El lado familiar de Georgie Dann: mujer española y dos hijos músicos (a sus espaldas)

Hay artistas que sueñan con que su descendencia perpetúe su trabajo. No debía de ser el caso de Georgie Dann porque, como él mismo contaba en una entrevista, sus hijos grabaron su primer disco a sus espaldas. Y firmaron sus composiciones con sus nombres y la inicial de su apellido: Patricia D. y Paul D. La decisión, en realidad, no venía tanto porque renunciaran a la sangre de su sangre, sino más bien porque ambos sabían el peso de su apellido y preferían construir su propio camino musical.

"Ni me metí en nada ni llamé a nadie", explicaba en una entrevista en el diario 'El Heraldo'. "Me parecen el relevo a lo que hoy funciona en la música pop", contaba el artista refiriéndose al tipo de música que los jóvenes interpretan bajo el nombre de Calle París, nombre que, por cierto, eligieron tras escuchar la famosa canción del grupo donostiarra Duncan Dhu.

En aquella entrevista, el francés, que jamás dejó su acento, contaba con orgullo de padre que su hija Patrcia decidió dejar la carrera después de que una profesora se diera cuenta de lo bien que escribía: "Se nota en las letras que hace", explicaba Dann. De su hijo destacaba la constancia y su faceta como multiinstrumentista. "Trabajan mucho. Y no son hijos de", comentaba orgulloso cerrando el círculo: el rey de la canción del verano no quería que sus hijos se aprovecharan de su fama, y ellos intentaban evitar por todos los medios que se les relacionara con aquellos temas machachones y de fácil consumo de su progenitor. "No tenemos nada que ver con nuestro padre a nivel musical y queremos darnos a conocer por nuestro trabajo", declaraba Paul evitando hablar más del tema.

Españoles y franceses

Por la sangre de los Dann (además de Paul y Patricia hay un tercer hijo) corre sangre española, no solo porque el cantante galo haya amado nuestro país desde bien joven, sino porque fue aquí donde encontró el amor.

En 1974, el artista ya estaba instalado en Madrid. Fue aquí donde conoció a una de sus bailarinas, una barcelonesa de nombre Emy. Se instaló en la capital, que convirtió en base de operaciones para todas las giras y actuaciones que vendrían con el tiempo. Recordemos que, durante mucho tiempo, el verano fue su reino y no había año que no tuviera un 'hitazo' sonando en todos los rincones, no solo de España sino en Latinoamérica y parte de Europa.

Fruto de ese estable y longevo matrimonio nacerían tres hijos, dos de los cuales decidieron seguir los pasos de su padre, como hemos comentado, mientras el tercero y la matriarca se mantenían siempre en un discreto segundo plano, aunque siempre como pilar importante de la familia en lo personal y lo profesional: "Nos dice que para ganar, hay que arriesgar. ¡Pobre! Sufre bastante por nosotros, por cómo está la música”, comentaban Paul y Patricia.

Ambos estudiaron en Madrid, tienen la doble nacionalidad y son bilingües. Aunque desde niños ya componían canciones, su pasión en realidad era el cine. "Tenemos gustos muy clásicos, nos hartamos de ver cine y a veces hasta hacemos doblete en dos salas diferentes, como en las sesiones antiguas", contaba Patricia en sus primeros años de andadura en una entrevista para 'El Periódico'. Por aquel entonces, el 2009, eran unos veinteañeros a los que comparaban con La Oreja de Van Gogh (“Nos gustan mucho, pero lo que hacemos no creemos que se parezca”), aunque ellos se vieran más como aquel dúo ochentero llamado Alex y Christina.

"Cuando tocábamos de bar en bar nuestro padre nos decía que estábamos locos, pero ahora es el que más orgulloso está de que hayamos preferido partir de cero". Seguramente, su momento de mayor fama fuera con su primer disco, ‘Palabras secretas’, que trabajaron con Carlos Jean como productor.

“Nosotros, aparte de hermanos, somos amigos y tenemos tanta confianza que con una mirada nos entendemos en el escenario y fuera del escenario”, comentaba Paul en una entrevista en Telemadrid en la que promocionaban el disco, los conciertos, hablaban de sus influencias y de que les gustaría colaborar con Mikel Erentxun, precisamente uno de los componentes (si no el más famoso) de Duncan Dhu. En toda la entrevista no había ninguna referencia a su famoso padre: “Yo empecé haciendo piano clásico, y Paul estudió producción. Teníamos nuestras bandas y como vimos que podíamos trabajar juntos, nos lanzamos”.

Ahora, que su padre ha fallecido y el mundo de la música está de luto, esa unión y esa compenetración seguramente les ayude para superar, junto con su tercer hermano y su madre, estos duros momentos. El cantante iba a ser intervenido de una cadera en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, pero no ha superado la situación clínica en la que se encontraba.