Rocío Carrasco: el informe que llega a la raíz del infierno que acabó viviendo con sus hijos
En plena batalla por la custodia de Rocío y David Flores Carrasco, Antonio David solicitó que se realizara para que se tuviera en cuenta en el proceso judicial
Fue muy gráfica la expresión de Rocío Carrasco: "Ya había germinado la semilla del odio". Pues antes de llegar a esa situación que llevó a una brecha que, de momento, parece insalvable con sus hijos, hubo otra realidad muy distinta, como queda patente en los documentos a los que hemos tenido acceso, en los que se describe una convivencia plácida. Muy alejada del infierno que tuvo su máxima expresión cuando Rocío Flores la agredió a la edad de 15 años y la denunció en el cuartel de la guardia civil de San Agustín de Guadalix. Un caso que se acabaría dando la vuelta por completo y por el que acabaría siendo condenada judicialmente.
Los seguidores de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' ya están más que familiarizados con el caso y son conocedores de que firmaron el 18 de julio de 2003 un convenio privado por el que pasaban a disfrutar de la custodia compartida, pero que sería filtrado a una revista en un reportaje firmado por Lydia Lozano. Sin embargo, como ella misma desveló, tardó un tiempo en ponerse en práctica: "Me reúno con el que entonces era mi abogado, hacemos un convenio regulador, llama a la parte contraria. Se queda firmado por mí seis meses en la mesa del despacho de Doroteo López Royo, para que el ser y su abogado fueran a firmarlo. Esos seis meses tuve que tragarme todos los 'Crónicas marcianas' del mundo con los golpes de pecho, de que no me dejan ver a mis hijos. ¿Cómo le explicas a una niña de cinco o seis años que va al colegio y tiene compañeros que yo no le dejo a su padre que los vea y que tiene un convenio sobre la mesa que no firma porque no le da la gana?".
Antes de llegar a esa situación, Antonio David Flores había solicitado a la Audiencia Provincial de Madrid que se realizase un informe pericial psicológico, en el proceso por el que reclamaba la custodia de sus dos hijos, Rocío y David Flores, aunque también planteaba la posibilidad de optar por la custodia compartida, algo que, como ya ha quedado contado, alcanzaron de manera privada. Una psicóloga, técnico pericial, adscrita al tribunal, es la encargada de realizarlo y se mantiene que este informe, que forma parte de un proceso judicial ya cerrado, fue tenido en cuenta para la decisión del tribunal. De enorme interés público, por la dimensión sociológica que ha tomado este caso, en el que se trataba de dirimir cuál de los dos progenitores era el más adecuado para obtener la custodia de los hijos, así como el régimen de visitas más idóneo y si se podía contemplar como opción la custodia compartida.
Con esta finalidad se realizaron entrevistas a ambos progenitores y a sus hijos, en un momento vital muy delicado, pues no hay que perder de vista que Antonio David tenía solo 26 años y Rocío 24. Sus hijos eran muy pequeños (Rocío había nacido el el 13 de octubre de 1996 y su hermano el 15 de diciembre de 1998, y al año siguiente sus padres ya estaban ya separados) y ya llevaban más de dos años de litigios después de su ruptura, que ponían sobre la mesa la dificultad de llegar a acuerdos y pasar página. Algo que el propio informe pone de manifiesto en el análisis de la situación de ese momento, porque en él se refleja que establecer diálogo entre ambas partes resultaba imposible.
Estamos hablando de un informe en el que se pone ya de manifiesto que Antonio David Flores no considera adecuada como madre a Rocío Carrasco y la acusa de no estar presente ni dedicarse a sus hijos, algo que ya ha quedado recogido en la serie documental.
No es la única apreciación que recoge la psicóloga respecto a los hijos de la pareja, que señala que los dos tienen vidas satisfactorias en ambos núcleos familiares, el formado por Rocío Carrasco y Fidel Albiac, y el de Antonio David Flores y Olga Moreno. Sin embargo, no hay comunicación con el otro progenitor cuando están con el otro.
Es esta falta de comunicación entre las partes una de las claves que recoge el informe, en el que Rocío Carrasco incidía ya, como vemos, hace 20 años, en una de las ideas más reiteradas en la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' y, sobre todo, en su acusación de presuntos daños psicológicos por parte del ex guardia civil, que ha sido sobreseída provisionalmente por el Supremo. La hija de 'la más grande' insiste en la idea de que Antonio David airea en los medios de comunicación contenidos privados de su relación personal, que afectan a sus hijos, a quienes, a su entender, se les están vulnerando sus derechos.
Otra cuestión que ya ha sido verbalizada por Rocío Carrasco en la serie de Telecinco es que tenía una buena relación con Rocío y David Flores y, según el informe, la primogénita nunca había manifestado su deseo de dejar de vivir con ella, más bien al contrario. El testimonio de Rocío Carrasco, recogido en esas páginas, atribuye un lugar capital en su disputa a la existencia de una sociedad en común que aún no se había disuelto, y vuelve a recordar que el ex guardia civil no pasaba la pensión correspondiente.
Fue muy gráfica la expresión de Rocío Carrasco: "Ya había germinado la semilla del odio". Pues antes de llegar a esa situación que llevó a una brecha que, de momento, parece insalvable con sus hijos, hubo otra realidad muy distinta, como queda patente en los documentos a los que hemos tenido acceso, en los que se describe una convivencia plácida. Muy alejada del infierno que tuvo su máxima expresión cuando Rocío Flores la agredió a la edad de 15 años y la denunció en el cuartel de la guardia civil de San Agustín de Guadalix. Un caso que se acabaría dando la vuelta por completo y por el que acabaría siendo condenada judicialmente.
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