Esta es la forma correcta de cortar y freír las patatas para mejorar tus tortillas

• Esta es la receta de tarta de queso en airfryer definitiva: cómo conseguir que quede como tu favorita
• 5 postres para Navidad más allá del turrón: cómo sorprender en la casa de tu familiar de forma dulce

La tortilla de patatas, también conocida como tortilla española, es un plato emblemático de la gastronomía española. Aunque parece sencilla, su elaboración tiene secretos que pueden marcar la diferencia entre una tortilla común y una extraordinaria. Uno de los aspectos más importantes es cómo se preparan las patatas. Desde el corte hasta la fritura, cada paso es crucial para obtener una textura y sabor perfectos.

El primer paso hacia una tortilla excepcional es el corte de las patatas. Este detalle, que a menudo se subestima, define la textura final del plato. Lo ideal es cortar las patatas en rodajas finas, de unos 2-3 milímetros de grosor, o en cubos pequeños si se busca una textura más granulada. Las rodajas finas permiten que las patatas se cocinen uniformemente y absorban mejor el aceite, logrando una textura melosa que se integra a la perfección con el huevo. Para garantizar uniformidad en el corte, lo mejor es usar un cuchillo bien afilado o una mandolina.

La fritura es el siguiente paso clave en el proceso. Freír las patatas no implica simplemente dorarlas; la técnica adecuada es confitarlas. Esto consiste en cocinarlas a baja temperatura en abundante aceite, lo que asegura que queden tiernas y ligeramente doradas sin quemarse. El aceite de oliva virgen extra es la mejor opción por su sabor único y su estabilidad al calor.

Para controlar la temperatura, es importante mantener el aceite entre 120 y 150°C. Si no se dispone de un termómetro, un truco es probar con un trozo de patata: debe burbujear suavemente al entrar en el aceite. Este proceso de confitado suele tomar entre 15 y 20 minutos, removiendo ocasionalmente las patatas para evitar que se peguen o se doren en exceso.

Otro punto importante en la preparación es decidir si se añade cebolla a la tortilla. Este debate eterno divide a los amantes de este plato. Si decides incluirla, la cebolla debe picarse en trozos finos y añadirse a la sartén con las patatas a mitad de la cocción. La cebolla aporta dulzura y jugosidad, pero debe estar bien cocinada para que no sobresalga en el sabor final de la tortilla.

Una vez que las patatas estén listas, es fundamental escurrirlas bien para eliminar el exceso de aceite antes de mezclarlas con los huevos batidos. Este paso permite que las patatas absorban el huevo de manera uniforme, creando una mezcla homogénea. Se recomienda dejar reposar esta mezcla unos minutos para que los sabores se integren. Por último, la mezcla se vierte en una sartén con un poco de aceite caliente y se cocina a fuego medio, ajustando el tiempo según se prefiera una tortilla más jugosa o más cuajada.