Máxima de Holanda y Mette-Marit, la imagen de la complicidad (y una risa contagiosa)
La reina de Holanda y la mujer de Haakon de Noruega ya habían demostrado en otras ocasiones tener una gran sintonía
Era una de las citas más esperadas de la realeza y no han defraudado las expectativas. Llevábamos dos meses esperando desde que se anunciara que el rey Guillermo y su mujer, Máxima de Holanda, harían una visita oficial a Noruega, su primer viaje de esta magnitud desde el inicio de la pandemia del coronavirus, lo que adquiere un enorme valor simbólico. Ha llegado ese momento y tenemos que destacar que la reina ha hecho una llegada espectacular bajo un paraguas negro que le protegía de la lluvia al bajar la escalerilla del avión. Puro glamour, a la espera de que llegara su despliegue de simpatía al que nos tiene acostumbrados y no se ha hecho esperar demsiado, si nos atenemos a los acontecimientos y a la excelente sintonía que hemos visto, especialmente entre Máxima y Mette-Marit.
De hecho, son dos de las 'royals' que forman el denominado 'club de las M', que engloba a Matilde de Bélgica, Mary de Dinamarca, Mäxima de Holanda y Mette-Marit, pues durante los últimos años son muchas las ocasiones en las que han aprovechado para pasar tiempo juntas y disfrutar de cualquier ocasión que se pudiera presentar.
Ya se sabe que los comunicados suelen ser escuetos y nunca recogen la información cualitativa que se produce una vez llegan los acontecimientos, así que cuando se dio la noticia de este viaje solamente pudimos leer lo siguiente: “El rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima realizarán una visita de estado a Noruega por invitación del rey Harald V. La visita tendrá lugar del 9 al 11 de noviembre de 2021”
Las relaciones bilaterales entre Holanda y Noruega siempre han sido excelentes y ha quedado de manifiesto con la excelente sintonía puesta de manifiesto por ambas familias reales. Pero, como siempre se suele decir en estos caso, el objetivo de la visita de estado no es otro que estrechar los lazos, generalmente en términos de cooperación en materias internacionales y económicas. No en vano, así aparecía reflejado en el comunicado. Su fin es "afirmar las excelentes relaciones entre Noruega y los Países Bajos" y "los temas principales de la visita serán la cooperación bilateral e internacional, el cambio climático, la transición energética y la sostenibilidad”.
Son solo dos ciudades las que comprende este viaje oficial, las ciudades de Olso y Trodheim. pero ya desde la primera jornada nos están ofreciendo momentos impagables, como la contagoiosa risa de Máxima de Holanda, marca de la casa. Ha hecho reír a los reyes Harald y Sonia, quienes vienen de pasar épocas delicadas precisamente por la salud del jefe de Estado, quien, de momento, no parece haberse planteado la posibilidad de abdicar en su hijo Haakon, marido de Mette-Marit, quien parece seguir en buena forma, pese a la fibrosis pulmonar crónica que padece.
Debemos recordar que el último viaje de estas características lo realizaron el rey Guillermo y la reina Máxima, en febrero de 2020, al visitar Indonesia, tan solo unas semanas antes de que estallara la pandemia y comenzaran a implantarse restricciones y confinamientos. Una época que ha sido difícil para ellos, pues se han visto involucrados en diversas controversias que han erosionado su popularidad, especialmente por sus vacaciones en Grecia, que les han llevado a pedir perdón hasta en dos ocasiones y en las que siempre hacen lo imposible por salvaguardar su intimidad.
Marta Luisa, en el punto de mira
Para su llegada a la capital noruega, Máxima de Holanda ha apostado por lo seguro y por un estilo muy definido. Para empezar, ha elegido una de sus firmas de cabecera, Natan, uno de los diseñadores favoritos también de la reina Matilde de los belgas y su hija Elizabeth, y también por un color con el que ella siente una especial predilección el verde. Sin renunciar a su habitual tocado (esta vez discreto), firmado por Maison Fabienne Delvigne, un diseñador belga al que ha recurrido en anteriores ocasiones.
Como decimos, la visita de estado ha comenzado en Oslo, donde la pareja real ha sido recibida por el rey Harald V y la reina Sonia con una ceremonia de bienvenida en el Palacio Real, que tampoco se han perdido Marta Luisa, quien en los últimos años ha estado en el punto de mira su relación con su novio chamán, Durek Verret, y que inevitablemente volverá a tener en el recuerdo estas navidades a su exmarido, el recordado y controvertido Ari Behn, y Mette-Marit, hoy la perfecta anfitriona junto a sus suegros. Posteriormente, el rey Guillermo realizó una ofrenda floral en el Monumento Nacional para conmemorar las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, uno de los momentos más emotivos de la jornada. Después tuvo lugar el almuerzo de honor en el Palacio Real.
El programa de la tarde está dedicado al cambio climático y a sus efectos en el Ártico, que tanto preocupan. Por este motivo, Noruega está en constante diálogo con los pueblos indígenas (Sami) y los jóvenes para buscar soluciones e ideas que puedan ser fructíferas con este sentido. El Museo Fram, que está dedicado a las expediciones polares, acogerá una reunión hoy en la que jóvenes noruegos y diversos estudiantes holandeses dialogarán sobre el impacto del cambio climático en la vida en el Ártico.
Pero, sin duda, el momento más esperado de la jornada es el banquete de Estado ofrecido por el rey Harald, repuesto de sus recientes y recurrentes problemas de salud, en honor a los reyes Guillermo y Máxima, donde ambos monarcas darán un discurso que de alguna manera supondrá el momento cumbre de este viaje. Por supuesto, en clave de glamour, estaremos muy pendientes de los estilismos, tiaras y joyas que se lucirán.
Era una de las citas más esperadas de la realeza y no han defraudado las expectativas. Llevábamos dos meses esperando desde que se anunciara que el rey Guillermo y su mujer, Máxima de Holanda, harían una visita oficial a Noruega, su primer viaje de esta magnitud desde el inicio de la pandemia del coronavirus, lo que adquiere un enorme valor simbólico. Ha llegado ese momento y tenemos que destacar que la reina ha hecho una llegada espectacular bajo un paraguas negro que le protegía de la lluvia al bajar la escalerilla del avión. Puro glamour, a la espera de que llegara su despliegue de simpatía al que nos tiene acostumbrados y no se ha hecho esperar demsiado, si nos atenemos a los acontecimientos y a la excelente sintonía que hemos visto, especialmente entre Máxima y Mette-Marit.