Las propiedades que conforman el plan B de Norma Duval tras vender la mansión de La Moraleja

A veces, cuando sufrimos una dura pérdida, cambia nuestra forma de ver la vida y nuestras prioridades, y eso nos empuja a tomar decisiones que antes ni hubiéramos imaginado. Eso es, precisamente, lo que le ha ocurrido a Norma Duval. Este 2021 perdió a su madre a los 89 años tras una dura lucha de 11 años contra el Alzheimer. La vedette hacía mucho tiempo que vivía volcada en su progenitora a la que había habilitado una zona de la enorme mansión de La Moraleja donde vivía y había puesto a una persona para cuidarla las 24 horas del día.

Tras la marcha de doña Purificación Aguilera, que era su nombre, Norma ha decidido vender la casa que ahora le queda demasiado grande sin ella. Se trata de una decisión en firme basada además de en el fallecimiento de su madre, en el hecho de que sus hijos, Marc, Cristian y Yelco, y sus sobrinas Paula y Andrea, ya hace tiempo que vuelan por libre, y que su pareja, Matthias Khün, vive entre Suiza y España, por lo que al final es ella sola la que habita una superficie desorbitada.

Así es por dentro

La casa tiene tres plantas completas además del garaje, un amplísimo jardín con cenador y zona de piscina en forma de riñón, algo que en los 90, cuando firmó la compra de la propiedad junto a su entonces marido Marc Ostarcevic, era lo más de lo más, gimnasio, oficina, y como no podía ser de otra forma en casa de una vedette, un salón de baile completamente equipado y acristalado. Hasta ahora se desconoce la cifra que tiene en mente pedir por su joya inmobiliaria, pero seguro que tendrá una cantidad considerable de ceros.

Viviendas en el norte de Madrid

Sin embargo, no es su único patrimonio, ni mucho menos. Solo en Madrid cuenta con otros dos pisos, ambos en la zona norte, uno en Alcobendas y otro en San Sebastián de los Reyes. Se trata de construcciones mucho más modestas. La primera es un segundo piso de 100 m² con una terraza de 45 y su trastero y su plaza de garaje correspondientes. El segundo es una planta baja de 118 metros, también con terraza, garaje y trastero. Ella posee el usufructo de ambos, pero los propietarios son sus hijos en régimen de nuda propiedad, esto quiere decir que ella es usufructuaria mientras viva y no pueden vender o alquilar sin su consentimiento, pero sobre el papel los propietarios ya son ellos. El más grande corresponde a Yelco y Cristian y el otro, a Marc.

Es evidente que Norma tiene todo pensado y bien atado de cara al día en que ella misma no esté. Y es que después de toda una vida de fama, lejos de derrochar, ha invertido todas sus ganancias, la mayoría en ladrillo. Fuera de Madrid también cuenta con diferentes propiedades, algunas de ellas que tiene puestas en alquiler y otras que disfruta en algunas épocas del año.

Propiedades fuera de la capital

Tiene una casa en Mallorca a la que desde que está con Matthias Künn apenas va, pues él cuenta con la mansión de la isla de Tagomago, y a su lado todo es poco. También invirtió en Alicante, tal como ella misma le contó a Bertín en su programa por consejo de la que fuera su amiga Sara Montiel. Esta lo hizo en la isla de Tabarca y Norma se decantó por Altea. Desde entonces casi todos los veranos pasa algunos días en la Costa Blanca. Pero también dispone de un terreno y una casita en el campo, en Segovia, donde al parecer le gusta mucho ir, pero a los tres días, según palabras propias, ya quiere volver.

Ahora considera que es el momento de despojarse de lo material y de volver a vivir, pues ella se encuentra en plena forma a pesar de haber pasado uno de sus años más duros, y tiene ganas de hacer planes y de disfrutar. Inicialmente parece que su idea es establecerse en el centro de Madrid, en un piso más pequeño, pero con toda seguridad viajará durante temporadas a Suiza donde pasa mucho tiempo su pareja, Mhattias.

Y es que, aunque pasaron un gran bache en 2015 justo después de plantearse pasar por el altar, lo cierto es que recondujeron la situación y ya hace 12 años que comparten vida. Siempre lo han hecho de una forma muy peculiar, cada uno atendiendo a sus cosas y a lo suyo y buscando puntos de unión para el disfrute y parece que ahora es un buen momento para pasar más tiempo juntos. Pasar por el altar está descartado de forma definitiva, ella misma expresa que no hay necesidad, pues están bien y al final eso es lo que importa. Norma está mirando al frente y dejando el dolor a un lado, está construyendo un nuevo camino y la venta de su casa es el primer paso. ¡Ánimo!