La reina Camila luce la versión customizada de su vestido de novia como guiño romántico a Carlos III por su 20º aniversario de boda
La pareja celebra este miércoles dos décadas de matrimonio y la reina no ha dudado en recordar ese día a través de su look
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No podemos negar que en cuanto a imagen y relaciones públicas, la Casa Real británica tiene poca comparación. Este miércoles lo han vuelto a demostrar, no solo por el vídeo que han publicado en redes sociales para celebrar las dos décadas del matrimonio del monarca y su esposa, sino porque la propia reina Camila no ha dudado en lucir la versión customizada de su vestidoi de novia, en un guiño romántico a Carlos III por su 20º aniversario de boda.
Tal y como han contado los periodistas ingleses desplazados hasta Italia para cubrir la visita de Estado de la pareja, se les había informado de que, este miércoles, la esposa del monarca luciría el mismo outfit que llevó aquel 9 de abril de 2005, cuando por fin consiguieron convertirse en marido y mujer, luchando contra obstáculos y numerosas polémicas.
Y así ha sido, aunque ha habido que esperar primero a que los reyes afrontaran sus compromisos en solitario, cada uno por separado. De nuevo juntos, tocaba una visita al Parlamento, donde Carlos ha pronunciado algunas palabras en italiano, y un paseo por los alrededores, con helado incluido. Y aunque el guiño romántico se esperaba en la cena de gala a través de las joyas, Camila ha preferido adelantarlo.
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Eso sí, no hemos visto el diseño original, sino una versión modificada, ya que se le han quitado algunos elementos, a la vez que se ha añadido una pieza al abrigo para hacerlo más largo. Se trata de la primera vez que lo lleva así, puesto que en otra ocasión sí reutilizó este look, pero en la forma original y que llevó aquel 9 de abril de hace 20 años.
Al ser una boda en segundas nupcias para ambos, Camila no portó la tradicional tiara que toda novia que comienza a formar parte de una casa real elige para su boda. Ella escogió un sombrero de ala ancha con motivos vegetales incorporados firmado por Philip Treacy, el creador británico de tocados por antonomasia.
Sin embargo, a pesar de ser un atuendo blanco y que se puede considerar más nupcial, no es el más recordado de aquel día. Este conjunto de vestigo y abrigo fue el que Camila escogió para la ceremonia civil en Windsor Guildhall, mientras que fue el posterior, elegido para la ceremonia eclesiástica, el que se ha quedado para el recuerdo al ser el que lleva en los retratos oficiales del gran día.
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Eran dos diseños con un elemento en común, el abrigo, pero a la vez muy diferentes entre sí. De hecho, es este segundo del que hablamos el que en su corazón tiene un lugar más especial, ya que, a diferencia del beige que ha reutilizado en Roma, nunca lo ha vuelto a llevar, como suele suceder, salvo contadas excepciones, con los vestidos de las novias.
Como aquel día, Camila también ha lucido perlas en esta nueva oportunidad que ha dado al atuendo, desafiando a la mala suerte 20 años después. Se dice que las novias no deben ir con perlas, ya que representan las lágrimas que derramará durante su matrimonio. Pero, por lo que conocemos de la historia, es probable que la ahora reina ya hubiera derramado algunas antes del 'sí quiero' y no tuviera miedo ninguno.
En esta ocasión, además, ha añadido aún más perlas al confjunto, con este collar de tres vueltas y con broche con diamantes en el centro que se ha convertido, desde hace años en uno de sus favoritos.
No podemos negar que en cuanto a imagen y relaciones públicas, la Casa Real británica tiene poca comparación. Este miércoles lo han vuelto a demostrar, no solo por el vídeo que han publicado en redes sociales para celebrar las dos décadas del matrimonio del monarca y su esposa, sino porque la propia reina Camila no ha dudado en lucir la versión customizada de su vestidoi de novia, en un guiño romántico a Carlos III por su 20º aniversario de boda.