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Tita Cervera nunca ha sido una niña buena
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Tita Cervera nunca ha sido una niña buena

“Cuando era jovencita era muy romántica, leía poesía todo el rato, escuchaba música clásica…”, dice la baronesa Thyssen en el último número de Interviú, en conversación

Foto: Tita Cervera nunca ha sido una niña buena
Tita Cervera nunca ha sido una niña buena

“Cuando era jovencita era muy romántica, leía poesía todo el rato, escuchaba música clásica…”, dice la baronesa Thyssen en el último número de Interviú, en conversación con el escritor Juan José Millás. Una entrevista que ha levantado ampollas ya que ha vuelto a poner en evidencia la querencia de Tita Cervera por adornar con retoques literarios cualquier aspecto de su vida. Se reconoce poderosa, una enamorada de la pintura y de sí misma. “¿Por qué voy a cambiar si soy yo y me quiero?”, comenta con Millás, que no parece muy contento con el resultado final.

“Se suponía que yo era una niña buena”, comenta al respecto de su desnudo en Interviú hace más de 30 años. Pero, bien es cierto, que en sus años locos, como cualquier joven de su grupo social, ni escuchaba a Vivaldi ni leía a Bukowski porque estaba más interesada en vivir la noche en lugares como Griffin’ s o Mau Mau, los sitios de moda por entonces. Tampoco encarnaba el prototipo de niña buena al uso. Para muestra las películas del destape, como El Calzonazos,  donde sin pudor mostraba su fisionomía como lo hicieran Norma Duval, Beatriz Escudero o Isabel Luque.

En aquel momento su historial académico o sus intereses en la literatura universal no interesaban. El barón tampoco ocupaba su corazón porque no existía en su horizonte cercano ni en el futuro. Y eso que, desde sus tiempos mozos, siempre mostró un gran interés por las ciencias ocultas. “Una vez  fui a un astrólogo y me dijo: ‘Diviértete todo lo que quieras ahora porque luego tendrás mucho trabajo, vas a estar dedicada a una persona muchísimo’. Yo no sabía por qué lo decía, pero cuando conocí a Heini, me di cuenta”, comenta. Aunque ésta no fue ni la primera ni la última experiencia paranormal de la ex Miss España metida a baronesa y merchante de arte.

“Cuando murió Lex Barker [con quien estuvo casada], Linda Evans (actriz de Dinastía) me llevó a una médium y hablé con él. Le pedí una prueba. Él me dijo que iba a entrar un gato por la habitación, llamé a mi madre y así fue. Linda Evans casi se desmaya”, dice. Su madre también era muy intuitiva y, al igual que la propia Carmen Cervera, siempre le interesó el mundo de la videncia. Una afición que ha vuelto a estar en la picota informativa después de que, hace unas semanas, se pusiera en manos de una especialista en leer los posos del café para recuperar a su hijo, con quien no se habla desde hace unos meses.

Según contó Vanitatis, la baronesa ha llegado a recorrer más de 7.000 kilómetros hasta la isla de Cuba, donde ha visitado a algún que otro santero de La Habana, para intentar salvar a su hijo Borja. Hace muchos años un vidente le dijo que su hijo podía encontrar la muerte. Puso tierra de por medio, se marchó a Cuba y no paró hasta escuchar que eso no era verdad”, comentó Juan Carlos Arlandis, quien fuera su vidente oficial y un gran amigo.

Las lagunas mentales de Tita Cervera, acostumbrada a tratar en un mismo día con la infanta doña Pilar que con Sara Montiel, ya quedaron patentes en las ‘desmemorias’ que hace unos meses publicó la revista Hola en diferentes entregas. Y lo ha vuelto a hacer ahora al definirse como una niña buena. Rabitos de pasa debería tomar la baronesa, que hace 30 años, hablaba de cosas que las niñas buenas de verdad callan.


 

“Cuando era jovencita era muy romántica, leía poesía todo el rato, escuchaba música clásica…”, dice la baronesa Thyssen en el último número de Interviú, en conversación con el escritor Juan José Millás. Una entrevista que ha levantado ampollas ya que ha vuelto a poner en evidencia la querencia de Tita Cervera por adornar con retoques literarios cualquier aspecto de su vida. Se reconoce poderosa, una enamorada de la pintura y de sí misma. “¿Por qué voy a cambiar si soy yo y me quiero?”, comenta con Millás, que no parece muy contento con el resultado final.