Más preocupación: nuevo comunicado sobre las decisiones médicas en torno a Isabel II
La monarca vive un periodo de salud delicada que mantiene en vilo a todos sus fanáticos y que le está haciendo protagonizar una ausencia en actos oficiales más larga de lo esperada
Una nueva decisión tomada en torno a la agenda de Isabel II por motivos de salud ha vuelto a incrementar la preocupación por la reina de Inglaterra.
Poco o nada se detalla de manera oficial sobre qué le ocurre realmente a la madre del príncipe Carlos. La discreción sobre su estado de salud siempre ha sido la tónica seguida por la institución, que ahora ha informado de que se dedicará a deberes “livianos y de escritorio” tras aconsejarle los médicos que cancele las visitas oficiales y descanse durante al menos otras dos semanas.
Esto implicaría la ausencia de Isabel II en el tradicional Festival del Recuerdo en el Royal Albert Hall el 13 de noviembre. Sin embargo, la monarca ha prometido asistir al servicio en el Cenotafio que se celebrará al día siguiente. Fuentes reales han confirmado que Su Majestad ve la ocasión como “imperdible” y como uno de sus “deberes más sagrados”.
Los asistentes de la reina también han insistido en que esta se encuentra de "buen humor" y que su equipo médico simplemente está tomando "precauciones sensatas".
Todo parecía indicar que el contratiempo de salud que Isabel II sufrió hace una semana y por el que tuvo que ser ingresada en el hospital King Edward VII, era algo puntual y pasajero con rápida solución. La reina recibió el alta al día siguiente y con la insistencia sobre la mesa por parte de su equipo de que la visita al centro médico se debió al deseo de realizarse un simple chequeo médico para descartar cualquier problema grave.
Sin embargo, los médicos aconsejaron a la abuela del príncipe Guillermo y el príncipe Harry que cancelara su visita oficial a Irlanda del Norte para conmemorar el 100 aniversario de la partición de la isla, un acto simbólico de gran trascendencia.
Una imagen de la reina ayudándose de un bastón para caminar, también evidenció que se encuentra con menos fortaleza de la que tiene a todos acostumbrados, y hace tan solo tres días se supo que Isabel II no iba a presidir la ceremonia de recepción de los líderes mundiales en la cumbre del clima de Glasgow, ya que los médicos le recomendaron, una vez más, que descansase. La soberana inglesa recibió con tristeza esta recomendación, tal y como se hizo saber a través de un comunicado: "Su Majestad se siente decepcionada por no poder asistir a la recepción, pero trasladará un mensaje a los mandatarios y delegados en la COP26 a través de un discurso grabado previamente en vídeo".
El empeño de la reina ahora por asistir al servicio en el Cenotafio que se celebrará el 14 de noviembre tras el tradicional Festival del Recuerdo en el Royal Albert Hall, así como su seguridad de que podrá cumplir con esta cita sin ningún problema, alivia algo la preocupación de los fanáticos de la monarca. Sin embargo, nadie puede obviar que Isabel II tiene 95 años y que a su edad, cualquier contratiempo de salud puede complicarse con facilidad. Tampoco el hecho de que la reina no está pasando su mejor momento anímico tras la reciente pérdida de su esposo, el duque de Edimburgo y por la espinosa situación que han propiciado su nieto príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle.
A todo esto hay que añadir el hundimiento público del que se cree que es su hijo favorito, el príncipe Andrés, acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una menor, Virginia Roberts, vinculada a su amigo Jeffrey Epstein, quien fuera encontrado muerto en su celda de Nueva York el 10 de agosto de 2019, repudiado como pedófilo y proxeneta.
Quizás, todos estos acontecimientos han supuesto demasiada presión para una mujer de 95 años que en estos días está protagonizando una de sus ausencias más prolongadas de todo su reinado. Desde su última aparición en público hace casi dos semanas, la reina solo ha realizado compromisos virtuales. El último fue el jueves pasado, cuando presentó virtualmente al poeta inglés David Constantine.
Una nueva decisión tomada en torno a la agenda de Isabel II por motivos de salud ha vuelto a incrementar la preocupación por la reina de Inglaterra.