Sergio Ramos y sus caballos 'de oro': entramos en el negocio ecuestre del futbolista
"Invierte sin recibir nada a cambio, es poco rentable, es puro amor al caballo", nos dice un experto. Tiene 50 ejemplares en Sevilla y a Álamo, el gran campeón, en Madrid
Desde pequeño, en su Sevilla natal, Sergio Ramos adoraba los caballos. De ese amor nace una de sus empresas más ambiciosas, un proyecto, el de la Yeguada SR4, que tiene admirados a todos en el mundo de la equitación española. “Es que nadie se mete en este negocio para ganar dinero, todo lo contrario, Sergio perderá, lo sabe, por eso es un héroe, porque invierte sin recibir nada a cambio, es poco rentable, es puro amor al caballo”, nos dice uno de los jinetes más importantes de todos los tiempos en España, un hombre que conoce a Ramos y que sabe que no le gusta que hablen de él. Por eso nos pide que no demos su nombre.
Sucede con casi todos a quienes entrevistamos para este reportaje. Nos cuentan los detalles más internos de este mundo, un mundo en el que todos se conocen, desde la dueña de la hípica más pequeña hasta el responsable de la yeguada de Ramos.
La Yeguada SR4, con sede en Bollullos de la Mitación (Sevilla), cuenta ahora con 50 caballos de pura raza española, a los que hay que sumar a Álamo, otro tipo de caballo, el gran campeón de saltos en este país, un ejemplar especial que el futbolista compró con Sergio Álvarez Moya, uno de los mejores jinetes de España y exmarido de Marta Ortega, quien también fue amazona, además de la hija de Amancio Ortega (Inditex). Álamo ‘duerme’ en Madrid, alejado del resto de caballos de Ramos porque no tiene nada que ver con ellos: unos son pura raza española, es decir, caballos de concurso de belleza y doma, y el otro es un ejemplar de saltos.
“La yeguada es una inversión muy grande”, nos comenta una persona que trabaja en la finca sevillana y que tampoco quiere dar su nombre en el artículo. “La gente solo ve los caballos y hay que contar todo lo demás: los veterinarios, las instalaciones, los cuidados especiales... Somos muchas familias que comemos de esto y tenemos la suerte de tener un jefe que invierte y apuesta por ello sin esperar nada a cambio”, continúa.
"No es una ciencia exacta"
Para llegar a tener una yeguada como la de Ramos hay que pasar mucho tiempo en el mundo de la hípica y contar con los mejores expertos. Los caballos que el futbolista tiene en Sevilla son yeguas y sementales que se crían para que lleguen a ser los mejores. “Pero eso no es una ciencia exacta -nos dice el mismo trabajador-. Puedes tener al mejor semental y la mejor yegua, y que el potro que salga no dé lo que esperabas”.
Para que un caballo llegue a ser olímpico, por ejemplo, “tiene que tener entre 12 y 14 años, durante este tiempo se trabaja con él como si fuera un campeón, aunque luego puede que no lo sea”. Por eso, nos dice, “es un trabajo muy a largo plazo, hay que ver cómo nace cada animal, cómo evoluciona, y eso no lo sabes hasta que tiene cuatro años, por lo menos”. Ramos emprendió su negocio ecuestre hace ocho y por ahora ya ha logrado tener algunos campeones. Aunque ninguno como Álamo, la estrella.
Este caballo estuvo en el Campeonatos de Saltos Internacional de Barcelona (CSIO), en el Real Club de Polo de la ciudad, donde se disputó la final mundial en la que entró España por primera vez. “Eso fue histórico”, nos dice el conocido jinete. Y es cierto. En las gradas, el público se desvivía con el equipo español y muchos señalan a Álamo, emocionados, como “el caballo de Sergio Ramos”.
"Impresionante"
“Un caballo como Álamo destaca siempre, y si el jinete es bueno, que en este caso es el mejor [hablamos de Álvarez Moya], el resultado es impresionante”. Las palabras son ahora de un fotógrafo especializado en hípica que se recorre la geografía española de concurso en concurso. “Todo depende del caballo y del jinete, por supuesto, cómo recoge las manos, cómo elevan los pies, la forma de saltar, la posición… Es un mundo muy complejo -nos cuenta- y cuando aparece un buen caballo como Álamo, todo el mundo se interesa más por la hípica”.
“Para la élite de la equitación, el papel de Sergio Ramos es fundamental”, añade este profesional. La entrada del futbolista en este negocio fue como una bendición para ellos. “España es un país con jinetes buenísimos pero con falta de ambición, no hay empresarios que apuesten por comprar caballos ganadores, falta tradición. Si nos comparamos con Alemania, Bélgica, Holanda, Francia o Gran Bretaña, somos la nada”, nos dice una experta del Real Club de Polo de Barcelona, “así que lo que ha hecho Ramos es una heroicidad y ojalá muchos sigan su ejemplo”.
¿Cuánto cuesta?
Si hacemos una búsqueda rápida por internet, veremos las decenas de titulares y noticias que hablan del ‘caballo de oro’ del futbolista. Dicen que costó 1,5 millones de euros, una cifra que nadie ha confirmado nunca. “Es absurdo -nos dice este jinete-, quien conoce este mundo sabe que cualquier caballo con algo de nivel cuesta eso o más. Los cuatro jinetes del equipo español tienen varios caballos que pueden valer más de dos millones de euros, las cifras en nuestro mundo son muy elevadas, por eso meterse en él sin ser un experto es una heroicidad”.
Todos con quienes hablamos cantan maravillas de la iniciativa de Ramos y critican que se haga mofa de sus inversiones hípicas. Porque sin Ramos, aseguran, la hípica española sería hoy peor que hace unos años. Y si a él le va bien, muchos otros podrían seguir su ejemplo y situar a España en el mapa de la hípica internacional: “Lo que hacen nuestros jinetes es algo que nadie puede hacer en cualquier otro lugar, ni un alemán, ni un holandés, ni un británico sabrían hacer lo que hacen los nuestros con tan poco dinero, hay que valorarlo”.
En la alta competición, los caballos son como deportistas de élite. Álamo sale de cinco a seis veces por día, con entrenamientos duros que van desde la noria, máquinas, entrenamiento en agua, y luego monta con jinetes. La alimentación es básica, porque los caballos tienen unas características especiales: un aparato digestivo complejo que no les permite vomitar y a veces se les acumula la comida en los intestinos, lo que les lleva a tener cólicos que podrían ser mortales.
El jinete profesional con quien hablamos nos señala otro punto importante, esencial, según nos dice: “Los caballos, para rendir, tienen que ser felices, debajo del culo no tienes un enemigo, tienes un socio, por eso es fundamental que haya un equilibrio entre la preparación física y la salud mental del caballo. Y la relación entre el jinete y el caballo es como la de un matrimonio, tiene que funcionar, se tienen que entender”. Y en eso anda Sergio Ramos, entendiendo un mundo que no es el suyo pero que le apasiona.
Desde pequeño, en su Sevilla natal, Sergio Ramos adoraba los caballos. De ese amor nace una de sus empresas más ambiciosas, un proyecto, el de la Yeguada SR4, que tiene admirados a todos en el mundo de la equitación española. “Es que nadie se mete en este negocio para ganar dinero, todo lo contrario, Sergio perderá, lo sabe, por eso es un héroe, porque invierte sin recibir nada a cambio, es poco rentable, es puro amor al caballo”, nos dice uno de los jinetes más importantes de todos los tiempos en España, un hombre que conoce a Ramos y que sabe que no le gusta que hablen de él. Por eso nos pide que no demos su nombre.