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Si te gustan la Costa Azul y el chic francés, no te pierdas Cassis (mejor aún en septiembre)
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Si te gustan la Costa Azul y el chic francés, no te pierdas Cassis (mejor aún en septiembre)

Podríamos decir de IG, pero es de cuadro, de los que pintó Signac. Con barcos y casas de colores, terracitas estilo París, tiendas monas, hoteles con encanto y naturaleza superior. Bienvenu à Cassis!

Foto: Cassis tiene todo el encanto francés de la Riviera. (Foto: Mateo Esteban)
Cassis tiene todo el encanto francés de la Riviera. (Foto: Mateo Esteban)

No es el Saint Tropez de nuestros amores (y nuestras celebrities) ni el Antibes de Picasso ni el Cannes de cine, pero tiene todo el goût (hay que decirlo así) de la Costa Azul, muy azul, o si se quiere, el charme embaucador de la Rivière, que siempre fue lo más. Hablamos de Cassis, el típico pueblo de pescadores con casas de colores pero en francés. Tiene los hotelitos que te gustan y terracitas que te encantarán, callecitas pintorescas, playas, un castillo y un paraje natural que lo envuelve de alucinar. Lo visitó Virginia Woolf y lo pintó Signac. Por todo esto y mucho más tienes que ir a Cassis ya pero ya. Este lugar donde la Provenza se hace aún más mediterránea está queriendo ser tu siguiente amor; queríamos decir destino.

¿Dónde está Cassis?

A Cassis lo tenemos en la región Provenza-Alpes-Costa Azul, entre la gran Marsella y La Ciotat, la ciudad portuaria de la Provenza, en las Bocas del Ródano, al ladito del soberbio (y nos quedamos cortos) Parque Nacional de Calanques, que es a la vez marino, terrestre y hasta periurbano (extrarradio bendito de Marsella). Un pueblo protegido entonces por dos monumentos naturales: el macizo de las Calanques y el Cap Canaille, que presume de ser el acantilado marítimo más alto de Europa. ¡Oh, cielos!

Valgan las palabras de Frédéric Mistral, premio Nobel de Literatura, de presentación: “Quien ha visto París, si no ha visto Cassis, puede decir: no he visto nada”. ¿Exageraba? Perderse por sus calles, a lo Rayuela y lo Cortázar, es casi una necesidad (viajera). Tierra adentro te encontrarás con Aix-en-Provence, la ciudad donde nació Cézanne. Esto es un no parar.

Un pueblo con encanto y casas de colores

Si te gustan nuestro Cudillero, en Asturias, y nuestro Cadaqués, en Gerona, si fuiste feliz en Mykonos o en Santorini (Grecia), te apasionaron Vernazza o Corniglia (Cinque Terre, Italia) y tuviste la fortuna de recrearte en Piran (Eslovenia), no tardarás en incluir Cassis en tu Moleskine y entre tus emociones. Por sus preciosos y evocadores barcos de colores, como sus casas. Por sus mercadillos y tiendas artesanales, perfumes y jabones al poder (teniendo a Marsella y Grasse al lado…). Por las terrazas que miran al mar y te dicen 'ven' en este petit y marítimo París, donde la bohemia, el arte y la tertulia se barruntan... No tardarás en averiguar que lo pintó Paul Signac, que vivió en Saint Tropez y en Antibes. Y que lo recorrió Virginia Woolf junto a su hermana Vanessa y otros del grupo de Bloomsbury, y lo llamó "pequeño paraíso".

placeholder Así son las tiendas de Cassis. (Foto: Cristina Castillo)
Así son las tiendas de Cassis. (Foto: Cristina Castillo)

Excursión: las Calanques, por tierra o por mar

Las Calanques son un espectáculo, valles marinos, fiordos en miniatura, que podrás vivir a bordo de un barco, haciendo buceo o por uno de los senderos que atraviesan este parque nacional continental, insular y marino, donde reina la piedra caliza blanca, la famosa piedra de Cassis (con ella se construyeron los puertos de El Pireo, Marsella, Argel o Alejandría, según recuerdan desde la Oficina de Turismo), que es puro Mediterráneo. Blanco y azul. Que sepas que hay 20 kilómetros de senderos que conectan Marsella con Cassis y recorren semejante paisaje. Por si te apetece calzarte las botas (de siete leguas) y echarte a andar.

Dónde dormir en Cassis

Lo mejor y más inspirador es quedarse en el castillo de Cassis, que hoy es un hotel (Château de Cassis), con vistas sobre la bahía excelsas, como todo en él (habitación doble desde 590 euros). En Les Clos des Arômes disfrutarás también de la magia de Cassis (desde 82 euros), con su jardín interior y su romanticismo a cuestas, donde podrás comer y cenar (cocina provenzal). Otras opciones son el hotel De La Plage-Mahogany (desde 209 euros), el Royal Cottage (desde 192) o La Demeure Insoupçonnée (desde 197).

placeholder El castillo de Cassis, hoy un hotel. (Foto: Mateo Esteban)
El castillo de Cassis, hoy un hotel. (Foto: Mateo Esteban)

Dónde comer en Cassis

El Nino es un clásico de la villa, una institución, con el que te toparás junto al puerto, un poquito en alto, por lo que la panorámica es insuperable, y auténtico por demás (con habitaciones). Solo sentarse en la terraza de Les Belles Canailles, dentro del lujosísimo hotel Les Roches Blanches (habitaciones desde 697 euros), ya es un regalo (con vistas al Cap Canaille). Lo mismo que en la de La Presq’ile, sobre un acantilado, entre las Calanques y Cassis. Para deleitarse con el pescado, el marisco del día y la cocina de autor; al fin y al cabo, esta es tierra (y mar) de chefs.

No es el Saint Tropez de nuestros amores (y nuestras celebrities) ni el Antibes de Picasso ni el Cannes de cine, pero tiene todo el goût (hay que decirlo así) de la Costa Azul, muy azul, o si se quiere, el charme embaucador de la Rivière, que siempre fue lo más. Hablamos de Cassis, el típico pueblo de pescadores con casas de colores pero en francés. Tiene los hotelitos que te gustan y terracitas que te encantarán, callecitas pintorescas, playas, un castillo y un paraje natural que lo envuelve de alucinar. Lo visitó Virginia Woolf y lo pintó Signac. Por todo esto y mucho más tienes que ir a Cassis ya pero ya. Este lugar donde la Provenza se hace aún más mediterránea está queriendo ser tu siguiente amor; queríamos decir destino.

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