Víctor, el desconocido padre de las Pombo: publicista, hostelero y nexo de unión familiar

Todos esos seguidores fieles que, minuto a minuto, son partícipes de la vida de las Pombo a través de las redes sociales recordarán ese momento en que, en plena cena con amigas en la despedida de soltera de Lucía Pombo, su hermana María recibía un mensaje de su padre dejándole claro que no le había gustado nada un taco que acababa de decir (y que él había visto a través de Instagram casi en directo). Una anécdota sin más que nos deja ver lo unida que está la familia, la confianza que se tienen y lo mucho que Lucía, María y Marta Pombo tienen en cuenta la opinión de sus padres.

Sobre todo, de su padre, Víctor Pombo, un hombre con una trayectoria vital que ahora es un ejemplo para sus hijas. Hasta 2011, Víctor y su mujer, Teresa Ribó, se dedicaban a la publicidad, campo en el que él logró grandes reconocimientos por una campaña en la que trataba de dar a conocer la enfermedad de la esclerosis múltiple y concienciar para identificar los síntomas que pueden indicar que se sufre esta enfermedad. En aquel momento, fue precisamente a su mujer a la que le diagnosticaron esta patología y ambos decidieron darle un giro a su vida. El marketing pasó a ocupar un segundo plano y juntos abrieron un restaurante en Madrid.

Camino Foods & Drinks es hoy uno de los locales de moda de la capital, situado en la zona del estadio Santiago Bernabéu, muy cerca del paseo de la Habana. Y este éxito, además de por el trabajo de Víctor, que es quien está al frente del local en el día a día, tiene mucho que ver precisamente con la publicidad que sus hijas y sus amigos influencers han realizado a través de las redes. Pocos seguidores de María, la más conocida de las tres, desconocen que le encanta comer tempura de langostinos tigre y patatas fritas en el restaurante de su padre.

Un habitual en las mesas de Camino, como lo llaman de forma abreviada, es Enrique Ortiz López-Valdemoro, más conocido como ‘padre de Bertín Osborne’. Un hombre que por su avanzada edad no sale demasiado, pero que vive justo en la zona donde está el restaurante y que tiene allí sitio fijo, pues tal como Víctor explicaba en su visita a ‘Mi casa es la tuya’, el programa de Bertín al que María Pombo fue invitada hace unos meses, Enrique cada vez que va pide su mesa, siempre la misma, algo que el personal se toma con humor porque todos le conocen y saben el cariño que el patriarca de las Pombo tiene por él.

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El local es un éxito y hoy en día el medio de vida tanto de él como de su mujer, pero continuar trabajando en ese proyecto no es su única meta. Y es que, aunque hace años que su mujer fue diagnosticada de esclerosis, Víctor continúa muy centrado en toda labor que tenga que ver con restar dramatismo y aportar información real y contrastada para el diagnóstico de la enfermedad. De hecho, sus conocimientos sobre la misma fueron los que le alertaron de que María podía sufrirla igual que su madre cuando comenzó a tener hormigueos en las piernas. Después de realizarse las pruebas pertinentes, se confirmó lo que él temía y su hija lo hizo público, haciendo ver también que con el tratamiento correcto se podía llevar una vida normal, sobre todo si se detectaba a tiempo.

Al margen del trabajo, Víctor, al que en la intimidad conocen como Vituco, también es un gran amigo para sus hijas, con todas tiene una relación excelente y todas, cuando han sido preguntadas en diferentes ocasiones, han utilizado la palabra ‘divertido’ para definirle. Prueba de ello es que no tuvo duda en remangarse y ser el compañero de María en ‘El desafío’, donde ni más ni menos que tuvieron que aparcar dos coches de forma sincronizada. En plató, él aprovechó el momento para dedicarle unas bonitas palabras a su hija: “Es una campeona porque lo ha sacado todo adelante, incluso cuando no creía en ella”.

Otro de los detalles que llamaron la atención en la conversación de Pombo con Roberto Leal, presentador del programa, en plató es que habló de cuatro hijas, y las Pombo solo son tres. La cuarta se llama Gabriela, es la hija de la persona que siempre les ha ayudado en casa, la conocen desde su nacimiento, es ahijada de Víctor y una hermana más para María, Marta y Lucía.

Esta última, que se casa el próximo día 25 con su pareja, Álvaro López Huerta, contará con Gabriela exactamente igual que con sus otras hermanas para que ocupe un papel importante en su gran día. Pero si alguien tiene una misión importante en la boda, ese es Víctor, que llevará a su hija mayor del brazo hasta el altar. Algo que ya tiene ensayado, pues en 2019 primero se casó María, a la que también acompañó, y en septiembre Marta, aunque con menos suerte, pues solo seis meses después se separaba. Ahora está enamorada de nuevo del odontólogo Luis Zamalloa y embarazada de su primer hijo.

Son una piña, de eso no cabe duda. Una familia de esas cuyo chat jamás está en silencio, de las que comparten alegrías y penas, y cuyo motor y nexo de unión es Víctor, el ancla para sus hijas, como así lo han comentado ellas mismas, y también para su mujer, a la que todos califican como muy valiente y de la que admiran su capacidad de superación. No, seguro que no es una familia perfecta, nadie sabe si eso existe, pero felices y unidos están. De eso no cabe duda.