Los cuatro meses de Lilibet Diana, la 'hija fantasma' de Meghan y Harry
No se ha vuelto a saber nada de la hija pequeña de los Sussex desde su nacimiento. Ni una noticia ni, por supuesto, una imagen de la niña
Cuatro meses exactos, con sus días y sus noches. Es el tiempo que ha pasado desde que el príncipe Harry y Meghan Markle se convirtieran en padres por segunda vez, desde que el príncipe Carlos diera la bienvenida a su quinto nieto o Isabel II a su undécimo bisnieto. Y desde entonces no se ha sabido nada de Lilibet Diana, como los Sussex quisieron que se llamase, en honor tanto a la propia reina Isabel como a la princesa Diana. Precisamente, el nombre es uno de los pocos datos que se han tenido de la pequeña en este tiempo: ni una imagen ni una noticia de la niña en estos cuatro meses, en los que se ha convertido casi en un 'bebé fantasma'.
Son meses muy diferentes a los que vivió su hermano al nacer. Obligados como estaban sus padres a proporcionar información del menor por ser miembros trabajadores -y, por tanto, con un sueldo- de Buckingham, los primeros meses de Archie Harrison Mounbatten-Windsor fueron mucho más públicos. Aunque los Sussex intentaron hacerlo a su manera y sin seguir los cánones hasta entonces establecidos por otros miembros de la familia como los duques de Cambridge, no faltó la habitual presentación del recién nacido ante la prensa, así como el bautizo dos meses después, con sus correspondientes fotografías oficiales.
Pero no ha habido nada de eso en esta, de momento, corta existencia de Lilibet Diana. Lo más que se ha conseguido ha sido una imagen borrosa de Harry con su hija, gracias a que Meghan Markle publicó un vídeo con un amplio plano de su escritorio y la fotografía formaba parte de un tríptico familiar que estaba colocado en su mesa de trabajo. Ni siquiera los insistentes paparazzi estadounidenses han conseguido una imagen de la niña con sus padres. Una señal de que saben esquivar a la prensa muy bien o no han salido en todo este tiempo de su mansión de Montecito, algo díficil si tenemos en cuenta que es una recién nacida y tiene que pasar ciertas revisiones médicas.
Y aunque no ha habido noticias ni imágenes de la pequeña como tal, sí ha protagonizado ya alguna que otra polémica, de forma totalmente involuntaria, claro está. Por un lado, la decisión de los Sussex de que la niña llevara el nombre de Lilibet Diana generó cierta controversia, con informaciones y desmentidos cruzados procedentes de Buckingham y Santa Bárbara. Unos alegaban que habían pedido permiso a la monarca para utilizar su nombre; otros decían que se les había informado, sin que nunca se hubiera solicitado el consentimiento de la reina Isabel.
Por otro lado, también ha dado mucho que hablar el posible bautizo de la pequeña. Su hermano Archie nacía el 6 de mayo y su bautizo se celebraba dos meses después, a principios de julio. Por eso, se calculaba que el bautismo de Lilibet Diana se celebraría a principios de agosto. Pero han pasado ya dos meses de la fecha que muchos apuntaban como posible para un reencuentro de los Sussex con los Windsor y no se ha sabido nada del mismo. Sí se comentó en su momento que Meghan y Harry pretendían que, como bisnieta de la reina Isabel y nieta del futuro rey, se hiciera algo parecido a lo de Archie, aunque esta información no tardó en ser desmentida por fuentes cercanas a la pareja. O lo que es lo mismo: era un desmentido autorizado por ellos mismos.
Todo apunta a que los Sussex celebrarán el sacramento -en caso de que no lo hayan hecho ya- en la más estricta intimidad y en California. Y lo más importante, que no darán información del mismo, ni por supuesto imágenes. La pregunta es ahora cuándo tendremos ocasión de conocer a Lilibet Diana, si por ejemplo Meghan y Harry facilitarán alguna fotografía en Navidad, como hicieron con las primeras navidades de Archie, o habrá que esperar para verla hasta el jubileo de la reina Isabel, cita obligatoria para toda la familia y que se supone que será el gran estreno de la pequeña en una cita institucional.
Cuatro meses exactos, con sus días y sus noches. Es el tiempo que ha pasado desde que el príncipe Harry y Meghan Markle se convirtieran en padres por segunda vez, desde que el príncipe Carlos diera la bienvenida a su quinto nieto o Isabel II a su undécimo bisnieto. Y desde entonces no se ha sabido nada de Lilibet Diana, como los Sussex quisieron que se llamase, en honor tanto a la propia reina Isabel como a la princesa Diana. Precisamente, el nombre es uno de los pocos datos que se han tenido de la pequeña en este tiempo: ni una imagen ni una noticia de la niña en estos cuatro meses, en los que se ha convertido casi en un 'bebé fantasma'.
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