Tamara Falcó sobre su hermana Ana Boyer: “Está destrozada”
La hija de Isabel Preysler aparecía por primera vez en un acto público tras el fallecimiento de su “tito Miguel”, como llamaba cariñosamente a Boyer
Era la primera aparición pública de Tamara Falcó tras la muerte de “tito Miguel” –así llamaba cariñosamente a Boyer porque ejerció como “un segundo” padre con ella–. Más seria que de costumbre, pero tan encantadora como siempre, llegó acompañada de su ‘no’ novio, Enrique Solís, el benjamín de Carmen Tello y de Miquel Ángel de Solís y Martínez Campos, XI marqués de la Montilla.
Con su habitual deje, admitió que “es muy buen amigo, es una persona con un gran corazón y tras la pérdida de mi tío Miguel se preocupó mucho por mí. En el futuro no sé si será mi novio, ya lo sabréis todos (risas). Me divierte que me cuelguen novios, esta semana ya van tres”.
El misticismo se apoderó de ella cuando recordó al tercer marido de su madre: “Ahora mismo siento nostalgia porque ha sido un hombre maravilloso. No sientes pena porque sabes que está en un sitio mejor. Lo que más recuerdo de él son momentos tan maravillosos como cuando me enseñó a nadar y cuando escribió una novela mientras esperaba a que se arreglara mi madre, ya que esa situación le desesperaba. Fue una luz que tuve en mi vida y doy gracias por haber conocido a alguien tan especial”. Además, aseguró que su madre y su hermana “lo están pasando mal” y que su hermana, en particular, “está destrozada”.
“Todo ocurrió muy rápido”
La hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón, que nos tiene acostumbrados a ser tan fresca y dicharachera, se mostró cauta y muy pensativa ante según qué preguntas relacionadas con el fallecimiento de Boyer. Es cierto que Isabel organizó el funeral rápidamente y que pidió a sus hijos que no vinieran, pero “Si Fernando Verdasco se esforzó por venir desde China para asistir al funeral –lo hizo en vuelo de línea regular– y tu hermano Enrique tiene avión privado en el que podía haber viajado también Chabeli y no lo hicieron a pesar de ser adultos para tomar sus propias decisiones ¿qué pasó?”. Ante la pregunta, Tamara abrió los ojos como platos, frenó su espontaneidad y calculó sus palabras: “Fernando es estupendo. Me hubiera encantado que hubieran venido, pero tal y como mi madre me dijo era imposible, ya que lo quería hacer todo lo más rápido posible. Llamó al padre Ángel y se hizo la misa, que ya es algo, porque Miguel no era religioso”. Además, Tamara aseguró que no habrá funeral en las próximas semanas.
De momento, Enrique y Tamara rentabilizan su ‘no relación’, en este caso en un acto de una firma nupcial. La joven, a sus casi 33 años, no piensa en boda y asegura que no sabe qué tipo de vestido se pondría en ese día tan especial porque le ha de llegar la inspiración. De momento, está planeando en lanzar en breve junto a una amiga una empresa. Será toda una sorpresa.
Era la primera aparición pública de Tamara Falcó tras la muerte de “tito Miguel” –así llamaba cariñosamente a Boyer porque ejerció como “un segundo” padre con ella–. Más seria que de costumbre, pero tan encantadora como siempre, llegó acompañada de su ‘no’ novio, Enrique Solís, el benjamín de Carmen Tello y de Miquel Ángel de Solís y Martínez Campos, XI marqués de la Montilla.