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Sabina y el ministro Marlaska, una amistad forjada en Cádiz y en la familia
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EL CLUB DE ROTA

Sabina y el ministro Marlaska, una amistad forjada en Cádiz y en la familia

El ministro de Interior pasa algunos días al año en Rota, donde tiene una casa el músico. Además, Grande-Marlaska y Sabina se conocen por Isabel Oliart, ex del cantautor

Foto: Joaquín Sabina. (Reuters)
Joaquín Sabina. (Reuters)

La presencia de un ministro en la boda de Joaquín Sabina y Jimena Coronado sorprendió a unos cuantos. Fernando Grande-Marlaska (Interior) estaba entre la treintena de invitados a la ceremonia que tuvo lugar el lunes en los juzgados de la madrileña calle Pradillo, entre quienes se contó también a Joan Manuel Serrat, Almudena Grandes y Fernando León de Aranoa. La amistad entre Sabina y muchos de los invitados surge de Cádiz, del llamado Club de Rota, al que incluso se le ha dedicado un libro.

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La relación de Sabina con el juez Grande-Marlaska viene de más lejos, según nos cuentan sus allegados, y también está Cádiz presente. El cantautor estuvo casado con Isabel Oliart, hija de Alberto Oliart, quien fue ministro de UCD. Isabel Oliart y Joaquín Sabina mantienen muy buena relación, y la presencia de ella en la boda del lunes así lo acredita. De aquella relación nació la amistad con el ministro, porque Grande-Marlaska fue un joven juez de éxito que se relacionaba con los mejores juristas del país, entre quienes se encuentra el exsuegro de Sabina. “Las familias se hicieron amigas y esa relación se ha mantenido en el tiempo”, nos cuentan desde su entorno. El ministro estaba, por ejemplo, entre los invitados al concierto en el que Sabina sufrió una caída que le provocó graves daños.

placeholder El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (EFE)
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (EFE)

Nuevo socio del club

No es de extrañar, pues, que el ministro se haya sumado en los últimos años al grupo de Rota. Él mismo lo contaba cuando se presentó como cabeza de lista del PSOE por Cádiz en las últimas elecciones. Al ser de Bilbao, muchos se extrañaron de que se presentara por Cádiz, y él consideró oportuno dar explicaciones. El ministro contó que desde “hace seis o siete años” pasa la primera semana del año en Rota con su marido, Gorka Gómez, y sus tres perros, concretamente en una casa de su hermana en Costa Ballena (una urbanización de Rota). “No es mucho -añadió-, todos estos últimos seis o siete años que empiezo en Cádiz no me han ido mal, tengo esa relación con ellos”.

La zona de Costa Ballena a la que se escapa Grande-Marlaska está muy cerca de la playa de Punta Candor, donde Sabina y su grupo de amigos tienen sus casas. Incluso hay una calle dedicada al músico y otra dedicada a Miguel Ríos, miembro del citado Club de Rota, al que pertenecen también Almudena Grandes y su marido, Luis García Montero, y Benjamín Prado, todos presentes en la ceremonia civil del pasado lunes.

Acto electoral en Rota

En la pasada campaña electoral, uno de los actos de Marlaska fue en un bar al que son todos asiduos, un local pequeño, algo bohemio y con música en directo, con cuyos responsables hemos hablado y nos han pedido no aparecer en estas líneas. Marlaska fue a dar una charla sobre homosexualidad y políticas del PSOE en este pequeño local a pie de playa al que Sabina y sus amigos acuden con frecuencia, tanto en verano como en invierno. Porque muchas de las canciones del cantante han sido escritas en su casa de Rota, y sus mejores veranos, ha contado él mismo, los ha pasado en este rincón gaditano, famoso por albergar una base militar estadounidense, por sus playas largas y blancas y por sus juergas infinitas.

placeholder Almudena Grandes y Joaquín Sabina, en Madrid. (EFE)
Almudena Grandes y Joaquín Sabina, en Madrid. (EFE)

“Las vacaciones más hermosas en mi vida las he pasado aquí, así que me siento un roteño más. Y todo esto empezó por querer vivir cerca de Felipe Benítez Reyes, que nos trajo a todos, así como de Luis García Montero, Almudena Grandes, y también de Miguel Ríos, mi compadre y maestro”, contaba Sabina en el libro ‘Joaquín Sabina y el Club de Rota’, de Francisco Sierra Ballesteros (Editorial Renacimiento). Un club del que forma parte el ministro de Justicia y al que en los últimos años se ha sumado un amigo de siempre que ahora es ministro de Interior. Hemos contactado con el departamento de comunicación del ministro y, al tratarse de algo privado, han preferido no contestar.

Poesía y música

El llamado Club de Rota engloba a todos los citados escritores y a otros músicos, como Rozalén y Ariel Roth, quienes se han ido sumando con el tiempo. Todo empezó porque Almudena Grandes y su marido, el poeta Luis García Montero, buscaban un lugar al que ir a pasar sus días de descanso, alejados del mundo literario de Madrid. Rota se antojó perfecta, por su libertad y su falta de interés ante el famoseo. Poco a poco la pareja vio cómo muchos de sus amigos escogían ese rincón para su propio descanso, y al final Rota es ya un lugar mítico en su imaginario, un paraje que aparece en numerosos libros y canciones.

Cafés, comidas, cenas y juergas formaban parte del día a día de esta "familia postiza", como lo llamó Benjamín Prado. Allí, sin ir más lejos, se fue Sabina después de sufrir un ictus, para desengancharse de la mala vida y poder volver a la suya de verdad, la de la música y las letras. "Cádiz es mi Comala y mi Macondo, el colchón del rincón donde me escondo", escribió el cantatuor.

La presencia de un ministro en la boda de Joaquín Sabina y Jimena Coronado sorprendió a unos cuantos. Fernando Grande-Marlaska (Interior) estaba entre la treintena de invitados a la ceremonia que tuvo lugar el lunes en los juzgados de la madrileña calle Pradillo, entre quienes se contó también a Joan Manuel Serrat, Almudena Grandes y Fernando León de Aranoa. La amistad entre Sabina y muchos de los invitados surge de Cádiz, del llamado Club de Rota, al que incluso se le ha dedicado un libro.

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