Dieta sin harinas, ¿es este el secreto para adelgazar y perder peso?

La alimentación es uno de los pilares más importantes de nuestras vidas, es necesario cuidar lo que comemos e intentar que esto sea lo más saludable y equilibrado posible. Si además quieres adelgazar rápido y dejar de sentirte hinchada, no es mala idea que te plantees la posibilidad de optar por una dieta sin harinas.

Habitualmente consumimos harinas refinadas a las que, durante el proceso de elaboración se les elimina la cáscara del cereal, el germen y el salvado, que son las que contienen la fibra, las vitaminas y los minerales. Así, al consumir harinas refinadas estaremos tomando hidratos de carbono de absorción rápida, con bajo valor nutricional.

Hablar de harinas puede llevarnos a creer que es un ingrediente que no consumimos, evidentemente nadie consume la harina a cucharadas como parte de su dieta, sin embargo no podemos olvidar que es el ingrediente clave de muchos otros alimentos y preparaciones.

Cada vez que comemos pan, o que nos tomamos una porción de pizza, la encontraras en todos los platos de pasta, y también de vez en cuando usamos una cucharadita para espesar las salsas de nuestros guisos. Consumimos más harina de la que pensamos y, aunque no es tan nociva como el azúcar o la sal, también conviene tenerla en cuenta a la hora de cuidarnos.

Un consumo excesivo de esta sustancia puede llegar a producirnos problemas a largo plazo, provocando un mayor riesgo de llegar a padecer problemas cardiovasculares, obesidad, diabetes… esto es así en parte porque muchas veces esas harinas se consumen en forma de ultraprocesados, que no deberían formar parte de nuestra dieta saludable.

Eliminando las harinas refinadas de nuestra dieta perderemos peso de forma rápida, pero también obtendremos otros beneficios además de los señalados para nuestra salud, por ejemplo nos sentiremos más saciadas y tendremos menos hambre.

Esto lo lograremos siempre y cuando abandonemos las harinas refinadas y las cambiemos por harinas integrales, que mantienen la fibra original. Es gracias a ello que lograremos mantener esta sensación por más tiempo. Por eso es mejor consumir harinas integrales que eliminarlas por completo porque son fuente de carbohidratos, que el cuerpo necesita como combustible convirtiéndolos en glucosa.

Una dieta libre de harinas en personas sin problemas de intolerancia puede afectar negativamente a la zona intestinal, así como provocar mareos, mal humor, náuseas, pérdida de masa muscular… Por ello, es recomendable consultar con un médico o nutricionista antes de hacer cambios significativos en nuestra dieta, de esta manera evitarás poner en riesgo tu salud mientras adelgazas y pierdes un poco de peso.