Celia Villalobos, en sus propias palabras: su relación con Pedro Arriola y sus tres hijos

Este viernes ha fallecido Pedro Arriola, marido de Celia Villalobos, quien durante tres décadas fuera asesor de José María Aznar y Mariano Rajoy, y que fue clave para el Partido Popular en la elaboración de análisis demoscópicos, estrategia e imagen. Conocido como 'el gurú del partido', disfrutaba de su retiro, de su familia y sus nietos, alejado de las cámaras, a las que siempre tuvo en cierta medida 'aversión', ya que le gustó estar en la sombra.

Fue el gran amor de la que fuera alcaldesa de Málaga y diputada del mismo partido durante tres décadas, aunque en los últimos años está en un nivel de popularidad muy grande gracias a sus trabajos televisivos en programas como 'MasterChef Celebrity' o 'Todo es mentira', donde se ha caracterizado por su espontaneidad a la hora de expresar sus opiniones, que en estos últimos días la ponían en el centro de la diana de las redes sociales por unos comentarios en tono irónico sobre Pablo Iglesias, su familia y su aspecto físico en el mencionado programa de Cuatro.

Celia Villalobos ha hablado en diversas ocasiones sobre su historia de amor con Arriola, pero hoy queremos destacar las palabras vertidas en el libro 'La política apasionada', que editó el año pasado la editorial Península. La exministra conoció a Pedro Arriola en la Facultad de Económicas de Málaga, en plena dictadura franquista. "No soy ajena al interés que despierta mi matrimonio con quien fue durante más de 30 años asesor del presidente del Partido Popular. Son casi cincuenta años al lado de Pedro Arriola, toda una vida. A todo el mundo le decía que yo iba a ser su novia, con mucha seguridad y el recelo de más de uno".

Sin embargo, la descripción que realizaba del que estaba destinado a ser su marido no era positiva al principio. El estudiante sevillano era para ella en aquel entonces un tanto arrogante e idealista, pero la percepción sobre él fue cambiando: "Seguimos viéndonos y, como ya vaticinó Arriola, no solo fui su novia, sino la madre de sus hijos".

Otras de las vivencias que reseñaba en este libro, quizás de las más duras a título personal, fue cuando se trasladó a Málaga para ejercer de alcaldesa: "Mis tres hijos, el pequeño todavía un niño, se quedaron en Madrid con mi marido y yo hacía lo que podía para verlos y estar con ellos. Nunca me han recriminado nada, ni mis hijos ni mi marido, bien al contrario".

Un gran cambio vital

Una situación que cambió por completo cuando, en abril del año 2000, José María Aznar la llamó para ofrecerle el puesto de ministra de Sanidad, lo que suponía volver a Madrid y, por lo tanto, "el gran cambio" de su vida. "Había vivido más de seis años lejos de mis hijos y de Pedro, y eso no era vida", reconocía con honestidad.

Su locuacidad y el hecho de que no se haya andado nunca por las ramas ni con eufemismos fue clave también en su matrimonio: "Ser la mujer del asesor del presidente del partido a veces tiene sus problemas, aunque imagino que también influyen mi personalidad, decir siempre lo que pienso y el hecho de que siempre he rehuido la pertenencia a ningún clan".

Ha sido la televisión el medio en el que hemos podido conocer el lado personal de Celia Villalobos y precisamente en 'MasterChef Celebrity' hacía toda una declaración de intenciones: "La vida empieza a no tener mucha razón cuando llegas a cierta edad y yo no estoy dispuesta. Quiero cumplir años, me quiero divertir, sufrir, conocer gente... Quiero seguir viva, siempre. No conozco a ninguna mujer que haya llegado a algo en este mundo masculino tan machista ni tan difícil sin haber tenido un gran carácter".

Una vida en la que, como decimos, fue crucial su marido, con quien se casó en 1971, fueron padres en tres ocasiones y estos años han disfrutado también de sus nietos. En cuanto a su percepción de Arriola, dista radicalmente de la que tenía cuando se conocieron, como contó en una entrevista: "Es una bellísima persona, sevillano de pro, baila sevillanas divinamente... y lo demás no te lo puedo contar. Llevo toda mi vida con él, desde que tenía 19 años. Es divertido, listo y con mucha mala leche".

Su retirada de la política

La retirada de Celia Villalobos de la política (en las últimas primarias del PP, ella apoyó a Sáenz de Santamaría y finalmente las ganó Pablo Casado, sumando los votos de María Dolores de Cospedal) coincidió con la jubilación de Arriola, pues dimitía de sus dos empresas, Instituto de Estudios Sociales y Consultores de Investigación Social. El matrimonio se había casado en régimen de gananciales, según desvelaba 'La Información', y en la última declaración de bienes del Congreso de los Diputados, aparecía que eran copropietarios de dos pisos, uno en Madrid y otro en Torremolinos. En 2019, además, vendió su ático malagueño en la plaza del Obispo, frente a la catedral, donde el matrimonio solía disfrutar de grandes momentos con sus amigos y desde donde veían las procesiones de Semana Santa.

Al frente de ambas entidades se situó a partir de entonces una de sus hijas, Amaya Vanesa. Otro, Pedro, es un reconocido oftalmólogo, mientras qu la tercera, Macarena, tiene una empresa junto a su marido, un conocido cantante del mundo del rockabilly.

Arriola, en la intimidad

Precisamente sería Macarena quien en las redes sociales hiciera la mejor definición de su padre, junto a una foto en la que aparecían ambos: "Mi padre; la persona más dulce, generosa, buena y clara. Te amo".

De igual manera, la periodista Lucía Méndez, en un artículo publicado en 'El Mundo', lo retrataba como "incansable contador de chistes, simpático, dicharachero, expansivo y seductor", además de destacar que "ha huido de las cámaras tanto como su mujer, Celia Villalobos, las ha buscado".

Celia Villalobos también hablaba recientemente del secreto de la longevidad de su matrimonio en el programa 'Un año de tu vida', presentado por Toñi Moreno: "He aprendido que cuando tienes 'el cuarto de hora', lo mejor es no discutir, quitarte de en medio".

Respecto al feminismo y a cómo había educado a sus hijos, subrayaba precisamente cómo es su hijo en este sentido: "Hace las mismas cosas o más que su mujer. Está más pendiente de su hijo. Y si hay que hacer las camas o hay que barrer, no le dice: te voy a echar una mano. Es compartir, eso yo no lo he tenido”. También desvelaba que estos temas también los ha hablado con sus hijas: "Muchas veces les digo que he sido una mala madre en ese sentido porque mi vida ha estado demasiado ocupada. Ellas me dicen que es mentira. Mis hijas me adoran y yo las adoro a ellas".