La manicura tweed, el truco para llevar muchos esmaltes de color y seguir siendo chic

Textura y muchos esmaltes de uñas. Así dicho, puede parecer que se trata de la enésima horterada viral de las redes sociales. Sin embargo, la última moda en el terreno del nail art busca justo todo lo contrario.

Bajo el nombre de manicura tweed, esta invernal tendencia recrea ‘hilo a hilo’ el tejido tweed que Chanel convirtiera en epítome de la elegancia. Si bien es cierto que no es la primera vez que una fibra textil se traslada al diseño de uñas, el tweed no busca esos relieves de la lana o las redes de tul de antaño.

La primera vez que vimos el diseño fue sobre la pasarela de Christian Siriano. Las propuestas beauty de la firma siempre van un paso adelante de las tendencias y, en este caso, sus manicuras tweed de su desfile de la colección del verano de 2018 dibujaban irregulares hilos de colores rosas, morados y negros sobre una uña esmaltada en blanco.

Las actuales manicuras tweed no pretenden recrear el tejido de una forma burda, sino que se realizan hilo a hilo, como se haría al tejer. Esta práctica nos deja un sinfín de tutoriales en las redes sociales.

Cada uno de estos hilos de diferente grosor y longitud se realizan con lacas de uñas. El truco, o más bien, el elemento diferenciador de esta manicura, es que requiere un proceso artesanal, pues cada color de esmalte se dibuja uno a uno, alternando pinceles de nail art, esperando a que cada diminuta capa se seque y aplicando la siguiente, superponiéndolas.

Podría parecer que el resultado es un esmaltado muy grueso; sin embargo, cuando decimos que se trata de una manicura elegante y discreta, es en parte porque la delicadeza de cada esmalte no suma volumen. El evidente paso final de top coat homogeniza el diseño y evita que se 'deshilache'.

El efecto de una textura rugosa y con varias capas se consigue con un doble esmaltado. Primero, la base de la manicura tweed se caracteriza por ser una tipo glitter o con partículas. Sun finalidad es la de ser el tejido base sobre el que se tejen los hilos. Los esmaltes marmóreos o mate también son opciones interesantes.

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Cuando esta primera capa está completamente seca, se procede a dibujar los hilos, que no son otra cosa que líneas realizadas con un esmalte de otro color y un pincel fino. Para lograr el efecto del tweed, las líneas deben seguir un trazado entrecortado.

Cuando las líneas se han secado, se realizan otras líneas en paralelo, con otro pincel y otro esmalte, pudiendo variar el grosor del trazo, pero continuando el efecto de una línea discontinua.

Siguiendo con la superposición de líneas, el siguiente paso es dibujar con otro esmalte y otro pincel líneas en sentido horizontal, con la intención de lograr el efecto de tejido. Este entramado de lacas de uñas es el responsable de que para la manicura tweed sean necesarios un mínimo de 4 colores de lacas de uñas, sin contar el top coat con el que se sella el diseño.

Al alternar las líneas verticales con las horizontales se crea ese efecto de costura cosida. También hay un lugar especial para los esmaltes de uñas metalizados y brillantes, capaces de lograr el característico acabado del tweed.