Boris Johnson y su prometida, Carrie Symonds, bautizan en secreto a su hijo

Sin recepción pública, para dar ejemplo, con total discreción y ante un reducido número de amigos y familiares. Así fue el bautizo de Wilfred Lawrie Nicholas Johnson, el hijo del primer ministro inglés, Boris Johnson, y su prometida, Carrie Symonds, según informa 'The Sun'.

El evento se produjo justo antes de que entraran en vigor nuevas restricciones sobre las reuniones sociales en el Reino Unido, y desde Downing Street no ha habido ningún comunicado sobre el bautismo. La pareja tampoco ha publicado ninguna fotografía de la ceremonia ni ha trascendido dónde tuvo lugar.

Una fuente comentó al citado rotativo: "Después de todo lo que Boris y Carrie han pasado este año, bautizar a Wilfred fue un momento muy especial. Lo compartieron con un pequeño número de personas y el servicio religioso fue sencillo pero hermoso, con muchas lágrimas y risas. No tienen la intención de publicar fotografías, ya que fue un momento privado especial".

El hijo de cuatro meses del primer ministro nació el pasado 29 de abril, tan solo unas semanas después de que el político conservador abandonara la UCI tras ser ingresado por coronavirus.

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Uno de los nombres del bebé, Nicholas, es un homenaje a los dos médicos que atendieron al primer ministro mientras luchaba contra la enfermedad.

En Inglaterra acaba de entrar en vigor la 'regla de los seis', que declara ilegal cualquier reunión social de más de seis personas. Los infractores se enfrentan a multas de hasta 3.200 libras si no cumplen con la nueva medida, que se aplica tanto en los hogares como en el exterior y es consecuencia del rápido aumento del número de casos positivos diarios en el país.

Mientras, Johnson ha dejado atónitos a políticos y expertos legales con su controvertido proyecto de ley que revisa sus compromisos del Brexit y reabre el espinoso asunto de la frontera entre las dos Irlandas, en violación del derecho internacional.

Johnson ha presentado en el Parlamento el proyecto de ley del Mercado Interno, pensado para regular el comercio dentro de las cuatro naciones del Reino Unido -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- una vez termine el actual periodo de transición con la Unión Europea (UE) el próximo 31 de diciembre.