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Descubre 'los ocho vestidos de Dior' que marcaron la historia de la moda
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Descubre 'los ocho vestidos de Dior' que marcaron la historia de la moda

De la chaqueta New Look al vestido Cygne Noir, la escritora británica Jade Beer recopila en su nueva novela los diseños del francés que transformaron el estilo del siglo XX

Foto: Christian Dior, en su taller. (Getty)
Christian Dior, en su taller. (Getty)

Con motivo del 25 aniversario de la muerte de Christian Dior durante este próximo otoño, la reconocida periodista inglesa, especializada en moda, Jade Beer publica este 31 de agosto una novela ficcionada cuya trama gira en torno al misterio que se esconde tras ocho de los vestidos reales del diseñador que cambiaron para siempre la concepción sobre el término 'moda'.

Partiendo de su primer desfile, celebrado el 12 de febrero de 1947 en los salones del número 30 de la avenue Montaigne, y bajo la mirada de un grupo de mujeres superficiales, materialistas y exigentes, la obra explicará cómo a través de esta colección Christian Dior sentó las bases del estilo moderno. El estilo New Look significó el renacimiento del universo de las tendencias después de la crisis económica de finales de los cuarenta, provocada por la Segunda Guerra Mundial.

placeholder Christian Dior, en uno de los desfiles de los años 50. (Getty/Fred Ramage)
Christian Dior, en uno de los desfiles de los años 50. (Getty/Fred Ramage)

Desde el París de 1952 al Londres del siglo XXI, la novela, protagonizada por mujeres de diferentes épocas con vidas entrelazadas, tiene como hilo conductor la búsqueda de una reliquia del pasado. Sylvie, abuela de Lucille, pide a su nieta que viaje a París para recuperar un Dior de valor incalculable, que esconde un gran secreto que podría cambiar su vida por completo.

Una de las primeras pistas con la que se topa la joven son 8 tarjetas pertenecientes a Alice, esposa de un embajador británico en la capital francesa a mediados del siglo pasado y fiel cliente del diseñador. Como bien desarrolla la obra, estas se convertían en un mecanismo de fichaje y distinción para que las mujeres de la alta sociedad contasen con exclusividad sobre las prendas. A través de ellas, la autora iniciará un entretenido viaje por la historia de la moda, que se convertirá en el pasatiempo favorito de sus mayores apasionados.

placeholder Portada de 'Los ocho vestidos de Dior', de Jade Beer. (Cortesía)
Portada de 'Los ocho vestidos de Dior', de Jade Beer. (Cortesía)

El vestido en cuestión: un Cygne Noir

Extracto del libro: “Es un vestido negro sin tirantes de Dior, confeccionado en una elegante mezcla de raso y terciopelo. Alice se quedó sin aliento cuando supo, durante la primera prueba en la casa del diseñador, lo que costaba: una suma de dinero que dejaba en ridículo su asignación anual para vestuario antes de que se trasladaran a París.

El vestido consta de dos piezas: la primera es un corpiño sin tirantes que se desabrocha por completo y que ahora está abierto sobre la cama, dejando a la vista los delicados mecanismos interiores que le proporcionarán toda la seguridad que necesita esta noche. Una hilera de siete varillas verticales que se mantienen en su sitio gracias a un delicado encaje y que sostienen un busto con un ligero relleno, eliminando así la necesidad de cualquier otra prenda de lencería. Con unos acabados perfectos tanto por dentro como por fuera. La parte superior del corpiño termina en un precioso pliegue de terciopelo negro que le quedará pegado a la piel y hará que el raso resplandezca a la tenue luz de las velas en el salón.

placeholder Un modelo Cygne Noir en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. (Cortesía)
Un modelo Cygne Noir en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. (Cortesía)

Anne coloca el corpiño en torno al busto desnudo de Alice, tomando antes la precaución de apartar la mirada, y procede a abrochar la hilera de trece ganchos y presillas exactamente a la misma distancia unos de otros. Cada uno de ellos ciñe el busto de Alice un poco más. Cuando abrocha el último, el corpiño se ajusta a la perfección a su cuerpo y le queda justo por debajo de los omóplatos.

Luego Alice introduce las piernas en la larga y pesada falda, con cuidado de no pisar la rígida capa interior que hace las veces de miriñaque. Solo entonces puede Anne comenzar el proceso de unir las dos partes gracias a una complicada combinación de ganchos, presillas y cremalleras, de manera que nadie pueda intuir siquiera que el vestido consta de dos piezas. Una vez hecho, Anne retrocede un paso para dar los últimos toques. Las capas de raso y terciopelo que forman la falda quedan recogidas sobre la cadera izquierda gracias a un lazo gigante, enguatado para que no se deshaga, de modo que la cintura de Alice parece aún más esbelta que de costumbre. El efecto es majestuoso…”.

placeholder Un modelo Cygne Noir en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. (Cortesía)
Un modelo Cygne Noir en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. (Cortesía)

Chaqueta New Look

Otra de las etiquetas de las prendas que se encontraban en el armario de la mujer del embajador es la mítica chaqueta New Look. Una pieza, confeccionada en tejido shantung color crema, ajustada en cintura con el pecho muy ceñido, que realza el volumen de las caderas y disminuye el efecto óptico del ancho de la cintura con un bajo tipo falda.

placeholder Christian Dior New Look. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. (Cortesía)
Christian Dior New Look. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. (Cortesía)

Maxim’s

Este vestido de tarde de lana negra, llamado Maxim's, de escote bajo y cuadrado, rematado por un gran lazo de terciopelo de seda, cintura comprimida por un corpiño estilo fajín y una falda de volumen definida por una pesada enagua de seda acanalada con dos bolsillos delanteros, se remató con un sombrero de rueda de carro de tul negro, largos guantes negros y sencillos zapatos de salón negros.

placeholder Modelo Maxim's de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)
Modelo Maxim's de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)

Batignolles

Este vestido de día con un efecto gabardina se encuentra compuesto por tres piezas: un top, un cinturón y una falda. A pesar de su apariencia simple, los botones de su zona intermedia, junto a otros pequeños broches de presión, son los encargados de unir por completo el modelo.

placeholder Modelo Batignolles de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)
Modelo Batignolles de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)

Esther

Este modelo midi, confeccionado en tul de tonalidad dorada, es destacado por su corpiño de cintura de avispa con escote palabra de honor y falda volumen.

placeholder Modelo Esther de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)
Modelo Esther de Christian Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)

Debussy

El diseño de noche más icónico de la firma, reconocible por su seda azul bordada con lentejuelas iridiscentes, también se encuentra compuesto por dos piezas: un corpiño palabra de honor y una falda delgada en forma de columna y una cola amplia separada.

placeholder Modelo Debussy de Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)
Modelo Debussy de Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)

Vestido México

Este vestido de cóctel, elaborado en organza de seda estampada, con escote redondo y falda de vuelo por capas rinde homenaje al país latinoamericano con un cinturón decorado por una rosa roja gigante.

placeholder El vestido México de Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)
El vestido México de Dior en una de sus exposiciones. (Cortesía)

Toile de Jouy

Descrito por la autora como un modelo de “mangas abombadas, largo y cuello alto plisado”, este último vestido perteneciente a Alice estaba elaborado en el estampado más reconocible de la marca: el ‘toile de Jouy’. Un motivo que se caracteriza por su aspecto de dibujo grabado en tonos monocromos como el burdeos, el negro y, sobre todo, el azul.

¿Cómo se elaboraban estos modelos?

Extracto del libro: “Todas las piezas de una nueva colección se confeccionaban como un boceto en tela, con un tejido sencillo de algodón blanco que servía para trabajar el corte, las líneas y la forma. Primero las modistas sujetaban la tela con alfileres en un maniquí para asegurarse de que el diseño era el correcto.

placeholder Christian Dior, en su taller. (Getty)
Christian Dior, en su taller. (Getty)

Podían llegar a hacerse hasta sesenta bocetos en tela antes de empezar a eliminar los que no convencían. Cuando por fin estaban satisfechos, yo tenía que desfilar con los bocetos en tela para que Dior en persona pudiera comprobar si las proporciones y los movimientos eran los adecuados. Aún recuerdo cómo desfilaba.

Luego me probaban distintas telas. Vi a Dior pedir hasta treinta muestras distintas de lana negra antes de decidir cuál le gustaba más. Y, durante todo ese tiempo, yo tenía que permanecer completamente inmóvil, que es mucho más difícil de lo que parece. Podía ocurrir que Dior cambiase de idea al día siguiente y tuviéramos que volver a empezar”.

placeholder Modelo para Christian Dior, 1966. (David Cairns/Express/Hulton Archive/Getty)
Modelo para Christian Dior, 1966. (David Cairns/Express/Hulton Archive/Getty)

Siguiendo las palabras del propio diseñador, “en el mundo de hoy, la alta costura es una de las últimas reservas de magia, mientras que los diseñadores son los últimos poseedores de la varita del hada madrina de Cenicienta”.

Con motivo del 25 aniversario de la muerte de Christian Dior durante este próximo otoño, la reconocida periodista inglesa, especializada en moda, Jade Beer publica este 31 de agosto una novela ficcionada cuya trama gira en torno al misterio que se esconde tras ocho de los vestidos reales del diseñador que cambiaron para siempre la concepción sobre el término 'moda'.

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