La reina Sofía y la infanta Cristina asisten la procesión de los Alabarderos en Madrid: un regalo y palabras dedicadas a Felipe VI

Tras un total de tres años sin cumplir con la tradición, doña Sofía y la infanta Cristina han asistido a la procesión del Cristo de los Alabarderos este Viernes Santo en Madrid, cumpliendo así con los deseos de la hija de don Juan Carlos I después de su misterioso viaje a Vitoria. Finalmente, la Hermandad ha sorteado las inclemencias meteorológicas, que han afectado a las celebraciones de otras ciudades, como Málaga o Sevilla, y que llegaron a poner en serias dudas su salida el pasado martes 26 marzo en el momento en el que tuvo que ser trasladado ‘a toda marcha’ debido al temporal de lluvia.

Minutos antes del arranque del paso, la Reina emérita, acompañada por su hermana la princesa Irene de Grecia, llegaban a las inmediaciones del Palacio Real y se adentraban en la capilla queriendo saludar a los cofrades y autoridades civiles y religiosas implicadas en la celebración. Lo que no esperaban es que dicho gesto fuera correspondido con un significativo regalo para las tres.

Una vez finalizado un improvisado besamanos, donde doña Sofía tomaba la delantera, frente a un segundo plano de las otras dos protagonistas de la jornada, la Hermandad anunciaba a la esposa de Juan Carlos I que, debido a su visita, era nombrada miembro de honor de la congregación y se le entregaba su respectiva medalla. Segundos después, cuando la sorpresa parecía acabada, dos medallas más aparecían sobre los cuellos de la infanta Cristina y la otra hermana de Constantino de Grecia. "Muchísimas gracias, es un honor", aseguraban casi a la par con un especial brillo en sus hijos.

Asímismo, uno de los miembros de la Guardia Real decidía tomar el micrófono para dedicar unas palabras a la institución y más concretamente a su Rey, Felipe VI. "Os doy la bienvenida a esta capilla, Su Majestad la reina Sofía. Nos hace mucha ilusión que haya decidido acompañarnos en el día de hoy. Esto es tan solo una señal de nuestro respeto y adhesión hacia el significado inquebrantable de la Corona y de nuestro Rey", exponía.

Además de la presencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a ellas, de riguroso luto, se ha encontrado la imperecedera en el acto, Simoneta Gómez-Acebo, quien se ha refugiado en la fe para sobrellevar el duelo de la muerte de su hermano Fernando a los 49 años. Es más, días después de su fallecimiento, decidió realizar un viaje místico a la India, tal y como informó en primicia Vanitatis, buscando la mayor desconexión posible ante uno de los golpes más duros de su vida.

Marcaban las 19:05 horas cuando la procesión iniciaba su recorrido saliendo por la Puerta del Príncipe del Palacio Real a hombros de la Guardia de la propia institución. En primera persona, madre e hija observaban visiblemente emocionadas el arranque de esta Estación de Penitencia que guardaba como destino la Iglesia de las Fuerzas Armadas. Antes de su llegada, la imagen del Santísimo Cristo de los Alabarderos ha sido paseada por algunos de los puntos más emblemáticos de la capital, entre ellos la Plaza de la Villa, la Puerta del Sol, calle Bailén, calle Postas e incluso la Plaza Mayor.

A pesar de la alegría ante la representación de la familia real dentro de este evento de carácter religioso, los asistentes no han podido obviar la ausencia de la infanta Elena, hermana honorífica de la congregación y principal responsable de perpetuar esta tradición. Es más, esta cita ha estado siempre marcada en rojo dentro del calendario de la primogénita de don Juan Carlos y doña Sofía, quien ha acudido en infinidad de ocasiones para presidir el acto y marcar la levantá.

Sin embargo, siguiendo lo sucedido desde 2021, la hermana de Felipe VI ha tomado por costumbre viajar hasta Abu Dabi una vez llegada la Pascua para así visitar a su padre y también a su hijo, Froilán, quien estableció su residencia en los Emiratos Árabes Unidos meses atrás.

Además, tal y como explicaba Vanitatis, en este 2024 dicha escapada guarda un importante mensaje tras ella: acallar con los rumores extendidos a través de los medios de comunicación que apuntan a una posible mudanza del Rey emérito a Ginebra.

Un plan que le ha sido imposible compaginar con su devoción a este Cristo Crucificado con gran vínculo a la Casa Real española no solo por su salida de Palacio, sino por encontrarse relacionado directamente con la obra de Velázquez, pintor de la Corte en la época de Felipe IV.

La Semana Santa más devota de doña Sofía

Por otro lado, su madre, doña Sofía, ha vivido su Semana Santa más devota en años. Fue el jueves 27, cumpliendo con lo avanzado por Vanitatis, cuando la Reina emérito disfrutó por primera vez en persona del traslado del Cristo de la Buena Muerte en Málaga. Lo hizo arropada por su inseparable hermana, Irene de Grecia, y otros rostros conocidos como José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, y su prometida, Teresa Urquijo, o Antonio Banderas.

Una vez finalizado el traslado, y visiblemente emocionada ante la experiencia protagonizada por la omnipresencia del Cristo de Mena, la madre de Felipe VI se desplazó hasta el Chiringuito Rocamar para terminar la velada, donde comió un menú bajo en grasas y conquistó a todos los asistentes debido a su especial cercanía.

Entre Palma de Mallorca, Málaga y Madrid, y siempre respaldada por sus seres queridos, doña Sofía ha probado su fe públicamente y aprovechado su tiempo de descanso más que nunca. Plan tras plan.