Iñaki Urdangarin celebra el que puede ser su último cumpleaños en familia

La espera de la sentencia se hace dura para los exduques de Palma y sobre todo para la familia Urdangarin, que son ahora el único apoyo aparente después de los desafíos de la infanta Cristina a su hermano Felipe VI. Uno de ellos, quizá el más importante, su negativa a renunciar a sus derechos dinásticos. En este ambiente tan poco propicio para las reuniones multitudinarias como sucedía cuando los Urdangarin Borbón eran la pareja perfecta, lñaki celebra su 49º cumpleaños con poco ruido y con un almuerzo familiar.

Al ser domingo los hijos no tienen colegio y la sobremesa se puede alargar hasta bien entrada la tarde, como ha sucedido en otras ocasiones. El único que faltará será Pablo, que estudia este curso en Estados Unidos y felicitará a su padre a través de Skype. Como en años anteriores, el comedor se adornará con globos, una costumbre adoptada de los años que vivieron en Washington, según contaban en su día amistades de Barcelona.

Esta vez el cumpleaños es diferente porque es el último antes de conocerse la sentencia y de ahí que algunos parientes directos hayan querido volar a Ginebra para compartir el fin de semana. Clara y Mikel también sirvieron de apoyo emocional al hermano y cuñada este verano, cuando acudieron al polígono Son Rossynol habilitado para el juicio por el caso Nóos. La madre Claire Liebaert también comparte la reunión festiva en la ceremonia de apagar las velas de la tarta. La matriarca del clan Urdangarin pasa muchas temporadas en la piso del barrio de Florissant con sus nietos. Una manera de dar apoyo y calor a su hijo preferido. Dicen en Vitoria que la madre no perdona a la familia directa de su nuera lo que no han sido capaces de hacer por él. “Sigue convencida de que tanto la infanta como Iñaki no han hecho nada deshonroso. Es una mujer fuerte, pero desde el juicio de este verano está más apagada”.

Para los exduques de Palma, que públicamente solo se relacionan con la Reina Sofía, la infanta Elena, Froilán, Victoria y los Borbón Dos Sicilias, el apoyo de la familia Urdangarin es fundamental. De ahí que este domingo sean algunos de ellos lo que arropen en Ginebra al matrimonio y sus hijos.

El perfil bajo que ha mantenido estos últimos meses marca las pautas de este día. No hay convocatoria de amigos porque en Ginebra el matrimonio se relaciona muy poco con personas ajenas a su círculo de toda la vida. Aseguran a Vanitatis que la desconfianza marca sus vidas: “A lo más que llegan es a mantener cierta relación con los padres de los amigos de sus hijos, pero nada de intimidad con ellos. Y más el padre que la infanta, que es mucho más cautelosa. Los niños también saben que no hay que comentar nada de lo que sucede en la casa”. Por no fiarse, ni tan siquiera mantienen conversaciones de interés con el móvil. De ahí los viajes secretos de Urdangarin a España para definir estrategias con su abogado. La infanta lo tiene más fácil porque su trabajo en La Caixa sirve de excusa para esos desplazamientos más personales.

La vida de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina cambió radicalmente cuando el juez Castro inició la instrucción por su implicación en el caso Nóos. Hasta ese momento familia directa y amigos íntimos confiaban en que la complicada situación de ambos no tendría repercusión judicial en el caso de la hija del anterior jefe del Estado. No sucedió así y Cristina compareció junto a su marido en la Audiencia de Palma. A partir de ese momento comenzó la cuenta atrás para la resolución del caso. El matrimonio espera en su casa de Ginebra (Suiza) la sentencia en la que el fiscal solicitaba para el ex duque 19 años y medio de prisión y la exención para su mujer.

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