María Fernandez-Rubíes explica cómo fue su operación por diástasis abdominal

Hace ya más de un año que María Fernández-Rubíes dio a luz a su segundo hijo, Patricio. En su momento, compartió con sus seguidores en redes sociales algunos aspectos del embarazo y explicó que esa nueva maternidad le había provocado un leve problema de salud: la diástasis abdominal. No ha sido hasta hoy cuando la ‘influencer’ ha decidido explicar cómo empezaron a surgir los síntomas de esta condición, cómo fue la operación y cuáles fueron los cuidados que tuvo que aplicar después de la cirugía.

"Después de mi embarazo con Patricio, mi recuperación a nivel abdominal no estaba yendo como debería haber ido para el trabajo que estábamos haciendo”, ha escrito María. Tras varias pruebas, los médicos que la estaban tratando vieron que tenía diástasis quirúrgica y varias hernias. Al parecer, esta condición se convierte en quirúrgica cuando la diástasis supera los tres centímetros, y la de María alcanzaba ya los 4,2 centímetros. “Con ejercicio no fue suficiente, esperé un año, y durante ese año trabajé mucho en la rehabilitación de la musculatura profunda sin experimentar grandes cambios”, ha admitido. De hecho, la influencer dio a luz el 31 de enero de 2023 y no fue hasta el 16 de enero de 2024 cuando pasó por el quirófano.

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H. Tomás

Sobre los síntomas, María ha contado que tenía dolor de espalda y abdominal, problemas digestivos y, además, cambios a nivel estético. “Los problemas digestivos me molestaban bastante y fueron un factor importante”, ha destacado. Por suerte, y después de 12 meses de preparación, María pudo poner remedio a su diástasis abdominal. "El día de la cirugía dormí prácticamente todo el día y tuve que pedir morfina, me dolía bastante la espalda”, ha recordado.

Recuperarse de cualquier intervención quirúrgica no es un trabajo fácil. Según la experiencia de María, la primera semana fue “muy limitante”, aunque asegura que el dolor está “súper controlado”. “Tened en cuenta que utilizamos el abdomen para todo y que la recuperación en las primeras dos semanas es clave”, ha advertido. Para la influencer, fue un proceso “tedioso” porque tuvo que llevar durante unos días unos drenajes y eso requería la ayuda de otra persona. “Yo me fui una semana a vivir a casa de mis padres y tuve a mi madre ayudándome en todo lo que necesitaba las 24 horas del día”, ha recordado.

Durante ese periodo, su marido, Manu Rosada, se quedó en la vivienda familiar con los niños. Y aunque dos semanas después de la cirugía María pudo disfrutar de un viaje en Copenhague, ha asegurado que lo hizo bien asesorada y con la ayuda necesaria.