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Anthony Adams: el auténtico cerebro detrás de Victoria y David Beckham
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Economía familiar

Anthony Adams: el auténtico cerebro detrás de Victoria y David Beckham

El progenitor de la diseñadora es el gran protector de las finanzas de la pareja

Foto: David y Victoria Beckham, al lado de los padres de la diseñadora. (Instagram @victoriabeckham)
David y Victoria Beckham, al lado de los padres de la diseñadora. (Instagram @victoriabeckham)

Se dice pronto, pero el año pasado David y Victoria Beckham celebraron sus 20 años de matrimonio con una espectacular fiesta en Versalles. Un enlace que supera las dos décadas en el que no solo se forjó una familia, formada por sus 4 hijos, Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper Seven, sino también un imperio.

Al igual que en las grandes sagas aristocráticas o de negocios, los Beckham son una unida máquina para hacer dinero. Una rueda de crecimiento continuo que se estima en 900 millones de euros.

Una cuenta corriente muy saneada que incluye el trabajo como diseñadora de Victoria Beckham, los contratos publicitarios de ambos, las gestiones deportivas de David (como ser el propietario del equipo de fútbol Inter de Miami). Sin contar con los ingresos que van generando sus retoños.

No dudamos de la capacidad de Victoria y David para crear y dirigir sus múltiples empresas y de la amplia experiencia que cuente su equipo contable. Sin embargo, detrás de todo este entramado empresarial hay un cerebro que les asesora y les cuida más que el resto, porque todo queda en familia. Nos referimos a Anthony Adams, el padre de Victoria.

Nos remontamos a la época de las Spice Girls para recordar que entonces la actual diseñadora de moda era apodada la Spice pija. Un sobrenombre que, más allá del marketing, se adecuaba bastante a su posición.

A pesar de que muchos piensan que tiene unos orígenes de clase media, sus padres Anthony William Adams y Jacqueline Doreen Cannon gozaban de una buena situación financiera, muy por encima de la mayoría

Casados desde hace más de 50 años, el electricista creó un negocio relacionado con su profesión muy lucrativo. De hecho, Victoria reveló en una entrevista que de pequeña no quería que su padre fuera al colegio a recogerla en su coche, ya que era muy lujoso y levantaba envidias entre otros niños que la acosaban.

Un don para las empresas que, sin duda, ha heredado su hija, pero en el que sigue contando con su asesoramiento. Así lo lleva corroborando años la prensa inglesa, que es testigo de cómo nada se aprueba, firma o realiza en las finanzas de la familia sin que pase por la supervisión del suegro del exfutbolista.

De hecho, viajamos en el tiempo unos 16 años para atrás para recordar la estancia de David Beckham en Madrid. Una época convulsa para el matrimonio, por la supuesta infidelidad del jugador con su asistente Rebecca Loos que se zanjó con tiempo pero, sobre todo, con los contratos de confidencialidad que encargó Anthony.

Obligó a amigos, familiares y miembros de su entorno a firmar un documento privado por el que se comprometían a no revelar ningún detalle sobre ellos. Demostrando ser el mejor guardián de los Adams-Beckham para proteger los intereses de sus seres queridos.

Se dice pronto, pero el año pasado David y Victoria Beckham celebraron sus 20 años de matrimonio con una espectacular fiesta en Versalles. Un enlace que supera las dos décadas en el que no solo se forjó una familia, formada por sus 4 hijos, Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper Seven, sino también un imperio.

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