Hablamos con la familia Lladró tras la venta de su colección de arte: "Es lo justo"
Los descendientes de los fundadores de la famosa empresa de porcelanas venden el arte familiar a la Generalitat. Juan Lladró empezó una colección y sus hermanos le siguieron
Desde los años 80, la familia Lladró empezó a coleccionar obras de arte que con el tiempo se han convertido en una de las colecciones privadas más importantes del país. Desde Vanitatis hemos hablado con Rosa, una de las hijas de Juan, cofundador de la famosa empresa, quien señala que la colección es un acto de "amor al arte".
En 2016, Mari Luz Lladró, otra hija de Juan, aprovechó una exposición de la colección de arte familiar para asegurar que "nunca se ha planteado la venta de obras", una colección que destacó como el “tesoro” de la familia. Hasta ahora. Los Lladró han acordado, de forma muy discreta, vender las obras a la Generalitat valenciana.
Las cosas han cambiado, claro, y Rosa Lladró nos cuenta que vender la colección es lo que debía ser. "Es justo que pase al patrimonio valenciano", nos dice. Porque la colección "ha sido proyecto personal de mi padre y mis tíos, por el gusto de recuperar patrimonio valenciano y también redondear nuestro propio museo".
La opinión de la familia es clara, quieren mantener la colección unida y porque consideran que lo que hicieron sus antecesores fue un acto de "generosidad y amor al arte", en palabras de Rosa, la heredera. La venta se ha cerrado por 3,7 millones de euros, según los medios locales. Vanitatis ha intentado hablar con el organismo público, pero no han querido dar detalles de la operación.
Los Lladró empezaron a crear una de las más valoradas colecciones privadas de arte del país hace décadas con la voluntad de reunir a artistas valencianos y mostrarlos al mundo. Según contaba Mari Luz Lladró en la citada exposición de 2016, el arte ha sido siempre "una pasión que ha orientado la vida personal y profesional de la familia”, con lo que las colecciones "crecieron paralelamente a la compañía".
Asesor del Prado
Fue en los 80 cuando Juan Lladró, fallecido en 2017, inició la conocida como colección Lladró. Sus hermanos, José y Vicente, le siguieron en la iniciativa y tuvieron como asesor a Alfonso Emilio Pérez Sánchez, director del Museo del Prado entre 1983 y 1991.
Ese mismo año, los empresarios valencianos decidían sacar de la matriz Sodigei la colección de arte. El movimiento surgió tras un acuerdo con PHI para vender la empresa. Sodigei es la sociedad matriz que ostentaba el control de la compañía valenciana y el 5 de enero de 2016 celebró una junta general extraordinaria donde se votó la venta del 100% de los títulos de esta mercantil, según publicó el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).
La colección la empezaron los hermanos Juan, José y Vicente Lladró Dozl, tres hijos de dos agricultores sin apenas estudios. Fueron ellos quienes en los años 50 a hacer decidieron hacer unas figuritas de barro en un horno moruno. Y 30 años después, abrían una tienda-museo de nueve pisos entre la Quinta Avenida y Central Park. En 1997, otro espacio de 1.200 metros cuadrados en Rodeo Drive.
Crecimiento paralelo
Paralelamente al crecimiento de la sociedad crecía también la colección artística. Querían, han contado en alguna ocasión, "repatriar obras de autores valencianos en el extranjero", aunque más adelante adquirieron otros autores y ampliaron la colección hasta convertirla en un auténtico referente nacional.
No sabemos los motivos que han llevado a los descendientes del fundador a vender la preciada colección. Sí sabemos que en 2007 los tres cofundadores decidieron subastar el holding y el reparto quedó como sigue: Juan se quedó con el 70% de la empresa de porcelana decorativa mientras José y Vicente se repartieron el 30% restante a partes iguales.
La colección de arte que pasará a formar parte del patrimonio de la Generalitat abarca seis siglos de arte, desde el gótico al luminismo valenciano. Entre las piezas destaca un retablo de la Virgen María pintado por el Maestro de Cubells que data de finales del siglo XIV y es una de las primeras obras que se adquirieron.
El proceso de restauración y reparación de las obras, según ha revelado Tarín, se ha realizado durante "dos años, día tras día", y gracias estas labores de preparación se han descubierto detalles hasta ahora desapercibidos como una lágrima en la mejilla de la 'Virgen en Meditación' de Zurbarán.
De Rubens a Pinazo
Alonso Berruguete, Juan de Juanes, Juan Ribalta, Rubens, Mariano y José Benlliure e Ignacio Pinazo son otros artistas presentes en la famosa colección. Un recorrido artístico que se completa con diez figuras "de porcelana y gres en perfecta convivencia con las obras de la exposición" realizadas por autores como Fulgencio García, Salvador Furió o José Puche. Uno de los cuadros más importantes de la colección, la joya de la corona, por así decirlo, es la obra ‘Yo soy el Pan de la Vida’, de Joaquín Sorolla. Es de sus grandes dimensiones y la familia lo adquirió hace décadas.
Así pues, el Museo de Bellas Artes recibirá más de 70 obras de pintores como Sorolla, Pinazo, El Greco, Ribera, Rubens, Zurbarán y Joan de Joanes. Y será el ‘Yo Soy el Pan de la Vida' la gran estrella, sin duda. De 5,5 metros de largo, según Pablo González Tornel, director del museo, enriquecerá mucho el centro artístico, por lo que van a “relanzarlo como colección museográfica", ya que hasta ahora no tenía ninguna obra de Zurbarán y ahora entrarán dos: una de ellas, ‘La virgen en meditación’.
Ha sido el mismo Tornel quien ha alabado la generosidad de la familia Lladró, que "se ha portado fenomenal", ha dicho. Porque hay que tener en cuenta que colección estaba valorada en casi seis millones de euros, pero que al venderla a una institución pública como la Generalitat, han aceptado rebajar su precio a casi la mitad. Porque, según ha comentado Tornel, querían mantener la memoria de Juan Lladró y que la colección no terminara dispersada.
Desde los años 80, la familia Lladró empezó a coleccionar obras de arte que con el tiempo se han convertido en una de las colecciones privadas más importantes del país. Desde Vanitatis hemos hablado con Rosa, una de las hijas de Juan, cofundador de la famosa empresa, quien señala que la colección es un acto de "amor al arte".
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