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De Alejandra Domínguez a Milena Smit: las consecuencias de vestir diferente
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De Alejandra Domínguez a Milena Smit: las consecuencias de vestir diferente

Analizamos lo que ocurre cuando las celebridades apuestan por looks que se salen de la norma. Spoiler: no siempre les sale a cuenta...

Foto: Alejandra Domínguez. (Instagram)
Alejandra Domínguez. (Instagram)

Existen tantísimas marcas en el mercado y contamos con tendencias (si es que todavía existen) tan diversas que vestir diferente tendría que ser hoy más fácil que nunca. Pese a ello, las redes sociales han ampliado el panorama y los referentes de tal modo que ser un outsider es prácticamente imposible. Las celebridades no lo tienen más fácil, pues salirse de la norma, excepto en contadas excepciones, puede salir bien caro. Al fin y al cabo, Helena Bonham Carter solo hay una, mientras que tras ella en cada alfombra roja deambulan los vestidos de princesa y los diseños palabra de honor de silueta sirena.

Cuando una celebridad apuesta por transgredir las normas, pueden ocurrir dos cosas: que el público se le eche encima o que la industria aplauda la osadía, aunque lo cierto es que es más que posible que en el caso de que sea lo segundo lo que ocurra, el público se le haya echado igualmente encima, con la diferencia de que al menos podrá encontrar consuelo en el aplauso de los fashion insiders.

placeholder  Alejandra Domínguez. (LP)
Alejandra Domínguez. (LP)

Pongamos el ejemplo de Alejandra Domínguez, que en la mediática boda de Belén Corsini y Carlos Fitz-James decidió arriesgar y poner en práctica su pasión por la moda. Alejandra lució un traje hecho a medida de Antonio García inspirado en las mangas de una chaqueta de Carolina Herrera de 1981, un mix cromático procedente de diversos looks del desfile Couture de Yves Saint Laurent de 1988 y los trajes de chaqueta de Giorgio Armani. Hablamos de un diseño único que apasionó a los amantes de la moda, pues supuso una travesía por su historia, pero que no ha gustado a tantos otros.

Las críticas han sido tan atroces que su chico, Enrique Solís, ha tomado las redes sociales para advertir de las consecuencias que los desalmados comentarios pueden llegar a tener. "Y a eso de las 20:00 h, cuando ella se había relajado y estaba empezando a disfrutar, me dio un abrazo y se me echó a llorar dándome un abrazo. A pesar de su fuerza y su personalidad arrolladora, todos tenemos un corazón y cuando muchos comentarios se cebaron y ensañaron con ella con comentarios como: 'el traje no puede ser más feo, pero le pega mucho xq con esa cara', 'da miedo', 'anoréxica', 'andrógena', 'cadáver', ella se puso a temblar y rompió a llorar. Yo la abracé para que haga caso omiso a lo que yo denomino 'almas enfermas'. Gracias a Dios, se recuperó enseguida y disfrutamos enormemente una boda única en la que todo salió impecable en Liria. ¡Gracias a los cientos de mensajes de alegría y apoyo!", escribía Solís en Instagram.

placeholder Jennifer Aniston. (EFE)
Jennifer Aniston. (EFE)

Este tipo de ataques hacia los que visten diferente son la causa por la que en tantas ocasiones recurrimos a looks destinados a amoldarse a la normalidad, algo que para los que quieren expresarse a través de sus outfits resulta una bofetada que va más allá de cuestiones de estilo. No cabe duda de que hay celebs que han recurrido a auténticos uniformes que han logrado que su estilo quede reducido a un único look, como es el caso de Fran Lebowitz o Jennifer Aniston, que han encontrado en contadas claves de estilo la fórmula para acertar siempre y para no encontrarse con titulares centrados en sus looks.

Pudiera parecer que apostar por un estilo uniformado es garantía de seriedad, y por ello cuando Nuria Roca sustituyó al uniformado Pablo Motos durante algunos programas en ‘El hormiguero’, apostó por los pantalones y camisas blancas que siguen la estética que el presentador ha impuesto para sí mismo en el programa. Sin embargo, es precisamente la variedad de colores, estampados y estilos de los que Nuria hace gala en el show los que han hecho de ella uno de los referentes de estilo televisivo, por lo que nos lastima pensar que para ganar cierta notoriedad o ser tomada en serio, haya que ceder a la monotonía y a la sobriedad que componen la norma.

Milena Smit no ha querido, por descontado, seguir el dress code no escrito al que recurren las actrices, y ha conseguido al hacerlo convertirse en un icono de estilo outsider. Por supuesto, tras esta decisión hay una importante labor de estilismo en la que Freddy Alonso pone en marcha sus contactos y su destreza para crear looks únicos en los que el maquillaje también juega un papel esencial. Por descontado, es más seguro arriesgar en una alfombra roja que en una boda, pero hemos de tener en cuenta que la red carpet es para las actrices un escenario de autopromoción en el que crear marca, por lo que cada look supone una nueva pincelada a la hora de configurar la imagen pública de cada celebridad.

Ahí radica también la importancia, y el doble filo, de vestir diferente: se espera de quien lo hace una personalidad concreta que en muchas ocasiones resulte excéntrica. Miley Cyrus casa a la perfección su estilo rebelde con su discurso y a nadie le choca el estilo dark de Rooney Mara al ver sus entrevistas, pero si Milena Smit fuera la actriz más dulce del cine español, ese estilo transgresor carecería de estilo. De ahí la importancia de vestir diferente como forma de expresión, no como herramienta de marketing, pues si no casa la imagen con el discurso, la incoherencia echará por tierra cualquier intento de expresión o de innovación.

La moda puede entenderse como una forma de expresión, como una coraza o incluso como un disfraz, pero hemos de adaptar nuestro discurso a la forma en la que concebimos lo que llevamos para que todo case. En el caso de que queramos abrazar la diferencia, hemos de saber que no todo el mundo celebrará nuestras elecciones de estilo, y esperamos que Alejandra Domínguez sea consciente de ello y siga apostando por looks únicos.

Existen tantísimas marcas en el mercado y contamos con tendencias (si es que todavía existen) tan diversas que vestir diferente tendría que ser hoy más fácil que nunca. Pese a ello, las redes sociales han ampliado el panorama y los referentes de tal modo que ser un outsider es prácticamente imposible. Las celebridades no lo tienen más fácil, pues salirse de la norma, excepto en contadas excepciones, puede salir bien caro. Al fin y al cabo, Helena Bonham Carter solo hay una, mientras que tras ella en cada alfombra roja deambulan los vestidos de princesa y los diseños palabra de honor de silueta sirena.

Nuria Roca Miley Cyrus
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