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El giro Kardashian del armario de Irina Shayk
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LECTURA DE ARMARIO

El giro Kardashian del armario de Irina Shayk

Los matches de estilo entre la supermodelo y Kim Kardashian

Foto: Presume de labios a lo Irina Shayk. (Cortesía de Mimi Luzon).
Presume de labios a lo Irina Shayk. (Cortesía de Mimi Luzon).

Lo sentimos por el resto de noticias del planeta y por el regreso de Ben Affleck y Jennifer Lopez, pero el notición del momento en el ámbito sentimental aderezado por las celebridades es, sin lugar a dudas, el del romance entre Irina Shayk y Kanye West. El que Kim Kardashian haya logrado que, pese a ser una de las mujeres más famosas del mundo, su divorcio no haya desatado excesivos titulares deja claro que la empresaria tiene una fórmula casi más deseada y secreta que la de la mismísima Coca-Cola: la enfocada a controlar su propia narrativa.

Se despide de 'Keeping up with the Kardashians' y presenta su nueva colección de maquillaje haciendo de sus redes sociales una oda al branded content de sello propio e impermeabilizando a su vez sus redes para que el romance de la supermodelo y su futuro exmarido no tenga cabida en su imperio. Resulta curioso, para comenzar, el que ambas hayan pasado por los brazos de Cristiano Ronaldo, aunque este match no es el que hoy acapara nuestra atención, sino el hecho de que Kanye se haya fijado en Irina precisamente cuando su estilo ha dado un giro de 180 grados.

placeholder Kim Kardashian e Irina Shayk. (Instagram)
Kim Kardashian e Irina Shayk. (Instagram)

No podemos olvidar el episodio del reality de las Kardashian en el que el rapero, acompañado por una estilista, se deshace de gran parte de las prendas que Kim tenía en su vestidor. Estaba seguro, y Kim le daba la razón, de que un cambio de armario ideado por él sería clave para que la industria de la moda la tomara en serio. Por más que nos duela reconocerlo, el tiempo le dio la razón. Al fin y al cabo, Kim Kardashian pasó de ser la +1 de Kanye West en la gala MET (su presencia horrorizó entonces a Anna Wintour, que terminó por resignarse al poner más tarde a la pareja en la portada de ‘Vogue USA’) a ser una de las reinas indiscutibles de la alfombra roja más codiciadas de la industria de la moda.

En los últimos coletazos del matrimonio, y precisamente a causa del look de Mugler con el que Kim Kardashian apareció en la gala MET, Kanye se mostró inseguro ante la sexualidad que su outfit emanaba. Kim le dejó entonces las cosas claras: “Tú me ayudaste desde el principio a construir esta imagen de persona sexy y segura de sí misma. El hecho de que ahora mismo estés en un viaje espiritual que te está transformando como persona no quiere decir que yo tenga que estar en el mismo lugar contigo”. Por ello, el que se haya acercado a una de las modelos más sensuales del momento resultaría algo extraño... Si no fuera porque precisamente la modelo se encuentra sumida en una operación de transformación de estilo que sí encaja con los parámetros de West, claro.

placeholder Kim Kardashian e Irina Shayk. (Instagram)
Kim Kardashian e Irina Shayk. (Instagram)

Para comenzar, Kim Kardashian, a la que rara vez vemos lucir pantalones vaqueros (ella hizo, a causa de la marca de Kanye, Yeezy, de los leggings y de los pantalones de chándal los aliados athleisure de su día a día), acaba de sorprender a sus seguidores enfundada en unos jeans que, por cierto, son de Chrome Hearts, la marca que es ahora una de las preferidas de Irina Shayk, que luce diversos pantalones de la firma.

Otra curiosidad de estilo es que Irina no ha sido fotografiada luciendo looks de Yeezy, esos de los que Kim se ha convertido en la mejor embajadora, sino de Skims, la marca de Kim Kardashian. Sin embargo, en abril fue fotografiada con una camiseta en la que aparece el rapero DMX, un diseño fruto de una colaboración entre Balenciaga y Kanye. Por si fuera poco, cuando ha lucido ropa de estética sporty de la firma lo ha hecho combinándola con botas altas, un tip de estilo que Kim adapta a su armario siempre y que proviene del manual fashionista de Kanye West.

placeholder Riccardo Tisci, Irina y Kim. (Instagram)
Riccardo Tisci, Irina y Kim. (Instagram)

Irina Shayk es una de las musas indiscutibles de Riccardo Tisci, que por supuesto es íntimo de Kim y de Kanye West. De hecho, el diseñador fue el primero que apostó por Kardashian cuando la moda no la tomaba en serio y fue el que confeccionó el vestido que lució la primera vez que pisó la red carpet de la gala MET. Por si fuera poco, cuando Kim y Kanye contrajeron matrimonio en 2014, el diseñador del vestido fue… Sí: Riccardo Tisci para Givenchy. Pero aún hay más coincidencias: ambas tienen el mismo vestido capa blanco de Givenchy, ese que Irina Shayk lució en 2013 en el cumpleaños de Fawaz Gruos, cuando Kim hacía lo propio en pleno embarazo.

placeholder Kim, Donatella e Irina. (Instagram)
Kim, Donatella e Irina. (Instagram)

No es la única amistad fashionista que las une, pues ambas son íntimas de Donatella Versace, la directora creativa de la marca que firma algunos de los looks más sensuales de las dos. Aunque tanto Irina como Kim no dudan en presumir de curvas apostando por diseños bombshell, cada vez es más habitual que Irina se decante por looks oversize de estética working, esos a los que Kim recurre siempre que acude a la Casa Blanca.

La conclusión es que si echamos un vistazo a la reciente evolución del armario de Irina Shayk, advertimos que cada vez hay un giro más Kardashian en sus elecciones, y al estar la estética Kardashian, después del 2012, irrevocablemente ligada a la de Kanye, podemos afirmar que el vestidor de Shayk ya es 100% West.

Lo sentimos por el resto de noticias del planeta y por el regreso de Ben Affleck y Jennifer Lopez, pero el notición del momento en el ámbito sentimental aderezado por las celebridades es, sin lugar a dudas, el del romance entre Irina Shayk y Kanye West. El que Kim Kardashian haya logrado que, pese a ser una de las mujeres más famosas del mundo, su divorcio no haya desatado excesivos titulares deja claro que la empresaria tiene una fórmula casi más deseada y secreta que la de la mismísima Coca-Cola: la enfocada a controlar su propia narrativa.

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