La alargada sombra de Letizia: el mal trago de la primera dama cubana tras la visita real

El histórico viaje oficial a Cuba que los Reyes de España realizaron el pasado 12 de noviembre generó una gran cobertura mediática. El contexto político fue uno de los motivos y la reina Letizia, como suele suceder con todas y cada una de sus apariciones, otro.

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El comportamiento de los Reyes durante el viaje, sus gestos y su complicidad fueron analizados con lupa. También los estilismos elegidos por la reina Letizia para la ocasión, como es habitual, fueron escudriñados y mostrados para deleite de los fanáticos de la Casa Real y de la moda en particular.

Y es en este último punto donde nos tenemos que detener. La fama de la reina Letizia como icono de elegancia y estilo es por todos conocida. En su viaje a Cuba volvió a deslumbrar con una serie de looks que no dejaron indiferente a nadie. Vestidos de lunares, el color rojo (uno de sus favoritos) o blancos mediterráneos fueron sus grandes apuestas.

Muy esperado fue el paseo de la Reina junto a la primera dama cubana, Lis Cuesta. Juntas recorrieron el centro histórico de La Habana Vieja. Mientras que doña Letizia rescató del armario un vestido blanco sin mangas, escote de pico y falda de vuelo con brocado floral, la esposa de Miguel Díaz-Canel se decantó por un diseño de la casa Dador. Se trató de un vestido extralargo de mangas también largas y estampados en tonos azulados.

La sobriedad de Letizia fue muy halagada. Pero Lis Cuesta no ha cesado de recibir críticas desde su aparición junto a al reina. Varios medios cubanos han destacado los memes que se han creado a costa de la imagen de Cuesta, quien ha sido objeto de burlas durante varios días. El vestido que lució ha sido descrito en redes sociales como "kimono", "vestido de monja budista" o "cortina". Lis Cuesta ha llegado a ser comparada con Úrsula, el pulpo malvado de la película de Disney 'La sirenita'.

Pocos han sido los que han destacado el intento de la primera dama cubana de convertirse en embajadora de la moda y las costumbres de su país. Los diseños lucidos por Lis Cuesta apostaron por la nacionalidad. Pero fue inútil... La sombra de Letizia es alargada...