Pablo Bofill, CEO del Taller de Arquitectura, divorciado y pareja de la artista Luna Paiva
El hijo menor del recordado arquitecto Ricardo Bofill está volcado en su trabajo en el estudio de arquitectura familiar
La muerte del emblemático arquitecto Ricardo Bofill ha dejado una enorme huella y en consecuencia una enorme conmoción internacional. Prueba de su vigencia es que siguió activo hasta el final y su firma aparece en edificios y complejos de todo el mundo, que ahora que ya no está cobran una nueva dimensión y se pueden convertir en centros de peregrinación de los admiradores del artista. El hotel Vela de la Ciudad Condal, los complejos de viviendas Walden 7, la Muralla Roja, el aeropuerto de Barcelona, la sede de Shiseido Ginza en Tokio y la de Cartier en París son solo algunos ejemplos del extenso currículum de un profesional trabajador y brillante que todavía a sus 82 años consideraba que podía reinventar la arquitectura y seguir aportando y dejando su impronta a un mundo tan cambiante.
Más allá de su labor profesional, su vida personal tuvo su continuidad en la crónica social (bien es cierto que siempre fue muy discreto) y sería su hijo Ricardo quien llevara a la familia a las portadas y a programas de televisión en los que en ocasiones no quedaba en el mejor de los lugares por su verborrea a veces sin filtros y por actitudes que ya son cosas del pasado. Ha sido el propio Bofill júnior quien ha enmendado, sin culpabilidades ni arrepentimientos, este camino y ha optado por una vida sana, entregado al trabajo y apartado deliberadamente de los focos, aunque de vez en cuando concede alguna que otra entrevista para evidenciar que no necesariamente cualquier tiempo pasado fue mejor sino distinto.
Ricardo Bofill trabaja de manera muy estrecha con su hermano menor, Pablo Bofill, que siempre ha llevado una vida muy de perfil bajo y apenas han trascendido detalles de su vida personal, más allá de las instantáneas que comparte en su perfil de Instagram, donde tiene unos modestos 4.551 seguidores. Desde la muerte de su padre, sus últimos posts han estado dedicados a honrar su memoria. Ha compartido impagables instantáneas de la vida cotidiana de su padre en los años de su máximo esplendor (y hacemos alusión a la juventud, no a su carrera, que no conoció baches significativos). Y está siendo su manera de rendir tributo a su progenitor y también de hacer de manera pública el duelo por su pérdida, pues estaban muy unidos.
Su madre, Annabelle D'Huart, también ha compartido una foto suya con Ricardo Bofill, y según destaca en el pie de foto fue tomada nada menos que por Serena Vergano, la bellísima actriz madre de Ricardo Bofill Jr., con quien mantenía una muy buena relación. Porque si hay algo que cuidó Ricardo Bofill fue su núcleo familiar. No en vano sería el propio Ricardo quien recordaría al escritor Miquel de Palol que fue su propio padre quien le recomendó una clínica cuando los médicos le aseguraban que de seguir con esos hábitos de vida le quedarían tres meses. Fue el comienzo de un nuevo camino que ha acabado llevando a ambos hermanos a trabajar codo con codo y con excelentes resultados.
Pablo Bofill, como decimos, ha llevado una vida muy discreta y quizás su momento de máxima exposición mediática se produjo cuando se casó en 2014 con la diseñadora colombiana -nacida en Cali- Melissa Losada, en la isla de S'Arenella, frente a Cadaqués. Fueron unas celebraciones que duraron tres días, según contaba La Vanguardia en esas fechas.
Entre los asistentes al enlace se encontraban muchos amigos de los novios, en especial de Pablo Bofill de sus tiempos de París, capital donde estuvo establecido muchos años. Es economista de profesión y llevaba en ese momento el taller de arquitectura de su padre, al que acompañaba su pareja, Marta de Vilallonga. Acudieron también Serena Vergano y Jean Pierre Carniaux, Ricardo Bofill júnior con su novia, Carlos Martorell, Montse Pinyol, los condes de Sert, Federico Correa, así como otros amigos de la familia Bofill a lo largo de los años y un tuareg, a quien consideraban casi como un hermano de Ricardo Bofill padre.
Ambos hermanos trabajan codo con codo en el taller de su padre. Ricardo Bofill Jr., quince años mayor que él, trabaja como presidente, mientras que Pablo es CEO de la compañía desde 2009.
Está divorciado
Pablo, que nació en París en 1980, y su ya ex mujer, Melissa Losada, que vino al mundo 4 años más tarde en Cali, no concedieron demasiadas entrevistas, por lo que debemos darle importancia al reportaje que protagonizaron en 2013 en 'SModa' con motivo del lanzamiento de la línea de bolsos que había creado ella con su socia, Mercedes Vélez. En aquel entonces vivían en un piso de alquiler: "Fue el primero que vimos, pero cuando quisimos alquilarlo ya no estaba libre. Pasamos seis meses buscando. Al final, Pablo habló con el inquilino, lo convenció para que se marchara y nos mudamos".
Melissa estudió diseño en Parsons, en Nueva York, y tras trabajar año y medio en 'Vogue' se mudó a París, y el primer día conoció a Pablo, el que acabaría convirtiéndose en su marido: "Fue un flechazo".
En esa misma entrevista, Pablo Bofill explicaba cuáles eran sus funciones en el entramado familiar: "Vengo de una familia de artistas. Pero contrariamente a mis padres o a Melissa, no es eso lo que más me interesa. Mi papel es hacer que las cosas avancen en el taller, rodearme del mejor equipo posible para lograr nuestro objetivo común: la excelencia"
Definía Pablo a su familia como antiburguesa y desvelaba que estaban desarrollando "proyectos en Marruecos, Rusia, India, Praga, Lima… Nada en España".
Su pareja actual
Unido a la artista Luna Paiva, fue a través de sus redes sociales donde pudimos saber que ha sido padre. La artista comparte numerosas instantáneas de su vida en común en su perfil de Instagram.
Según podemos leer en su página web, "Luna Paiva nació en París en 1980. Es licenciada en Historia del Arte y Arqueología, en la Sorbona y estudió cine en Nueva York. Sus especialidades son la escultura, las instalaciones y la fotografía. Su trabajo ha sido mostrado en exposiciones en Hispanoamérica, Europa y Estados unidos."
La muerte del emblemático arquitecto Ricardo Bofill ha dejado una enorme huella y en consecuencia una enorme conmoción internacional. Prueba de su vigencia es que siguió activo hasta el final y su firma aparece en edificios y complejos de todo el mundo, que ahora que ya no está cobran una nueva dimensión y se pueden convertir en centros de peregrinación de los admiradores del artista. El hotel Vela de la Ciudad Condal, los complejos de viviendas Walden 7, la Muralla Roja, el aeropuerto de Barcelona, la sede de Shiseido Ginza en Tokio y la de Cartier en París son solo algunos ejemplos del extenso currículum de un profesional trabajador y brillante que todavía a sus 82 años consideraba que podía reinventar la arquitectura y seguir aportando y dejando su impronta a un mundo tan cambiante.