Lily-Rose Depp tiene todas las papeletas para ser el icono de maquillaje de 2025: 3 looks que ha convertido o convertirá en tendencia
Hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis, puede que Lily-Rose Depp esté marcada por la etiqueta 'nepo baby', pero su interpretación del maquillaje, jugando con las tendencias y la estética noventera, ha construido una imagen identificable allá donde vay
El equilibrio perfecto entre el ‘je ne sais quoi’ de una it girl francesa y la seguridad contundente de una influencer; Lily Rose Depp logra dejar una impronta personal (y terriblemente aspiracional) en cada una de sus apariciones o posts en redes sociales.
Su juventud, tan solo tiene 25 años, juega a su favor, permitiéndole incorporar elementos vintage, como la omnipresente estética noventera, con maquillajes virales y a la vez marcarse un selfie con los ojos en blanco, sin que nada chirríe, al contrario, todo funciona. GenZ a su enésima potencia.
Sin embargo, mientras otras ‘nepo babies’ pueden resbalar en sus estilismos beauty, la hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis se mantiene estéticamente como un funámbulo. Su clave reside en tres máximas: inspirarse en su madre, adaptar las tendencias a sus facciones y darle a todo un toque entre grunge y soft goth.
El combo, no solo les encaja a los directores de cine que la contratan o a sus fans, también encandila las marcas, que le persiguen como un amante obsesionado. Lily-Rose firmó con Chanel cuando tan solo tenía 15 años.
Así que sí, Depp, que acaba de estrenar el remake de ‘Nosferatu’, convertida en la más lánguida de las Minas cinematográficas, lo tiene todo para ser el icono del maquillaje en 2025, como ya lo fueron otros años Margot Robbie, Lucy Boynton o Florence Pugh. No nos remitimos a las pruebas, lo hacemos a sus looks.
1. Lecciones de mamá
La sombra beauty de Vanessa Paradis es alargada. Embajadora del estilo francés y defensora del diastema (separación de los dientes paletos), la madre de Lily-Rose también tenía su propio maquillaje signature, aquel en que, con pocos pasos, tenía buena cara y potenciaba sus rasgos.
Adoptó el labial rojo ya a los 30, pero cuando tenía la edad de su hija, su color estrella era el marrón. La cantante francesa siempre se movía entre los tonos tierra, taupe y grises mate para maquillar sus ojos, creando un efecto entornado, misterioso. A su vez, para maquillar sus labios, el nude tornaba hacia el mauve, sin caer en colores con los que su rostro palideciera.
La lección aprendida por Lily-Rose la apreciamos sobre todo en la mirada. La joven utiliza la misma paleta de colores que su madre lucía en los 90 pero, al tener los ojos marrones, la intensidad se multiplica. No se trata de un maquillaje ahumado en el que la sombra de ojos cubra el párpado móvil sino de un velo de color que uniforma el tono.
@esprit_conscient #vanessaparadis #1990 #pourtoi #fyp ♬ son original - Esprit Conscient
La incorporación de Lily-Rose es el lápiz de ojos negro. Si hay un producto de maquillaje que determina a qué generación perteneces o qué edad tienes, ese es el lápiz de ojos cremoso, o directamente khôl negro. Si te mueves entre los 30 y 40, le has cogido miedo, si eres más joven te maravilla su superpoder dramático, si eres mayor te parece que puedes hacer todos los maquillajes con él.
En el caso de Lily, su juventud se manifiesta en su amor total al lápiz de ojos negro, no solo a ras de pestañas para evitar el uso de un eyeliner, sino especialmente en la línea de agua.
Como un excelente truco para delimitar sus inmensos ojos, la hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis siempre perfila sus ojos lo que, sumado a las sombras grisáceas y marrones mate, le otorga un aire entre femme fatale y oscuro.
En el terreno de los labios, aunque en alguna ocasión ha optado por pintarlos de rojo, su signature look son los tonos muy naturales, entre nude y anaranjado, muy similar al color de su labio pero, eso sí, siempre con perfilado en marrón o nude, un gesto con el que siempre consigue resaltar el parecido con su madre.
2. Tendencias (adaptadas a sus rasgos)
El infinito portfolio de maquillajes que se hacen virales o que una celebrity logra poner de moda tienen letra pequeña: no todos favorecen a todo el mundo. En ese sentido Lily-Rose va varios pasos por delante de sus coetáneas. Evitó el contouring, perfila sus labios pero sin caer en el overlip (solo en el arco de Cupido) y rara vez lleva sombras glitter... No tanto porque no le gusten, sino más porque no le favorecerían tanto. Por el contrario, el iluminador y el blush son sus mejores aliados.
El uso que la actriz le da es sutil, lo que no quiere decir que no utilice el iluminador a fuego. Como si de una de las maquilladoras más fieles de Charlotte Tilbury se tratara, en todas sus apariciones, Lily-Rose siempre lleva iluminador cremoso sobre el hueso del pómulo, en la cúspide de la ceja (magistral toque secreto de Tilbury), en el lagrimal y en la barbilla.
El efecto es el de una piel superjugosa pero sin que quede artificial. Este uso del iluminador, que se pierde con la piel y se entremezcla con el colorete, le dan un toque bucólico, fresco, juvenil con el que resalta sus pómulos y juega con las dimensiones de su frente.
Pero Lily no es solo fan del highlighter, también es una paciente del blush-blindness, es decir, no tiene medida con el rubor de mejillas. El otro caso más sonoro de esta ceguera de colorete es Sabrina Carpenter, cuyos pómulos también son altos y están pletóricos (además de por la una crema de 650 euros).
La diferencia con Lily-Rose es que la actriz siempre se mueve en tonos de colorete mucho más naturales que la cantante. Con rubores rosas empolvados y melocotones consigue que el maquillaje no sea tan marcado y, de paso, juega con el tono de su piel, logrando la sensación de bronceado de ciudad.
3. El nuevo goth
Aún queda por determinar si la estética entre grunge y sotf goth (el gótico en plan chic) de la actriz responden a las actuales tendencias de maquillaje que coetáneas de Depp como Danielle Marcan dominan o a la estética noventera del 'Voguish vampire', inspirado en la Angelina Jolie de los 90, o si tal vez se trata de su propio gusto. Pero lo cierto es que Lily Rose ha conseguido estar asociada en nuestro subconsciente con cierta oscuridad.
Su forma de posar ante las cámaras con la mirada lánguida y como de chica triste e intensa, ese gesto que, en cuanto sale de la alfombra roja y sonríe desaparece, o el hecho de que haya interpretado al personaje femenino de 'Nosteratu', un poco como Winona Ryder hiciera en el 'Drácula' de Coppola (1993) rodean a sus estilismos.
La oscuridad en su sombra de ojos, su maquillaje, incluso el tono de sus labiales siempre tira hacia los colores fríos, solo despiertan por el colorete a fuego sobre sus mejillas, lo que construye un look superidentificable. Algo parecido ocurre con Jenna Ortega, otro icono de maquillaje que tener en cuenta. Entre la fiebre por la estética de los 90 y el aire seductor del goth, el éxito beauty está asegurado.
El equilibrio perfecto entre el ‘je ne sais quoi’ de una it girl francesa y la seguridad contundente de una influencer; Lily Rose Depp logra dejar una impronta personal (y terriblemente aspiracional) en cada una de sus apariciones o posts en redes sociales.
- El corte de pelo cóncavo es la melena con capas que tienes que pedir en la peluquería para el look noventero del verano Margarita Velasco
- Todo sobre el armario de 'The Idol', la serie de The Weeknd y Lily-Rose Depp Marita Alonso
- El truco de los labios de Kim Kardashian explicado por un experto y sin medicina estética Margarita Velasco