Teresa Andrés y sus otros dos vestidos de novia: de los volúmenes XXL a la minifalda

Este pasado viernes 8 de julio, la pareja formada por Teresa Andrés Gonzalvo e Ignacio Ayllón vivía uno de los días más felices de su vida al contraer matrimonio en el monasterio de El Puig de Santa María, ubicado cerca del centro de Valencia.

Rostros de lo más conocidos de las redes sociales como María Pombo, Dulceida o Laura Escanes, entre otros, no faltaron a esta cita.

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Patricia Izquierdo

Tres fueron los vestidos de novia firmados por Navascués que lució la novia. No tardamos en ver el primero de ellos, diseñado por Cristina martínez-Pardo, alma mater de la marca, una prenda que a simple vista parecía un dos piezas compuesto por una falda de corte recto y un corpiño con manga larga y escote triangular inspirado en el del traje de fallera. Completamente envarillado y armado, sin duda reflejaba su pasión por esta fiesta que con tanto orgullo ha celebrado desde pequeña.

Para los zapatos escogió el famoso modelo Hangisi de Manolo Blahnik, en color blanco, con el que Sarah Jessica Parker en su papel de Carrie Bradshaw caminó al altar.

No obstante, el plato fuerte fue el velo elegido: una mantilla que perteneció a una de las casas reales más importantes de Europa. Confeccionado en 1832 con la técnica del encaje de Bruselas y el punto de aguja, se trató de una pieza única de más de 3 metros de ancho. Su dueña, de la que no ha trascendido la identidad, lo preservó con tal dedicación que cinco generaciones después fue adquirido por la socialité y aristócrata estadounidense Bárbara Hutton para casarse en 1933 con el príncipe de Georgia Alexis Mdivani en una de las grandes bodas de la época. Tan solo estuvieron casados tres años, por lo que el velo fue cambiando de manos hasta que Antigüedades Me Encanta (los mismos que cada año visten a Teresa de fallera) se lo hicieron llegar a la novia.

Pero aún nos faltaba ver los otros dos diseños que lució en su gran día Teresa Andrés Gonzalvo. Gracias a las redes sociales, ya sabemos cómo fueron estos vestidos. El segundo de ellos estaba inspirado en el estilo de la diseñadora de moda francesa Stéphane Rolland que da nombre a una marca de alta costura que Teresa Andrés Gonzalvo adora.

Se trató de un diseño de Navascués, de manga larga y pronunciadas hombreras, que marcaba la estilizada silueta de la novia y en el que destacaban unos volúmenes de tela XXL que caían desde el hombro izquierdo hasta la cintura. Este fue el diseño escogido por Teresa para realizar su aparición en la fiesta posterior a la ceremonia.

Quedaba la sorpresa final, el tercero de los vestidos. Un diseño también de Navascués que no dejó indiferente a nadie. La apuesta fue arriesgada. Teresa se decantó por un diseño completamente alejado del estilo de novia tradicional. Se trató de un dos piezas compuesto por un cuerpo palabra de honor envuelto en tul y mangas de del mismo tejido, desmontables, que le cubrían parte del escote, así como una minifalda también envuelta en tul.

El diseño le permitió bailar y disfrutar de la fiesta nocturna con comodidad. Destacó el complemento que lució a juego con este diseño: una gran pamela blanca envuelta en tul que cubría la mitad de su rostro.