El príncipe Harry ejerce de veterano de guerra Afganistán en un comunicado

No ha querido sustraerse a la dramática situación que se está viviendo en el país asiático. El duque de Sussex, que pasó 10 años en el ejército británico y realizó dos giras en la primera línea en Afganistán como controlador aéreo con los Blues and Royals en la provincia de Helmand, y como piloto de helicóptero de ataque Apache. Una experiencia que le marcó profundamente y que le llevó en 2013 a afirmar que incluso había matado a algunos talibanes.

En efecto, el príncipe Harry manifestó haber disparado contra ellos: "Si, muchas personas lo han hecho, El escuadrón ha estado ahí fuera. Todo el mundo ha disparado. Si hay gente intentando hacer algo malo a nuestros chicos, entonces nosotros les dejamos fuera de juego."

El comunicado que ayer emitía el hijo del príncipe Carlos y Diana de Gales, sin embargo, era considerablemente aséptico ya que evitaba pronunciarse sobre la decisión de Joe Biden de ejecutar la salida de Estados Unidos del país asiático después de 20 años de guerra.

Lo que sí manifestó es que los veteranos de la guerra de Afganistán deberían comunicarse entre ellos para "ofrecerse apoyo" después de haber vivido situaciones traumáticas en un conflicto que deja como saldo centenares de miles de muertos y el país en manos de los talibanes y la comunidad internacional estupefacta por la rapidez en la que han vuelto a tomar el control de su geografía.

En el mencionado comunicado, firmado no solo por el príncipe Harry, patrón de la mencionada fundación, sino también por dos personas claves de la misma, Lord Allen of Kensington y Dominic Reid, se mantiene que "lo que está pasando en Afganistán resuena internacionalmente en la comunidad Invictus. Muchas de las naciones y competidores en los Juegos Invictus están unidos por una experiencia compartida de servicio en Afganistán durante dos décadas y durante varios años hemos competido junto a Invictus Games Team Afganistan".

Debemos recordar que los Invictus Games fueron creados por el príncipe Harry y en ella participan veteranos de guerra enfermos o heridos en deportes como baloncesto en silla de ruedas, voleibol o remo. Están inspirados en los Warrior Games, un acontecimiento deportivo de similares características realizados en Estados Unidos, y su primera edición tuvo lugar en marzo de 2014.

El príncipe Harry, cuya imagen se ha visto muy deteriorada en los últimos tiempos por sus conflictos familiares y en especial por la controvertida entrevista que mantuvo junto a su mujer, Meghan Markle, con la todopoderosa Oprah Wiinfrey, muy amiga del matrimonio, ha querido poner en primer término su pasado militar en un momento en el que la opinión pública internacional está especialmente sensibilizada por el drama humanitario en ciernes con el que se encuentra la población afgana, especialmente las mujeres y las niñas.

Conviene destacar que fue Harry el primer miembro de la familia real británica que participaba activamente en una guerra en casi cuarenta años. Anteriormente, su tío Andrés, luchó en la guerra de las Malvinas, en 1982, también como piloto de helicópteros de la Royal Navy. No es la única circunstancia que comparten, pues ambos se ha convertido en los dos Windsor que más quebraderos de cabeza están dando a la familia.

Incluso podemos manifestar que el escándalo del duque de York es incluso de mayor calado, ya que su vinculación con el infortunado Jeffrey Epstein, encontrado muerto en su celda de Nueva York el 10 de agosto de 2019, ha puesto a la institución en una situación muy delicada, lo que ha derivado en que esté completamente retirado de la vida pública.

Otra cuestión que conviene poner en valor ahora es que el príncipe Harry estuvo en el punto de mira de Al Qaeda e incluso el mismísimo Osama Bin Laden habría seguido sus pasos en Afganistán, según desveló la CIA en 2017.

De hecho, en los documentos que hizo públicos la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos, publicados por The Independent, se encuentran algunos artículos en los que se informaba sobre la ubicación precisa del príncipe y que alertaban de que su mera presencia, por su enorme dimensión pública y simbólica, podría haber puesto en riesgo a las tropas con las que compartía destino. De hecho, la base militar de la misión de la OTAN de la que formaba parte, sufrió un ataque en 2012 en el que murieron dos soldados estadounidenses y cinco más resultaron heridos. En el otro bando fallecieron 16 talibanes.

Una vez terminada su andadura militar, Harry, que no tiene formación universitaria, se esforzó en rehabilitar su imagen pública, tras algunos años de actuaciones controvertidas, en sus labores filantrópicas y humanitarias, y todo parecía ir bien hasta su boda con Meghan Markle. Sin embargo, a partir de entonces su situación se fue haciendo cada vez más complicada y su marcha a Estados Unidos ha generado una enorme brecha y ha abierto unas heridas familiares que previsiblemente tardarán en cicatrizar.