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Jaime del Burgo 'resucita' y habla (mucho) en el nuevo libro de Jaime Peñafiel sobre Letizia
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CONFIDENCIAS

Jaime del Burgo 'resucita' y habla (mucho) en el nuevo libro de Jaime Peñafiel sobre Letizia

El empresario, que fue testigo en la boda de los Reyes y tuvo un breve matrimonio con Telma Ortiz, vive entre Londres y California desde hace años

Foto: Jaime del Burgo, en una foto de hace años. (Cordon Press)
Jaime del Burgo, en una foto de hace años. (Cordon Press)

"Fue la mejor decisión que tomé en mi vida, escapar de una sociedad cainita sin igual. El terrorismo dejó una huella profunda en mi infancia, adolescencia y primera juventud. Esta decisión me procuró una mente fuerte y un carácter inquebrantable. Quizás por ello nunca me he visto afectado por las calumnias que se han dicho de mí con el empeño de convertir a este testigo de la vida de algunos en un ser no creíble", dice Jaime del Burgo.

Lo hace en el libro que publica este 21 de noviembre el periodista Jaime Peñafiel, 'Letizia y yo' (Arcopress), donde el veterano cronista hace lo que él considera "una obligada aportación para que se conozca la verdad sobre la vida de una mujer cuya existencia es distinta a la de los demás españoles, solamente por su condición de consorte de Felipe VI".

Una de las fuentes declaradas que han servido para construir este nuevo libro sobre la esposa de Felipe VI es el empresario Jaime del Burgo, antiguo amigo de la Reina y testigo de su boda con el entonces Príncipe de Asturias. Tras mantener un noviazgo y un matrimonio fugaces con Telma Ortiz, el hijo del histórico político navarro decidió desaparecer de la actualidad española. Sin embargo, en los últimos meses ha mantenido "conversaciones telefónicas" y ha "intercambiado correspondencia" por mail con Jaime Peñafiel, "haciéndolo conocedor de hechos relevantes" de su vida privada. En el libro se incluye un consentimiento firmado por Del Burgo para poder hacer públicos esos pasajes.

placeholder Portada de la revista '¡Hola!' con la boda de Telma Ortiz y Jaime del Burgo.
Portada de la revista '¡Hola!' con la boda de Telma Ortiz y Jaime del Burgo.

Del Burgo habla en primera persona en varios fragmentos del libro que ahora se publica, empezando por cómo vivió la abdicación de Juan Carlos I, que, asegura, él mismo intentó parar: "Días antes de que el rey abdicara, intenté evitar la ceremonia mediante una conversación que mantuve con el jefe de la Casa. La información que le transmití sé que nunca llegó a oídos del interesado; al contrario, fue usada para propiciar su renuncia. Quizás algún día me plantee hacer una tesis doctoral en derecho sobre el vicio en el consentimiento y aquella abdicación histórica. 'Compórtate', me dije a mí mismo. ¿Frente a la injusticia? ¿Convertirme en un Sancho glotón y perverso? ¡Nunca! Las guerras intestinas en una familia son una cosa, pero ensañarse con un anciano indefenso es otra. ¿Desterrado a morir en tierra de moros? ¿Por qué? Morir lejos de casa es de lo peor que a uno pueda pasarle".

Continúa diciendo: "El día que el CNI desvalijó mi casa de Genthod, a las afueras de Ginebra, en el número 9 de la rue de Village, buscando lo que siempre estuvo y sigue custodiado en una caja fuerte de una institución financiera con la orden expresa de ser entregado al defensor de mi memoria en caso de muerte accidental o prematura, ese día, digo, también me comporté a la vista de toda mi intimidad vilipendiada".

"Hoy le he pedido a Letizia que colabore para que el rey pueda morir en su casa y en su patria. Los elefantes viejos regresan al lugar donde nacieron"

Hoy día el emprendedor se ha desvinculado por completo de España, donde no tiene "ni siquiera una cuenta corriente". Desvela que se volvió a casar con una mujer sueca y que sus hijas también lo son. Trabaja con computadores cuánticos. Su pasado público parece ahora un mal sueño.

"Los años que me queden, los viviré entre Londres y Carmel, en California, las raíces que he decidido darles a mis hijas", anuncia, y desvela que su memoria le está fallando. "Mis memorias, que comencé a escribir cuando tuve conocimiento de que, más temprano que tarde, perderé mis recuerdos, serán las memorias de un donnadie que cambió el dictado de su destino natural para terminar siendo un vagamundo universal al que le han pasado muchas cosas".

placeholder Del Burgo, fotografiado en España, en una imagen de archivo. (CP)
Del Burgo, fotografiado en España, en una imagen de archivo. (CP)

También revela Peñafiel en su libro que, de alguna manera, Del Burgo y la reina Letizia mantienen contacto: "Hoy le he pedido a Letizia que colabore para que el rey pueda morir en su casa y en su patria. Los elefantes viejos regresan al lugar donde nacieron. Aunque Juan Carlos nació en Roma, por accidente, su casa es España. Es lo que haré yo también. Un día marcharé desde donde esté y regresaré a Pamplona. He tenido una vida intensa, he hecho muchas cosas fuera de España de las que nadie sabe, y para mí es importante que mis hijas puedan defender mi honor con la verdad el día que falte. Hay un rey puesto por el BOE. Y hay otro que vive a cuarenta grados a la sombra y que, en mi modesta opinión, lo sigue siendo, según mi interpretación del derecho y de las leyes de la razón natural aplicadas a las circunstancias del caso".

A pesar de no estar de acuerdo con el exilio forzoso de Juan Carlos, Jaime del Burgo transmite en varias ocasiones a Peñafiel su buena opinión del rey Felipe, al que describe como un hombre inteligente y "de buen corazón". Lo comprobó cuando negociaron las capitulaciones matrimoniales antes de la boda del Príncipe (Del Burgo actuaba entonces como consejero de la novia). "Felipe prometió a Letizia que, en caso de que el matrimonio no llegara a buen término, cuidaría de ella y respetaría sus derechos como madre si para entonces tenían descendencia".

"Felipe prometió a Letizia que, en caso de que el matrimonio no llegara a buen término, cuidaría de ella y respetaría sus derechos como madre"

"Más tarde vendría la segunda promesa, todavía y siempre en vigor, la mía propia hacia Letizia. Consistente en que, en caso de no cumplir Felipe, lo haría yo por él en cuanto al cuidado de su bienestar y la protección de su persona. Y que impugnaríamos, si llegaban a darse las circunstancias, los términos de la regulación de la custodia".

La relación de Jaime del Burgo y la joven Letizia Ortiz comenzó en Venecia, y tuvo, según explica el hijo del político navarro, "cuatro etapas". Asegura que en un momento dado, antes de saber que la periodista mantenía una relación con Felipe de Borbón, quiso casarse con ella. "La última etapa de esta aventura finalizó con una cena en el jardín del hotel Ritz de Madrid", el empresario "llevaba un anillo de pedida de matrimonio en el bolsillo". Nunca pudo hacerle la proposición porque en esa misma cena ella le confesó que había conocido a un hombre que le cambiaría la vida.

placeholder Jaime del Burgo y Telma Ortiz, durante su matrimonio. (CP)
Jaime del Burgo y Telma Ortiz, durante su matrimonio. (CP)

Meses después se anunció el compromiso. "La primera llamada que recibí fue la de Pedro J., junto con la de Juan Villalonga, ex de Telefónica, que entonces era mi socio. Fue una llamada a tres. Pedro J. iba a publicar un titular tremendo, y le dije que moderara la información, aunque no le hablé de nuestra relación [Juan la conocía; Pedro J., no…, no entonces]. Sólo le dije que la conocía bien y le hablé de su valía como periodista".

Durante un tiempo, Jaime del Burgo formó parte de la vida familiar de los Príncipes, según su versión. Ellos le invitaron a Baqueira y a Marivent. "Con Felipe tuve una gran relación de amistad. Yo le contaba mis problemas, y él, los suyos", asegura. "Pero en agosto de 2011 fue la única vez que discutimos [con Letizia]. En Marivent. Y en noviembre de ese año, encontrándome en Londres, recibí una llamada. Fue muy breve: 'No podemos seguir viéndonos'. Y colgó".

Asegura que guarda todas las pruebas de su relación con la reina Letizia, "fotografías, vídeos, móviles, SMS" en una caja fuerte de un banco

Pocos años después vendría la boda con la hermana de la Reina, Telma Ortiz, a la que ya conocía. Su relación se intensificó un día que coincidieron en Zarzuela con Felipe y Letizia, y terminaron yéndose los cuatro al cine. "Al salir, llovía a mares, y, en lugar de regresar en el coche con los príncipes, lo hice en el de Telma. Cuando llegamos al Pabellón del Príncipe, llovía tanto que no pudimos salir. Y allí estuvimos cerca de una hora hablando. Me pidió que fuera un día a visitarla a Barcelona, donde entonces vivía. Y es lo que hice. La llamé y fui. Le dije que su hermana no debía saber que había ido. No se sorprendió. A ella también le había prohibido verme".

Después vino la celebración de la boda con Telma y el divorcio, de mutuo acuerdo, dos años después. Y él decidió alejarse de la vida pública. Asegura que guarda todas las pruebas de su relación de amistad con la reina Letizia, "fotografías, vídeos, móviles, SMS" en una caja fuerte de un banco.

"Fue la mejor decisión que tomé en mi vida, escapar de una sociedad cainita sin igual. El terrorismo dejó una huella profunda en mi infancia, adolescencia y primera juventud. Esta decisión me procuró una mente fuerte y un carácter inquebrantable. Quizás por ello nunca me he visto afectado por las calumnias que se han dicho de mí con el empeño de convertir a este testigo de la vida de algunos en un ser no creíble", dice Jaime del Burgo.

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