Teresa Gimpera tras su muerte: la herencia de una modelo, actriz y también empresaria
La catalana fallece a los 87 años y deja un bonito recuerdo entre todos quienes la conocían. Representaba una época y una Barcelona ya desaparecidas.
Al saber que había muerto Teresa Gimpera, lo primero que hizo Álex Maspons es ir a su teléfono para llamar a sus padres. Quería contarles que su gran amiga había fallecido, y en ese justo momento se dio cuenta de que sus padres tampoco están. Eso es algo, cuenta a Vanitatis, que todavía le deja en shock.
“Con la muerte de Teresa, tan querida en casa, sé que ahora estarán los tres juntos”, cuenta el hijo del fotógrafo Oriol Maspons y Coral Majó. “Muy querida”, repite. Si hay algo en lo que todos los que conocían a Gimpera coinciden es en hablar maravillas de ella. Lo hacen tanto amigos como conocidos de profesión.
Modelo y actriz respetada, era también empresaria y a finales de los 80 montó con su amiga Carmen Romero, más conocida como ‘Romy’. La Escuela de Modelos Gimpera fue pionera en el país y rompió moldes. Era una escuela de modelos a la que se apuntaban niñas de todas las clases sociales, aunque en su mayoría eran hijas de familias con posibles, adineradas, que querían probar suerte como había aprobado ella.
Su hijo a las riendas
Además, daban clases de saber estar y de protocolo, con lo que muchas familias apuntaban a sus hijas para que aprendieran a caminar, a saber estar y tener una buena conversación. Lla empresa duró hasta principios del año de los años 2000, cuando Gimpera decidió cerrarla. Ahora sigue pero con otros propietarios. Decidió que la gestión la llevara a su hijo, Job Sarsanedas, quien todavía sigue apareciendo en el registro mercantil como antiguo administrador de la sociedad. La modelo creó esa empresa y abandonó todo lo demás, porque el negocio le sirvió para abandonar un mundo que había sido un escaparate para su carrera, pero también una trampa envenenada.
Teresa había hablado muchas veces de los abusos que había sufrido por parte de muchos empresarios en el mundo del cine y de la moda, que pretendían aprovecharse de la juventud de las modelos y actrices. A ella misma le habían hecho propuestas ‘indecentes’, contaba, que entonces rechazó con su inolvidable y firme carácter. Bella, sin duda, y también inteligente, Teresa Gimpera siempre recordaba que se había roto los cuernos a trabajar para dar una buena vida a sus hijos y que nunca logró ser rica del todo. Tuvo tres hijos y la desgracia cayó sobre ella cuando uno de sus niños falleció víctima de sida tras más de 10 años con drogodependencias.
Piso tutelado
Casada dos veces, la modelo y actriz logró labrarse una vida fuera del foco con su empresa, una buena visión que la ha ayudado hasta el final de sus días a vivir con tranquilidad. Fallecía a los 87 años, este pasado martes 23 de julio, en su casa, un piso tutelado en el que se había instalado hace unos años para poder vivir su vejez sin tener que depender de nadie. Un sueño para muchos jubilados.
Había abandonado su piso en la calle Copérnico, situado en la zona alta de Barcelona, barrio que paseaba siempre con ese aire de distinción que la caracterizaba. Con un pelo rubio platino, labios rojos y una gran altura, siempre destacó entre la multitud. Era muy habitual verla caminar por la calle Muntaner con Copérnico durante años para ir a la peluquería New Look, una de las más prestigiosas de Barcelona, creada además por su amiga Romy.
Biografías varias
La vida de Gimpera ha dado para varios libros, que ella mismo escribió, y siempre aparece Begur, un pueblecito de la Costa Brava, como punto de refugio. En este rincón montó una heladería, con ese espíritu emprendedor, junto a su segundo marido, el americano Graig Hill, fallecido en 2014 aquejado de Alzheimer.
Ay, Gimpera, qué valiente fuiste siempre, qué buenos días en Begur, con Craig en vuestra heladería. J’arrive, ma belle : Muere la actriz y modelo Teresa Gimpera a los 87 años https://t.co/lpvrHMd4Gy vía @el_pais
— Maruja Torres (@MistralS) July 23, 2024
Álex Maspons todavía recuerda aquellos veranos con sus padres y los amigos de sus padres entre las rocas de las calas de Begur, en las casas de todos ellos. Lo recordaba también al fallecimiento de Gimpera Maruja Torres: “Ay, Gimpera, qué valiente fuiste siempre, qué buenos días en Begur, con Craig en vuestra heladería. J’arrive, ma belle”.
Ese “ya llego, mi bella” de Torres resume a la perfección la desaparición de una generación que fue clave en la Barcelona de los 60, 70 y 80, una ciudad que respiraba libertad y ganas de diversión y que poco a poco ha ido desvaneciéndose. Este jueves se celebra el funeral en Barcelona y allí estarán todos aquellos que todavía hablan de ella y siempre lo hacen con cariño.
Al saber que había muerto Teresa Gimpera, lo primero que hizo Álex Maspons es ir a su teléfono para llamar a sus padres. Quería contarles que su gran amiga había fallecido, y en ese justo momento se dio cuenta de que sus padres tampoco están. Eso es algo, cuenta a Vanitatis, que todavía le deja en shock.