Cómo practicar yoga en casa puede ayudarte a fortalecer tus defensas

Mantenernos activas realizando un poco de ejercicio físico está siendo clave a la hora de enfrentarnos a los días que pasamos sin salir de casa. De esta manera cuidamos nuestro cuerpo, pero también nuestra mente.

Es una manera ideal para despejarnos, relajarnos y, durante un rato, no pensar en nada que no sea el ejercicio que practicamos y el objetivo que tenemos delante. Además, también nos ayuda a dormir mejor, lo que recarga de energía nuestro cuerpo por las noches.

Por ello no es raro que cada vez sea más común sumarse a las iniciativas que nos invitan a practicar deporte sin salir de casa. Gracias a ello podemos seguir llevando un estilo de vida activo y mantener nuestro cuerpo en forma, evitando así problemas asociados al sedentarismo.

Entre las prácticas que se están poniendo de moda, una de la que más adeptos va sumando es el yoga. Una actividad que te ayuda a ejercitar tu cuerpo y a liberar tu mente y para la que no es necesario tener ningún complemento deportivo más allá de una esterilla o mat.

Cuida tu cuerpo ¡y mucho más!

Pero si hasta ahora habías incluido el yoga en tu rutina por los muchos beneficios de su práctica en tu físico, seguro que a partir de ahora tendrás muchos más motivos para practicarlo ya que también te protege desde dentro, ayuda a fortalecer tu sistema inmune.

Un sistema inmunológico fuerte puede protegernos frente a catarros, virus o infecciones de garganta, por lo que todo lo que podamos hacer por potenciarlo será bienvenido. Nunca está de más proteger nuestro cuerpo de factores externos dañinos.

La práctica del yoga puede ayudarte a conseguirlo gracias a su eficacia a la hora de reducir el estrés, la ansiedad y la tensión. El sistema nervioso y el inmunológico están relacionados, por lo que aprender a relajarnos puede ayudar a fortalecer nuestras defensas.

Hay más formas en las que la práctica de yoga influye en nuestro sistema inmune, también existen posturas, o asanas, que ayudan a mejorar el funcionamiento de los órganos linfoides, que son los encargados de producir y madurar linfocitos. Ellos son los encargados de defender nuestro organismo.

Aunque casi todos los ejercicios que se practican ayudan, hay algunos que favorecen la formación de linfocitos en la médula ósea al fortalecer los huesos. Otros potencian la actividad de los órganos principales del sistema inmune como el timo o el bazo.