Hablamos con Manuel Díaz, el Cordobés, después de anunciar su retirada: "Se lo debo a Virginia"

Manuel Díaz cumplió en junio 54 años y se encuentra en un momento de su vida espectacular y estable por muchos motivos. Totalmente recuperado de las operaciones a las que tuvo que someterse. Volvió a torear y ahora se prepara para un futuro diferente donde el mundo taurino estará siempre presente aunque sea desde la barrera.

Presume de una vida familiar feliz con Virginia Troconis, con la que se casó el 6 de febrero de 2004 en Venezuela. De familia muy humilde, solo pudo estudiar EGB y reconoce que el hecho de que sus hijos lo hagan forma parte de su herencia. El año que viene se cumplen treinta años desde que tomó la alternativa y lo quiere celebrar a lo grande como guinda a la despedida oficial, como contó a Vanitatis en la cena organizada por SICAB. La relación con su padre se mantiene en tierra de nadie, pero afirma que “estamos en el mismo puerto”.

Tuviste varios problemas de salud.

Sí, pero totalmente superados. Tuve dos operaciones en estos últimos años con una lesión en la cadera y debían operarme sí o sí. La primera la fui alargando porque me daba pavor entrar en el quirófano y que no quedara bien. Esto fue en 2018 y el resultado fue óptimo. El especialista me dijo que me lo pensara, pero que era importante que me interviniera de la otra cadera. Y le hice caso.

Siempre te has mantenido en un buen estado físico.

Tuve un porrazo bastante fuerte de una cogida en Cádiz y no me quedé bien. De forzar y forzar, el resultado fue una lesión crónica que degeneró en las dos caderas. En 2021 toreé veintiún corridas para probarme. El médico me dijo que cómo iba a hacer eso. Y mi respuesta fue clara: "¿Y qué hago si es mi profesión?". He terminado la temporada con quince corridas y el año que viene cumplo treinta años desde la alternativa.

¿Es verdad que quieres retirarte en el 2023?

Creo que después de tantos años de que Virginia lo pasara mal se lo debo. Ahora estoy en ese momento de mi vida en que me encuentro muy bien, feliz y con ganas de un futuro diferente, pero siempre relacionado con el mundo taurino. Disfrutar de la familia, de los hijos y de Virginia, que no habría hecho nada sin ella. Es una mujer potente con la que he construido una familia.

Cumplirás tres décadas desde que tomaste la alternativa.

Va a ser un año muy especial y cerraré un ciclo de mi vida que me ha hecho ser quien soy. Estoy agradecido a la vida, a mi familia, a mis colegas, a los ganaderos, a los empresarios que me contratan…

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¿Cómo será esa retirada?

Lo tengo en mi cabeza y voy a preparar una grande. El planteamiento es torear treinta corridas por las tres décadas desde mi alternativa. Parece mentira que hayan pasado esos años. Yo era un chiquillo, estaba estudiando EGB y lo dejé. Mejor dicho, no tuve más remedio. Había que sacar la casa adelante. Ahora mi hijo está estudiando Arquitectura y estoy muy feliz y muy orgulloso.

¿Dónde te gustaría empezar y en qué plaza acabar? ¿Empezarías esa celebración en la Maestranza y acabarías en Las Ventas?

Me gustaría que fuera en la Maestranza. La plaza de Sevilla es donde me siento muy cómodo y es un lugar muy especial. Y cerrar en Las Ventas. Respeto mucho Madrid. Ahí toreé la tercera corrida de mi vida y fue cuando comenté que la historia se repetía. Le dije a mi madre que le compraba una casa o la vestía de luto. (Su padre, Manuel Benítez, en su primer cartel importante en 1964, fue el protagonista de la misma frase). Al día siguiente del triunfo tomé a mi madre por banda y dije: 'Venga, mamá, nos vamos a comprar la casa'.

La última vez que nos vimos comentabas que el reencuentro con tu padre estaba cada vez más cerca.

Te voy a decir una cosa: cuando una persona se encuentra en la vida feliz como estoy yo, lo que tenga que pasar, pasará. Estoy en un momento muy especial y tanto para Manuel Benítez como para mí, el final será que estemos juntos. Es el hombre y sus circunstancias. La vida va marcando un camino y aquí no hay culpables.