos III padece un tipo no especificado de cáncer, los mensajes de cariño y ánimo no han dejado de llegar desde todo el mundo en una ola de compasión cercana a la que sintió tras la muerte de su madre, Isabel II. Nada que ver con los titulares que en 1990 saltaban a la prensa de su país después de que una caída jugando al polo le tuviera una semana en el hospital.

Por ejemplo, la publicación 'Burke's Peerage', considerada la biblia de los aristócratas, le exigió que pusiera fin a "este patrón kamikaze", advirtiéndole además de que "este tipo de comportamiento insensato es imperdonable. Ya es hora de que se dé cuenta de que no es inmortal".

placeholder Las portadas de los medios ingleses informan del cáncer del rey. (Reuters)
Las portadas de los medios ingleses informan del cáncer del rey. (Reuters)

Pese a accidentes como este, Carlos III había alcanzado la edad de 75 años sin sucumbir a ninguna enfermedad grave, hasta su reciente y preocupante último diagnóstico. Sin duda, su estilo de vida activo ha fortalecido su salud durante este tiempo, pero también le ha traído problemas en ocasiones, y si hasta ahora ha tenido la relativa suerte de esquivar afecciones que hayan puesto en serio peligro su vida, no ha sido tan hábil a la hora de evitar lesiones.

Su mencionada pasión por el polo ha sido en parte responsable de varios sustos, pero también se las ha arreglado para hacerse daño en otras actividades, tanto sobre el caballo como lejos de él, e incluso en una ocasión mientras serraba una rama de un árbol. Al menos, siempre se ha enfrentado a estos obstáculos con buen humor. "No sé a vosotros, pero ahora se me siguen cayendo trozos del cuerpo a intervalos regulares", bromeó ante una multitud en Brisbane (Australia) en 2018. Vamos a repasar a continuación los puntos más destacados del historial médico del rey Carlos a lo largo de los años.

placeholder Camila y Carlos ríen durante una visita a Escocia. (Reuters)
Camila y Carlos ríen durante una visita a Escocia. (Reuters)

Accidentes de caza

En 1998, el entonces aún príncipe de Gales se cayó de su caballo y se rompió una costilla en un accidente de caza del zorro mientras cabalgaba por la campiña galesa. Tres años después se volvió a caer de su montura mientras cabalgaba por un terreno húmedo y resbaladizo durante otra cacería de este tipo en Derbyshire, rompiéndose un hueso del hombro izquierdo. Se le tuvo que colocar un cabestrillo en el brazo.

Sus numerosas caídas de los equinos a lo largo de los años le han dejado algunos dolores de espalda. En sus polémicas memorias 'Spare', el príncipe Harry describió cómo su padre hacía flexiones de cabeza, prescritas por su fisioterapeuta, para aliviar el "dolor constante en el cuello y la espalda de papá", causado principalmente por "viejas lesiones de polo". En 1998, el rey se sometió a una intervención quirúrgica con láser en la rodilla derecha en el hospital King Edward VII de Londres, ya que el desgaste de la articulación tras años de deporte y ejercicio le causaba molestias.

Foto: Carlos III, en una imagen de archivo. (Reuters)

Percance con una sierra

La mala suerte también ha jugado su papel en ocasiones en la salud del monarca. En 2001, mientras serraba una rama de un árbol en Highgrove, su finca en Gloucestershire, Carlos III acabó con serrín en el ojo. El resultado fue un arañazo en la córnea que le afectó temporalmente a la visión y le obligó a llevar un vendaje sobre el ojo lesionado.

placeholder Carlos III y sus 'dedos de salchicha'. (Getty)
Carlos III y sus 'dedos de salchicha'. (Getty)

Dedos de salchicha

El rey ha bromeado durante mucho tiempo sobre sus famosos dedos hinchados. Durante los ensayos para su coronación el año pasado, mientras el príncipe Guillermo luchaba por abrocharse una toga ceremonial, su padre le dijo que no se preocupara, ya que él no tenía "dedos de salchicha" como su padre. Aunque cuando el heredero al trono nació en 1982, el rey escribió a un amigo diciéndole que "realmente tiene un aspecto sorprendentemente apetitoso y tiene dedos de salchicha como los míos".

A lo largo de los años se han sugerido varias explicaciones para los dedos de salchicha del monarca –edema, artritis, infecciones, alergias, altos niveles de sal, entre otros motivos– y el tema ha recibido extensa cobertura mediática.

placeholder Carlos III, durante un partido de polo. (Reuters)
Carlos III, durante un partido de polo. (Reuters)

Lesiones de polo

El polo se considera un deporte de alto riesgo por una buena razón y el historial de lesiones del Rey relacionadas con él ilustra por qué. En 1980 necesitó seis puntos de sutura en la mejilla tras ser lanzado y pateado por su caballo durante un partido en Windsor. En 1990, se rompió el brazo derecho en una caída durante otro partido y fue sometido a varias operaciones, incluida una tres meses después porque una de las fracturas no se había curado.

En 1992, otra lesión de polo le obligó a someterse a una operación para reparar el cartílago roto de su rodilla izquierda y en 1993 volvió a lesionarse en un partido. Todo ello podría haber bastado para disuadir a otros deportistas más pusilánimes, pero el monarca volvió a montar a caballo, sufriendo de nuevo una caída durante un partido con sus hijos en 2001, quedando inconsciente y siendo trasladado al hospital en ambulancia como medida de precaución. Finalmente, dejó de jugar al polo en 2005, a la edad de 57 años.

Foto: El príncipe Harry, en una de sus últimas visitas a Londres. (Reuters/Hannah McKay)

Hernia

En 2003, el hijo de Isabel II se sometió a una operación de hernia en el hospital privado King Edward VII de Londres. Una vez más, haciendo gala de su sentido del humor sobre sus dolencias, bromeó con los medios de comunicación tras ser dado de alta: "Hernia hoy, mañana ya no". No se ha revelado cómo se produjo la lesión, pero se cree que se hizo daño mientras colocaba setos en los jardines de Highgrove. El Rey permaneció 24 horas en el hospital y canceló sus compromisos de la semana siguiente para recuperarse.

Tumor no cancerígeno

Cinco años después de operarse de la hernia, le extirparon un tumor no cancerígeno del puente de la nariz. La operación se describió como menor y rutinaria y se realizó sin necesidad de anestesia local. El Rey fue fotografiado en Highgrove con una pequeña escayola blanca tras la intervención. Su padre, el duque de Edimburgo, se sometió a un tratamiento similar para eliminar un pequeño tumor en la nariz en 1996.

placeholder El rey Carlos, en una imagen de 2020. (Reuters)
El rey Carlos, en una imagen de 2020. (Reuters)

Covid

El rey contrajo el coronavirus por primera vez en marzo de 2020 y de nuevo en 2022. En la primera ocasión dijo que había tenido suerte de experimentar solo síntomas leves y que había "salido bastante bien parado", aunque perdió temporalmente el sentido del gusto y del olfato. Aquella vez se aisló en su casa de Escocia y casi dos años después volvió a dar positivo tras haberse vacunado tres veces.

Próstata agrandada

El mes pasado, Carlos III fue tratado en la London Clinic de un agrandamiento de próstata que le habían diagnosticado una semana antes. Con la esperanza de aumentar la concienciación sobre esta afección en los hombres de todo el mundo, permitió que el palacio de Buckingham hiciera públicos los detalles. Su caso se describió como benigno. Tras el diagnóstico, la reina Camila declaró que su marido estaba "bien" y "deseando volver al trabajo".

placeholder Carlos y Camila, en su primera imagen tras su diagnóstico de cáncer. (Reuters)
Carlos y Camila, en su primera imagen tras su diagnóstico de cáncer. (Reuters)

Cáncer

Mientras el Rey recibía tratamiento para su próstata agrandada, se descubrió su cáncer. No se ha revelado qué tipo de enfermedad padece, pero se ha confirmado que no es cáncer de próstata. Su tratamiento ya ha comenzado y el palacio de Buckingham ha dicho que seguirá desempeñando sus obligaciones de Estado a pesar del diagnóstico. Es posible que algunas reuniones se celebren virtualmente en lugar de en persona, para reducir el riesgo de infección durante este periodo.

El primer ministro Rishi Sunak ha asegurado que el cáncer del Rey se ha detectado a tiempo y él ha expresado su gratitud a su equipo médico por su "rápida intervención". En una declaración de Palacio, se dice que espera volver a sus funciones públicas lo antes posible.

Desde que el palacio de Buckingham hiciera público en un comunicado que Carlos III padece un tipo no especificado de cáncer, los mensajes de cariño y ánimo no han dejado de llegar desde todo el mundo en una ola de compasión cercana a la que sintió tras la muerte de su madre, Isabel II. Nada que ver con los titulares que en 1990 saltaban a la prensa de su país después de que una caída jugando al polo le tuviera una semana en el hospital.

Príncipe Carlos de Inglaterra
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