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La ruta gastronómica de Mario Vargas Llosa en plena tormenta mediática
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BUENA COMIDA

La ruta gastronómica de Mario Vargas Llosa en plena tormenta mediática

En los últimos días, el escritor ha visitado varios de los restaurantes más conocidos de la capital, mientras se habla de la buena sintonía que hay con su exmujer

Foto: Mario Vargas Llosa, hace unos meses. (EFE/Zipi Aragón)
Mario Vargas Llosa, hace unos meses. (EFE/Zipi Aragón)

Son muchos los titulares que ha generado la reciente separación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa después de ocho años de relación. Quizá los más inesperados, los que hablan de una posible reconciliación entre el escritor y Patricia, su mujer durante cinco décadas y la madre de sus tres hijos. Pero él, de momento, permanece ajeno a todos ellos y sin querer entrar en el que ha sido el otro tema de los últimos días, la posible nueva ilusión de la socialité. Ajeno a todo, pero haciendo vida social y una envidiable ruta grastonómica por Madrid, que ha sido la forma elegida por Mario Vargas Llosa para pasar la tormenta mediática.

Y es que en las últimas jornadas, el nobel de literatura ha ido de restaurante en restaurante, disfrutando de la buena comida y una mejor compañía. El domingo, el local elegido para almorzar fue Charrúa, situado en el barrio de Justicia de Madrid. Un establecimiento especializado en carnes y que utiliza técnicas ancestrales para cocinarlas. Y además de tener ante él las mejores piezas y platos, tenía la mejor compañía, ya que con él estaban sus tres hijos, Álvaro, Morgana y Gonzalo. Los cuatro ocuparon una de las mesas que se sitúan en una doble altura de la que consta el salón, el lugar recurrente cuando el escritor peruano come en este apreciado restaurante.

Testigos del momento cuentan a Vanitatis que los Vargas Llosa no pararon de conversar y que algunos de los temas que trataron en la sobremesa fueron los impuestos y Hacienda. Su volumen era absolutamente normal y no estaban hablando precisamente en voz baja, señal de que no tienen absolutamente nada que esconder. Además, el nobel no tuvo ningún problema en atender las peticiones que le hicieron algunos comensales, que se declararon seguidores confesos de su pluma. Con ellos estuvo charlando unos minutos, incluso accedió a hacerse fotos como si de una estrella juvenil se tratara.

No se dio la coincidencia de ambos en esta ocasión, pero no sería extraño, puesto que Charrúa no es solo uno de los lugares que frecuenta Mario Vargas Llosa. También Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler y con la que tiene -o, al menos, tenía- una estupenda relación, es una de las habituales de este restaurante, que además está muy cerca del piso en el que la diseñadora vivió sus mejores tiempos de amor con Iñigo Onieva. El mismo en el que probablemente volveremos a ver pronto a la pareja tras su reciente reconciliación.

placeholder Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler, Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (Instagram)
Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler, Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (Instagram)

Pero no ha sido la única experiencia gastronómica del peruano en los últimos días. Este mismo lunes, al día siguiente de ese almuerzo familiar, visitaba otro restaurante de Madrid. Esta vez, el Saddle, galardonado en 2021 con una estrella Michelin, y donde también disfrutó de un buen almuerzo con posterior sobremesa. Teniendo en cuenta las numerosas noticias que han surgido en los últimos días, es lógico que la prensa esté siguiendo los pasos del escritor, por lo que no faltaron fotógrafos cuando dio por finalizada la comida en este moderno local, de amplios espacios y carta aún mayor.

Eso sí, tanto en la puerta del céntrico piso al que volvió tras la ruptura con Isabel, donde también lo esperaban un par de equipos de televisión, como al salir del establecimiento, la respuesta fue la misma. Se mostró amable, pero declinó hacer ningún tipo de declaración sobre los temas candentes en los que últimamente se ha visto envuelto. Y es que los periodistas tenían mucho que preguntar. Desde su ruptura hasta esa amistad de Isabel Preysler con José Antonio Ruiz-Berdejo, de la que ya sus dos protagonistas han desmentido que sea una relación sentimental.

placeholder Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en el Teatro Real. (EFE)
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en el Teatro Real. (EFE)

Pero, sin duda, el tema estrella es esa posible reconciliación con Patricia Llosa, algo de lo que no ha parado de hablarse desde que salieran a la luz unas fotografías del exmatrimonio en Perú. No sería nada de lo que ocuparse si no fuera porque esas imágenes han sido compartidas por el propio Álvaro, hijo de ambos, y son de hace solo unos meses, cuando la relación del escritor e Isabel Preysler gozaba, al menos de cara al exterior, de buena salud. Un gesto de Álvaro Vargas Llosa con la posible intención de hacer ver que son una familia unida.

No siempre fue así, por supuesto. Al conocerse el noviazgo de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, los hijos del escritor, especialmente Morgana y Gonzalo, se posicionaron al lado de su madre, cortando prácticamente toda relación con él. Una situación muy diferente a la que viven estos días. Tres hermanos unidos y respaldando a Mario Vargas Llosa tras la ruptura, disfrutando con él de los planes gastronómicos mientras amaina la tormenta mediática.

Son muchos los titulares que ha generado la reciente separación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa después de ocho años de relación. Quizá los más inesperados, los que hablan de una posible reconciliación entre el escritor y Patricia, su mujer durante cinco décadas y la madre de sus tres hijos. Pero él, de momento, permanece ajeno a todos ellos y sin querer entrar en el que ha sido el otro tema de los últimos días, la posible nueva ilusión de la socialité. Ajeno a todo, pero haciendo vida social y una envidiable ruta grastonómica por Madrid, que ha sido la forma elegida por Mario Vargas Llosa para pasar la tormenta mediática.

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