Máxima de Holanda, con Valentino y férula para inaugurar su agenda internacional
Tras la celebración del Prinsjesdag el pasado martes, la argentina volaba hasta Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas
Tras muchos meses de paréntesis, la reina Máxima de Holanda ha vuelto a viajar a Estados Unidos para participar de forma presencial en la Asamblea de las Naciones Unidas. No lo hace como miembro de la Casa Real de los Países Bajos, sino como asesora especial del secretario general en materia de finanzas. Y aunque durante estos meses no ha dejado a un lado este trabajo, era la primera vez después de dos años que podía hacerlo in situ, reuniéndose con su 'jefe', António Guterres, y con mandatarios de diferentes países en vías de desarrollo en los que aplican las políticas económicas con las que trabaja.
Máxima inaugura así su agenda internacional relacionada con su papel en la ONU y se prevé que pronto pueda retomar los viajes que hacía antes de la pandemia, que llegaban a ser hasta cuatro al año. Además de presentarle su informe anual al secretario general, también ha mantenido varias reuniones durante su estancia en Nueva York, hasta donde llegaba el pasado martes, después de asistir al Prinsjesdag, una de las citas más importantes en el calendario de la familia real y de la política holandesa, y gracias a la que se supo que el sueldo tanto de Guillermo como de Máxima subirá para el 2022.
Y como han sido varias las reuniones y las citas que ha mantenido, hemos visto varios atuendos y todos sorprendentes por uno u otro motivo. Máxima hacía su primera aparición en la sede de la ONU con un colorido mono de flores que estrenó para el Día del Rey de 2020, ese que tuvieron que celebrar de forma digital y sin salir de los muros de Huis ten Bosch. Una elección curiosa por lo llamativo, ya que -aunque no se requiere ninguna etiqueta- el vestuario que vemos en la Asamblea General de la ONU estos días suele ser algo más formal y serio, adecuado a las reuniones y convenciones que se celebran. Pero ya sabemos que, en cuestiones de estilo, a Máxima le gusta ser única.
El segundo atuendo era mucho más adecuado a la cita, pero también sorprendía, ya que no es la primera vez que se lo vemos y además en la misma ocasión. La casualidad ha querido que, hace justo dos años y en el mismo lugar, Máxima luciera un vestido de Valentino, con falda plisada y un original estampado setentero. Estos días lo ha combinado con bolso rojo y zapatos del mismo color, además de unos pendientes muy fieles a su estilo XXL.
Eso sí, tanto con el mono como con este vestido, la argentina lució un complemento que no encajaba mucho con el resto del look. Y es que Máxima tiene que llevar todavía la férula que le veíamos hace unas semanas, debido a una lesión en su muñeca. Pero en lugar de ocultarla, como hacía los primeros días de lesión, no tuvo problema en que se le viera bien en todas las fotografías que se han tomado estos días de sus diferentes reuniones y encuentros, que no han sido pocos. El mismo día en el que aparecía con la muñeca vendada, el servicio de información de la Casa Real confirmaba que se debía a un pequeño incidente que había tenido durante vacaciones y que seguía provocándole molestias.
Y mientras Máxima estaba en Estados Unidos, se sabía otra de sus próximas citas internacionales, aunque esta vez sí tendrá lugar por su papel dentro de la Corona holandesa, ya que se ha anunciado una visita de Estado que promete mucho. Del 9 al 11 de noviembre viajará a Noruega junto al rey Guillermo, invitados por Harald y Sonia. Así que se espera que también al país nórdico regresen las tiaras que todavía no han tenido ocasión de lucir tras la pandemia. También en noviembre será la visita de Estado de los reyes Felipe y Letizia a Suecia, así que nos esperan días muy agitados en el mundo royal.
Tras muchos meses de paréntesis, la reina Máxima de Holanda ha vuelto a viajar a Estados Unidos para participar de forma presencial en la Asamblea de las Naciones Unidas. No lo hace como miembro de la Casa Real de los Países Bajos, sino como asesora especial del secretario general en materia de finanzas. Y aunque durante estos meses no ha dejado a un lado este trabajo, era la primera vez después de dos años que podía hacerlo in situ, reuniéndose con su 'jefe', António Guterres, y con mandatarios de diferentes países en vías de desarrollo en los que aplican las políticas económicas con las que trabaja.