¿Es este el vestido de gala más original de Máxima de Holanda? La reina se la juega en Noruega

Tras tres looks repetidos en la visita de Estado que está llevando a cabo a Noruega junto a su marido, el rey Guillermo Alejandro, Máxima de Holanda ha dado la campanada. Ha sido en la noche de este miércoles, en la asistencia a un concierto. Es habitual en este tipo de visitas que los invitados agasajen a sus anfitriones, en este caso Harald y Sonia, con una cena o un acto de devolución para dar las gracias por su hospitalidad. Y en esta ocasión los reyes de los Países Bajos han optado por una actuación a cargo de la chelista Harriët Krijgh, que ha tenido lugar en el nuevo Museo Munch.

Si la noche del martes la veíamos brillando en la cena que se celebró en el Palacio Real de Oslo con un vestido capa de Jan Taminiau, un día después la argentina se la ha jugado con su elección con el que podríamos asegurar que es su vestido de gala más original. Y ya es mucho decir teniendo en cuenta que la argentina es la reina de la extravagancia. Pero este diseño que ha estrenado para su segunda noche en Noruega lo tiene todo, eso sí, como ocurre con todo lo que se sale de la norma, ya hay quienes lo ponen por las nubes y otros muchos que lo odian.

Pasemos ya a analizar detenidamente el vestido, una creación del diseñador de origen danés y afincado en Holanda Claes Iversen, de su colección Couture 2019. Se trata de un diseño de manga larga no apto para quienes sufren tripofobia -miedo a los agujeros-, tal como hemos leído en Twitter, ya que está lleno de ellos. Sobre un fondo azul celeste se presentan unos anillos de distinto tamaño, decorados con relieves dorados lisos, otros imitando los rayos del sol e incluso cadenas. Obviamente, debajo hay una tela color carne para evitar que se vea más de la cuenta.

Sin duda, una elección arriesgada que la reina de Holanda ha combinado con unas sandalias con plataforma y altísimo tacón de Gianvito Rossi y su cartera de mano dorada de Begum Khan. No faltaba un cinturón a juego para marcar silueta. Con la intención de cederle todo el protagonismo al vestido, Máxima ha optado por joyas de lo más discretas, algo nada habitual en ella pero entendible teniendo en cuenta lo original del diseño de Iversen. En concreto, llevaba unos pendientes de diamantes redondos que hemos podido ver en todo su esplendor gracias al semirrecogido que lucía.

Los otros looks de Máxima en Noruega

La visita de Estado empezaba este martes con una ceremonia de bienvenida en el Palacio Real, en la que también participó la princesa Mette-Marit y tras la que el rey de Holanda depositó una ofrenda floral en el Monumento Nacional, en conmemoración a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente llegaba el almuerzo en su honor en el Palacio Real, al que se unió la princesa Marta Luisa.

Para su llegada a Oslo, la argentina elegía un vestido verde de la firma belga Natan que estrenó en Brunéi en 2013, y que combinó con un tocado de Fabienne Delvigne. La reina Sonia optó, por su parte, por un viejo abrigo marrón, con botas a juego y un tocado de lo más original, mientras que Mette-Marit recuperó de su armario un diseño de Fendi bicolor, en beis y blanco que llevó con salones nude de Louboutin y tocado tipo pillbox blanco. Marta Luisa quiso rendir homenaje a su madre con un vestido rojo con chaqueta a juego de Rena Lange que había pertenecido a la reina Sonia.

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En la cena de gala, Máxima aparecía con un diseño palabra de honor en degradado de azul a blanco y una vaporosa sobrecapa de tul, una creación del diseñador holandés Jan Taminiau. El vestido ya se lo habíamos visto con anterioridad en otro palacio, en el de Buckingham, en octubre de 2018. Mette-Marit, por su parte, elegía un impoluto vestido blanco con bordados florales en la zona del cuello y en el puño de las mangas. Un diseño que estrenó precisamente en el Palacio Real de Oslo en las celebraciones del 80 cumpleaños de sus suegros, Harald y Sonia de Noruega, en mayo de 2017.

En cuanto a la princesa Marta Luisa, optó por un vestido morado de estilo princesa Disney, con bordados joya y un escote en V con los hombros al descubierto que lució por primera vez en la boda de Magdalena de Suecia, en 2013. Su madre, la reina Sonia, apostó por el verde con un diseño muy recargado.

El miércoles, la jornada arrancaba en la biblioteca Deichman, donde hubo un simposio sobre derechos humanos. Tras ello los reyes mantuvieron una reunión con el primer ministro, Jonas Gahr Støre, a la que le siguió un almuerzo ofrecido por el Gobierno en la fortaleza de Akershus. Por la tarde, después de reunirse con la colectividad holandesa residente en el país, el buque de guerra Rotterdam acogió una reunión sobre cooperación en defensa entre los Países Bajos y Noruega.

Para todo ello, Máxima recuperó de su armario un dos piezas de Jan Taminiau formado por una capa de chenilla azul oscuro, que contrasta con la transición al color ocre, y un vestido azul oscuro, confeccionado en una combinación de georgette de crepé de seda y organza. Un conjunto que combinó con un tocado de la misma tela, salones nude y unos pendientes de citrinos. Como detalle bonito, la argentina llevaba un collar con una placa de oro en la que podía leerse: "Love, Mette". Se trata de un regalo que le hizo la princesa a Máxima con motivo de su entronización en 2013, y que esta recuperó para su visita a Noruega.

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En cuanto a la heredera noruega, quien estuvo presente en el almuerzo y en el acto en el buque, optó por un vestido azul marino de Oscar de la Renta, un chaleco de rayas horizontales de Tome que combinaba varios colores, entre ellos el rojo, cartera de mano burdeos de Aspinal of London y unos salones navy de Manolo Blahnik.