Las hijas de Concha Márquez Piquer despiden a su madre: su vida lejos de los focos
Conchitín Romero e Iris Oliveros, fruto de sus matrimonios con Curro Romero y Ramiro Oliveros, siempre han sido muy discretas y trabajadoras
Después de presentar su libro de memorias, 'Yo misma', en 2017, Concha Márquez Piquer se fue retirando paulatinamente de la vida pública hasta desaparecer por completo, como así lo manifestó su marido y ahora viudo, Ramiro Oliveros, hace unos meses en 'Lazos de sangre'. Hace cuatro años, en una entrevista promocional con motivo de la salida al mercado del mencionado libro, le preguntaban en 'Abc' si tenía una enorme fortuna, heredada de su madre, la mítica Concha Piquer: "¿Mi enorme fortuna dice? Debe referirse a no sé quién. Mi auténtica fortuna es mi marido Ramiro, mi hija Iris, que vive de su trabajo; mi nieto Oliver y mi otra hija Conchita. ¡Y claro que queda algo de los baúles de mi madre! Queda el recuerdo de sus viajes y de sus éxitos. Aún hay muchos de esos baúles en la Finca de Villacastín y está la Casa Museo que permanece abierta en Valencia, aparte de sus discos".
En efecto, la gran fortuna de Concha Márquez Piquer era su familia, su marido Ramiro Oliveros, el gran amor de su vida, de quien nunca pasó un solo día separada, y sus dos hijas, Conchita o Conchitín, como se la ha conocido popularmente, fruto de su primer matrimonio con el torero Curro Romero, e Iris, de su unión con el actor, que se ha quedado destrozado tras la pérdida de su mujer. Este miércoles la despedían en el cementerio de San Isidro de Madrid.
La vida de Concha Márquez Piquer estuvo marcada por una tragedia que está en el imaginario colectivo, la muerte de su hija Coral, en un accidente de tráfico en noviembre de 1986 en Estados Unidos. Un hecho trágico que la marcó profundamente hasta el final de sus días, pero que no le impidió sacar fuerzas de flaqueza para seguir en los escenarios hasta que lo consideró oportuno y para cuidar de sus hijas, pues como su madre, Concha Piquer, fue una mujer con carácter, resuelta y que no dejó jamás que la adversidad pudiera con ella.
Conchitín, la mayor de sus hijas, nació durante su matrimonio con Curro Romero, de quien se divorció en 1982 (la ley del divorcio se aprobó en España el 7 de julio de 1981), tres años después de separarse y dos décadas después de una boda religiosa que nunca fue anulada por el Tribunal de la Rota. Fue ella quien le dio la enorme satisfacción de ser abuela con el nacimiento de su hijo Oliver, que ya ha alcanzado la veintena y al igual que su madre está apartado de los focos mediáticos y de quien Lolita Flores decía en las redes sociales este lunes: "Es un hijo más para mí".
La hija de la polifacética Concha Márquez Piquer se casó el 14 de octubre de 2005, en el palacio de Soñanes, a 30 kilómetros de Santander, con el empresario Ignacio Cermeño, con quien llevaba ya unos años de relación sentimental. Los cronistas sociales estaban muy pendientes de un encuentro de alto voltaje, ya que Concha Márquez Piquer acudiría con Ramiro Oliveros y Curro Romero con Carmen Tello. Y ni siquiera un pequeño percance que tuvo la cantante, que se rompió un par de dedos de un pie en el baño, impidió que disfrutara de un día tan importante para su hija, la protagonista, y también para ella.
Su hija mayor, periodista
Concha Romero Márquez ha tenido una extensa carrera en el mundo de la comunicación y en particular en la radio, medio por el que tiene pasión, algo que heredó de su abuela, la mítica intérprete de 'Ojos verdes': "Ella se ponía la radio todas las noches, era una gran aficionada y yo me dormía escuchándola", manifestaba en la revista 'Duende' en una entrevista en 2019.
Tiene a sus espaldas una larga carrera profesional en distintos ámbitos, de lo que ha dejado constancia en su perfil profesional en Linkedin, donde evidencia su gran formación. Es poseedora de una diplomatura de inglés en Londres, otra de radio y televisión, y una tercera de doblaje. Entre 1999 y 2003 se licenció en Periodismo y posteriormente realizó un máster en Comunicación, Relaciones Públicas y Protocolo.
Conchitín trabajó como auxiliar de vuelo en Spantax entre los años 1983 y 1988 y más tarde durante cuatro, hasta 1992, en Ifema, en Madrid, como representante de empresa. Comenzaría después su carrera en los medios de comunicación, tanto en radio como en programas como 'Protagonistas' en Onda Cero, y en programas de televisión como 'Zoom' en Telecinco. En términos empresariales, debemos destacar que aparece como administradora única de Insol Producciones, que no presenta cuentas desde 2012. También fue consejera delegada de La Herrumbrosa Agrícola y Taurina, sociedad anónima ya extinta.
Iris, consultora de éxito
En cuanto a Iris, la hija del matrimonio de Concha y Ramiro Oliveros, debemos destacar que tiene una trayectoria muy cosmopolita como la tuvieron su abuela, su madre y su hermana. Estudió Marketing y Publicidad en la Universidad de Saint Louis en Estados Unidos, y ha desarrollado parte de su carrera fuera de España como consultora internacional, tanto en Hispanoamérica como en Asia. En los últimos años, ya en España, ha estado vinculada con numerosas iniciativas de carácter social y humanitario, porque, como declaró recientemente en 'Protagonistas Vip Cantabria': "Hoy más que nunca, tenemos que pensar en los demás. Cualquier proyecto que se dedique a los más necesitados es poco".
Iris estuvo vinculada a Olla de los Toriles S.L., una sociedad con sede en Villacastín, donde se encuentra la finca de la que hablábamos al principio de este reportaje, dedicada a la explotación de ganado y agrícola, con un capital social del que el 90% pertenecía a su madre, y el 10% restante a repartir entre Ramiro Oliveros y la propia Iris. Una sociedad, por cierto, que no presenta cuentas desde 2017. Asimismo, administradora y directora de proyecto de la sociedad desde 2010.
Para ambas hermanas, la muerte de la artista ha sido un duro golpe y han estado pendientes de ella hasta el final. Se despidieron de ella con la discreción con la que había decidido llevar los últimos años de su vida y como ellas mismas gestionan las suyas.
Después de presentar su libro de memorias, 'Yo misma', en 2017, Concha Márquez Piquer se fue retirando paulatinamente de la vida pública hasta desaparecer por completo, como así lo manifestó su marido y ahora viudo, Ramiro Oliveros, hace unos meses en 'Lazos de sangre'. Hace cuatro años, en una entrevista promocional con motivo de la salida al mercado del mencionado libro, le preguntaban en 'Abc' si tenía una enorme fortuna, heredada de su madre, la mítica Concha Piquer: "¿Mi enorme fortuna dice? Debe referirse a no sé quién. Mi auténtica fortuna es mi marido Ramiro, mi hija Iris, que vive de su trabajo; mi nieto Oliver y mi otra hija Conchita. ¡Y claro que queda algo de los baúles de mi madre! Queda el recuerdo de sus viajes y de sus éxitos. Aún hay muchos de esos baúles en la Finca de Villacastín y está la Casa Museo que permanece abierta en Valencia, aparte de sus discos".