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Imperio Argentina y Florián Rey: ídolos de Hitler, historia del cine español y final en una fosa común
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HISTÓRICO RODAJE EN ALEMANIA

Imperio Argentina y Florián Rey: ídolos de Hitler, historia del cine español y final en una fosa común

La actriz y el director compartieron películas y vida y fueron llamados por el Tercer Reich para filmar una película en Alemania. Esta es su historia

Foto: Imperio Argentina, en 'Carmen la de Triana'.(Getty)
Imperio Argentina, en 'Carmen la de Triana'.(Getty)

El día que Imperio Argentina supo del anuncio del rodaje de ‘La niña de tus ojos’ se enfadó. “El día que nací yo, ¿qué planetas reinarían?”, habría cantado, como en tiempos. Fernando Trueba y Rafael Azcona, en su papel de guionista, habían ideado la historia de una joven actriz que, en el Tercer Reich, se planta en Alemania para rodar una cinta folclórica. Imperio, mito del cine de la República, se quejaba, con cierto resquemor, de que nadie había contado con su opinión. La película se parecía demasiado a su vida, algo reconocido por Trueba y el propio Azcona. La Macarena que interpretaba Penélope Cruz recordaba demasiado a Imperio Argentina y su historia con el director Florián Rey, cuyo primer viaje a Alemania, según algunas crónicas, tuvo lugar en mayo de 1937, hace ahora 85 años.

Pero para contar aquel periplo, la admiración del Fuhrer y la cinta que la estrella y su marido rodaron en la Alemania nazi, ‘Carmen la de Triana’, habría que empezar recordando cómo nació el amor entre ambos. España, años 20; Florián Rey y Juan de Orduña crean su propia productora. Con ella elaboran, por ejemplo, un clásico del cine mudo, ‘La aldea maldita’, que dirige Rey y será considerada una de las películas más importantes del cine mudo español. En 1927, Rey acude, por consejo de un amigo, al teatro Romea de Madrid. Allí se queda desencajado tras ver a Magdalena Nile del Río, la que en poco tiempo se convertirá en Imperio Argentina.

placeholder Imperio Argentina, en 'Morena Clara'.
Imperio Argentina, en 'Morena Clara'.

El realizador, siempre a la búsqueda de nuevos talentos, la vio cantando tangos y se quedó prendado de su desparpajo. Su admiración llegó a tal extremo que quiso que ella fuese la protagonista de ‘La hermana San Sulpicio’, una comedia sobre una monja que quiere colgar los hábitos que preparaba en aquellos momentos. La película supuso el inicio de un binomio personal y profesional que dejaría una honda huella en la historia de nuestro cine. En las películas que compartieron Florián Rey e Imperio Argentina ella cantaba, bailaba y aportaba gracia, bien hiciese de maña enamorada (‘Nobleza Baturra’) o de gitana disparatada y verborréica (‘Morena Clara’)

“Yo lo admiraba y físicamente era un hombre muy importante”, contaba Imperio acerca de por qué se acabó enamorando del hombre que la dirigió en todas esas películas. Fueron grandes éxitos en un país fracturado, tal vez una de las pocas cosas que compartían las dos eternas Españas. ‘Morena Clara’, por ejemplo, fue la película española más taquillera de la década de los 30. Estrenada en la Semana Santa del 36, siguió viéndose tanto en la España del bando republicano como en la del bando nacional una vez estalló la Guerra Civil. El ‘romance de valentía’ entre ambos tenía un gran inconveniente: Florián Rey estaba casado con otra. Su propia mujer se había percatado de un amor que nacía entre toma y toma. Con los años, hay quien ha llegado a afirmar que Rey era gay y que, por tanto, no sintió demasiado deseo ni por la una ni por la otra. “Era tan suyo para según qué cosas que puedo decir que nunca lo vi desnudo”, comentó la actriz en su autobiografía. Pese a la frase, también negó los rumores de homosexualidad.

Mientras ‘Morena Clara’ desafiaba los bombardeos y la carestía de la guerra en España, Adolf Hitler se enamoraba del carisma de Imperio tras ver ‘Nobleza Baturra’. El dictador más dictador de todos la invitó a ella y a Florián Rey a ir a Alemania. Una vez allí les propuso rodar ‘Carmen la de Triana’, una superproducción folclórica basada en el famoso mito recogido en la novela de Merimée. En aquel rodaje no faltaron algunos absurdos. En algunas secuencias ambientadas en Ronda, muchos de los extras tenían el pelo rubísimo y eran tan altos como pinos. Todo lo contrario que los españolitos a los que representaban. Se estipuló una versión doble de las mismas secuencias: primero se filmaban en español y minutos después, en alemán. Escuchar hoy día, vía YouTube, la versión germana de ‘Los piconeros’ en la voz de Imperio Argentina es uno de esos regalos que nos hace Internet, poniendo a nuestra disposición las rarezas que solo estaban al alcance de unos pocos.

placeholder Imperio Argentina y Miguel Ligero, en el poster de 'Morena Clara'.(Divisa)
Imperio Argentina y Miguel Ligero, en el poster de 'Morena Clara'.(Divisa)

Goebbles, el ministro de propaganda nazi, fue uno de los hombres que se quedó hipnotizado con los encantos de Imperio. Y aunque en principio iban a rodar más películas allí (Florián Rey también filmó ‘La canción de Aixa’), la matanza de judíos durante la llamada ‘noche de los cristales rotos’ acabó por persuadirles de su idea de permanecer en Alemania. Hitler ya no era ese hombre “guapo al que le quedaba fatal el bigotito”, tal y como lo describió la actriz, sino un monstruo totalitario que iba a llevar a propiciar una Segunda Guerra Mundial. Además, a Florián Rey y a la actriz se les rompió el amor durante el rodaje, ya que ella se enamoró de Rafael Rivelles, su partenaire masculino. Ese fue uno de los escollos de la relación, que se marchitó como se marchitan los claveles en un balcón andaluz.

En los años 40 el director y su musa vieron que lo más fácil era adscribirse al franquismo, pero lo hicieron desde caminos diferentes. Ella, que había sido la mayor estrella española de la década anterior, compitió con nuevas luminarias como Aurora Bautista o Juanita Reina y pasó a un segundo plano. Florián vio cómo disminuía su producción y, a mediados de los 50, se retiró definitivamente del cine. Su nuevo destino fue Benidorm, donde se dedicó en cuerpo y alma a un pequeño local de restauración. El 12 de abril de 1962 falleció en el más injusto de los olvidos. Si bien es cierto que su cine no resistía la comparación con el compromiso y la innovación de un Berlanga o un Bardem, también lo es que visualmente estaba tan cuidado como el de von Sternberg o cualquier director similar. Su talento narrativo, muy por encima de las tramas populares, fue algo que la generación de aquellos años no supo ver. Cuando una década después de su muerte nadie reclamó su cadáver, este fue sepultado en una fosa común. Un triste final para alguien que lo fue todo en una cinematografía primitiva y necesitada de talento.

En cuanto a Imperio, se acabó instalando en Estoril y allí nació su hija Alejandra, madre de Sandra y Teresa, esas dos nietas que se pelearon y gritaron en los platós de televisión cuando ella todavía estaba viva. La primogénita de la actriz murió con 49 años, algo que también ocurrió con otro de sus hijos, Florián Martínez Nile, que se acabó suicidando. Las dos tragedias no achantaron a Magdalena Nile del Río. En los 60 protagonizó un tibio regreso al cine con ‘Ama Rosa’, pero fue en los 80, una vez que España se reconcilió con aquella otra España más folclórica y cañí, cuando directores como José Luis Borau la recuperaron en películas como ‘Tata Mía’. En la entrega de los Goya de 1988 recibió un premio de honor y el público irrumpió en aplausos. Eran los últimos compases, el acto final de una artista cuya mirada chispeante, voz aguda, fotogenia e ingenio se convirtieron en un referente para millones de españoles; para los que soñaron con los ‘piconeros’ o escucharon por primera vez la ‘Farsa Moneda’ en su voz. Un caluroso 22 de agosto de 2003, a los 92 años, la dama del primer cine español se fue para siempre. En las crónicas de su muerte prevaleció, por encima de todas las personas que pasaron por su vida, Florián Rey, su ‘piconero’, el hombre que le dio brillo a su talento.

El día que Imperio Argentina supo del anuncio del rodaje de ‘La niña de tus ojos’ se enfadó. “El día que nací yo, ¿qué planetas reinarían?”, habría cantado, como en tiempos. Fernando Trueba y Rafael Azcona, en su papel de guionista, habían ideado la historia de una joven actriz que, en el Tercer Reich, se planta en Alemania para rodar una cinta folclórica. Imperio, mito del cine de la República, se quejaba, con cierto resquemor, de que nadie había contado con su opinión. La película se parecía demasiado a su vida, algo reconocido por Trueba y el propio Azcona. La Macarena que interpretaba Penélope Cruz recordaba demasiado a Imperio Argentina y su historia con el director Florián Rey, cuyo primer viaje a Alemania, según algunas crónicas, tuvo lugar en mayo de 1937, hace ahora 85 años.

Penélope Cruz
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