Días de vino y calçots: sabemos dónde sirven los mejores de Madrid y te lo vamos a contar

Un año más, los calçots vuelven a colarse en la propuesta de temporada de Barra Alta Madrid, el restaurante del estupendo chef catalán Dani Roca. Tras el éxito del año pasado, y escuchando a su parroquia, el cocinero recupera esta hortaliza emblemática del invierno catalán en dos elaboraciones de lo más exclusivas que estarán disponibles mientras la temporada aguante.

De aspecto a medio camino entre una cebolla tierna y un puerro, los calçots IGP Valls (Tarragona) llegan a la capital sin necesidad de guantes ni babero, pero conservando toda su esencia. Y es que Barra Alta Madrid convierte cada bocado en un viaje sensorial en el que las protagonistas son las tradicionales calçotadas catalanas, donde el fuego y la compañía son protagonistas. Como en cada propuesta del restaurante, la premisa de Roca sigue intacta: ofrecer platos que él mismo disfrutaría como comensal.

Este año, la hortaliza estrella del invierno se presenta en dos versiones completamente distintas, ambas con el sello inconfundible de Roca. La primera es una interpretación elegante y reconfortante: calçots confitados a baja temperatura sobre una base de salsa romesco, acompañados de jugo de carne y butifarra de perol, en un guiño a las calçotadas tradicionales donde las brasas también sirven para cocinar embutidos. El plato se completa con almendras fritas y pamplinas, logrando una combinación de texturas y sabores perfecta.

La segunda propuesta se adentra en una versión más sorprendente y atrevida: calçots en tempura, crujientes y ligeros, con un toque de chaat masala, fibras de pimiento picante y, por supuesto, una cremosa salsa romesco en la que empapar a placer. Dos formas de disfrutar de un clásico con un giro moderno y sin perder su esencia.

Más allá de los calçots, Barra Alta Madrid se mantiene fiel a su filosofía de cocina para compartir. Su propuesta de tapas frías y calientes se adapta a cualquier mesa, con opciones que van desde ostras por unidad a su famoso tartar de vieiras y bogavante sobre tortilla crujiente. Hay más: ensaladilla con patata à la minute, croquetas de carne rustida y foie rougié —o boletus— y su particular versión del bocata de calamares madrileño en pan brioche con roast pork de bellota, que le aporta ese toque a mar y montaña tan característico de la cocina catalana.

También destacan sus versiones de huevos, elaborados con materia prima de Cobardes y Gallinas, y una variedad de platillos que abarcan casquería tradicional, carnes y pescados. Para terminar, en clave dulce, la chocolatada o la crema catalana son el broche perfecto para una experiencia redonda.

Ubicado en pleno barrio de Salamanca, a pocos pasos del parque de El Retiro y la plaza de Colón, en el cruce de caminos más gastronómico de la capital —la intersección de las calles Lagasca y Jorge Juan—, Barra Alta Madrid abrió sus puertas en 2021 como el hermano madrileño del consolidado Barra Alta Barcelona. Su propuesta mantiene la esencia de la casa madre, pero con sutiles adaptaciones pensadas para los de la capital.

Con un amplio espacio de estética moderna, el restaurante cuenta con dos zonas de sala diferenciadas, además de una barra y mesas altas, perfectas para quienes prefieren una experiencia más informal. Su carta funciona tanto como menú como a la carta, permitiendo que cada comensal elija cómo disfrutar de su visita.

La calidad de su propuesta ha llevado a Barra Alta Madrid a ser recomendado por la Guía Michelin, consolidándose como uno de los espacios imprescindibles de la ciudad para disfrutar de una cocina sencilla, bien ejecutada y con un producto excepcional.